Bodas De Sangre
Enviado por LuluReyes • 22 de Abril de 2015 • 1.202 Palabras (5 Páginas) • 193 Visitas
Acto primero
CUADRO TERCERO
Interior de la cueva donde vive la novia. Al fondo, una cruz de grandes flores rosa. Las puertas, redondas, con cortinajes de encaje y lazos rosa. Por las paredes, de material blanco y duro, abanicos redondos, jarros azules y pequeños espejos.
Criada: Pasen... (Muy afable, llena de hipocresía humilde. Entran el novio y su madre. La madre viste de raso negro y lleva mantilla de encaje. El novio, de pana negra con gran cadena de oro.) ¿Se quieren sentar? Ahora vienen. (Sale.) (Quedan madre e hijo sentados, inmóviles como estatuas. Pausa larga.)
Madre: ¿Traes el reloj?
Novio: Sí. (Lo saca y lo mira.)
Madre: Tenemos que volver a tiempo. ¡Qué lejos vive esta gente!
Novio: Pero estas tierras son buenas.
Madre: Buenas; pero demasiado solas. Cuatro horas de camino y ni una casa ni un árbol.
Novio: Estos son los secanos.
Madre: Tu padre los hubiera cubierto de árboles.
Novio: ¿Sin agua?
Madre: Ya la hubiera buscado. Los tres años que estuvo casado conmigo, plantó diez cerezos. (Haciendo memoria.) Los tres nogales del molino, toda una viña y una planta que se llama Júpiter, que da flores encarnadas, y se secó. (Pausa.)
Novio: (Por la novia) Debe estar vistiéndose.
(Entra el padre de la novia. Es anciano, con el cabello blanco, reluciente. Lleva la cabeza inclinada. La madre y el novio se levantan y se dan las manos en silencio.)
Padre: ¿Mucho tiempo de viaje?
Madre: Cuatro horas. (Se sientan.)
Padre: Habéis venido por el camino más largo.
Madre: Yo estoy ya vieja para andar por las terreras del río.
Novio: Se marea. (Pausa)
Padre: Buena cosecha de esparto.
Novio: Buena de verdad.
Padre: En mi tiempo, ni esparto daba esta tierra. Ha sido necesario castigarla y hasta llorarla, para que nos dé algo provechoso.
Madre: Pero ahora da. No te quejes. Yo no vengo a pedirte nada.
Padre: (Sonriendo) Tú eres más rica que yo. Las viñas valen un capital. Cada pámpano una moneda de plata. Lo que siento es que las tierras.... ¿entiendes?... estén separadas. A mí me gusta todo junto. Una espina tengo en el corazón, y es la huertecilla esa metida entre mis tierras, que no me quieren vender por todo el oro del mundo.
Novio: Eso pasa siempre.
Padre: Si pudiéramos con veinte pares de bueyes traer tus viñas aquí y ponerlas en la ladera. ¡Qué alegría!...
Madre: ¿Para qué?
Padre: Lo mío es de ella y lo tuyo de él. Por eso. Para verlo todo junto, ¡que junto es una hermosura!
Novio: Y sería menos trabajo.
Madre: Cuando yo me muera, vendéis aquello y compráis aquí al lado.
Padre: Vender, ¡vender! ¡Bah!; comprar hija, comprarlo todo. Si yo hubiera tenido hijos hubiera comprado todo este monte hasta la parte del arroyo. Porque no es buena tierra; pero con brazos se la hace buena, y como no pasa gente no te roban los frutos y puedes dormir tranquilo. (Pausa.)
Madre: Tú sabes a lo que vengo.
Padre: Sí.
Madre: ¿Y qué?
Padre: Me parece bien. Ellos lo han hablado.
Madre: Mi hijo tiene y puede.
Padre: Mi hija también.
Madre: Mi hijo es hermoso. No ha conocido mujer. La honra más limpia que una sábana puesta al sol.
Padre: Qué te digo de la mía. Hace las migas a las tres, cuando el lucero. No habla nunca; suave como la lana, borda toda clase de bordados y puede cortar una maroma con los dientes.
Madre: Dios bendiga su casa.
Padre: Que Dios la bendiga.
(Aparece la criada con dos bandejas. Una con copas y la otra con dulces.)
Madre: (Al hijo) ¿Cuándo queréis la boda?
Novio: El jueves próximo.
Padre: Día en que ella cumple veintidós años justos.
Madre: ¡Veintidós años! Esa edad tendría mi hijo mayor si viviera. Que viviría caliente y macho como era, si los hombres no hubieran
...