COMPRENSIÓN LECTORA A TRAVÉS DE LA EJERCITACIÓN

EL TAXISTA QUE SEDUCE LA VIDA

Un día de rutina, a Sylvia se le hizo tarde para llegar a la universidad por tener una larga discusión con su hijo antes de enviarlo a la escuela, el problema comenzó cuando su hijo Antonio de 13 años no se quería levantar, el cual le hizo saber a su madre que ya no quería estudiar por vergüenza a ser hijo de una madre soltera y que por esta razón sus amigos lo señalaban.

Para Sylvia esta situación le afectaba tanto emocional como en el tiempo tan limitado que le quedaba para llegar puntual a su trabajo. Discutió con su hijo intentando hacerle saber que su esfuerzo de madre era doble por ser como un padre y una madre para él, razón que por su edad de adolescente Antonio no entendía, pues su reclamó era tan grande que hasta se lo comparaba con el cariño que según él le hacía falta, ya que sentía que su madre dividía su corazón en dos y que incluso, el cariño que le brindaba a él era menor al que le brindaba a sus alumnos.

Ni todas las razones que le explico Sylvia a su hijo fueron suficientes, su hijo no cambio de parecer, no quería ir a la escuela. Sylvia tenía el tiempo justo para llegar a su trabajo y decidió dejar la discusión para en la tarde que regresara y se retiró dejándolo en casa, en pijamas.

Abordo un taxi llorando, fue aquí donde conoce a Paco, desde hoy su nuevo amigo, el cual se preocupo por esas lagrimas y para tranquilizarla, Paco comenzó una pequeña conversación preguntándole el motivo por el cual estaba así, su desconsuelo era tanto que a ella no le importo y decidió contarle a Paco su historia.

El taxista quedo admirado del esfuerzo de Madre que hacia Sylvia por ser una valiente mujer y a la vez se sintió identificado con ella y comenzó por platicarle y comentarle que él, también era un padre “soltero” con un hijo de la misma edad, también viudo, a excepción que su hijo era tan agradecido con su padre por la educación que le daba que al recogerlo de la escuela conversaban sobre las actividades de ambos y llegando a su casa, en lo que él hacia comida, Ramón su hijo lavaba el taxi, para luego sentarse a comer juntos.

Sylvia le pregunto que como había logrado educar así a su hijo, por lo que él le contesto:

“Lo enseñe a trabajar desde pequeño, brindándole pequeñas responsabilidades y fue así como aprendió a valorar lo poco y lo mucho que le podía dar”

Sylvia rompió en lagrimas porque logro comparar las actividades que su hijo realizaba en casa para beneficio de los dos, no era ninguna, le entristecía saber que tampoco le enseño pequeñas responsabilidades desde que su hijo era pequeño y reflexiono cuando el taxista le dijo: ¡Recuerda Sylvia! a los hijos: “Ni todo el amor, ni todo el dinero”.

...