CUAL ES LA EDUCACIÓN OCIAL EN ESPAÑA DURANTE LA SEGUNDA MITAD DEL SIGLO XX

LA EDUCACIÓN OCIAL EN ESPAÑA DURANTE LA SEGUNDA MITAD DEL SIGLO XX

1ª Etapa (1950-1976)

        La España de los años 50 sigue siendo una sociedad de postguerra, caracterizada por una situación de pauperismo generalizado, eminentemente agraria, de escasez y racionamiento con un escaso desarrollo industrial, de autarquía y aislamiento internacional y, en suma, con claras urgencias en el proceso de reconstrucción y creación de todo tipo de infraestructuras públicas. Con el cambio de década, el país comienza a desplegarse poco a poco en crecimiento y cambio, que no hizo desaparecer las tasas de desempleo, el analfabetismo adulto o las enormes bolsas de pobreza y lagunas en el terreno de las necesidades sociales y de salud pública. Los ámbitos de la educación social y en relación a la promoción sociocultural destaca la labor realizada por grupos y movimientos asociados a movimientos juveniles franquistas, a determinadas organizaciones religiosas vinculadas a la Iglesia católica y a diferentes grupos del movimiento scout. Los marginados y los excluidos de la época lo fueron por razones ideológicas, los vencidos, el bando republicano. Respecto a la Educación de adultos el principal problema es el analfabetismo. Por último, en la educación especializada prima el enfoque terapéutico. La formación de los educadores tiene un carácter meramente voluntarista e informal y carecían de una formación regulada y reglada y sin un reconocimiento profesional. En 1963 se inicia el período tecnicista y tecnocrático del Régimen franquista, caracterizado por una mayor apertura al exterior, la incorporación a los Organismos Internacionales, un notable crecimiento de la población y una impresionante movilidad espacial tanto al exterior como al interior del país, una exigencia abundante de mano de obra sin cualificar. Se da paso al proceso de construcción del Estado de Bienestar, con la ampliación y universalización de las coberturas sanitarias y sociales. La profunda crisis social y económica del Estado de Bienestar acrecentó la desigualdad social y creó nuevas formas de pobreza, apareciendo nuevas formas de vida asociadas a la drogadicción, la delincuencia juvenil, los flujos migratorios, etc. Se inicia un proceso que debe llevar desde la protección de las personas y la seguridad material a la promoción social y cultural. Se produce una mayor apertura del sistema educativo extraescolar.

        2ª Etapa (1977-2000)

        La causa fundamental de la pobreza y la marginación social sigue siendo la desigualdad social.  Los nuevos marginados son los parados o en situación de precariedad en el empleo, pero también inmigrantes y exiliados, extranjeros y desviados sociales, drogadictos y prostitutas, los ancianos. La incidencia del delito, especialmente entre los jóvenes, aumenta. Destaca la emergencia de la denominada sociedad del ocio y el tiempo libre. Se establece y generaliza un sistema laboral que fija el horario de la jornada laboral y semanal (9 y 40 horas respectivamente).         Se ponen en marcha los Servicios Sociales de base, los Servicios Sociales de Atención Primaria, etc. Con el ámbito de la educación especializada, se aprecian muchos e interesantes cambios en esta etapa. Se detecta claramente un cambio conceptual en relación con el tratamiento, la atención y la propia conceptuación de los centros de menores. Prima un modelo más integrador, relacional democrático y abierto, en definitiva, educativo. En el terreno de la animación sociocultural destacamos algunas iniciativas y acciones: Las Universidades Populares, los Centros Cívicos, los Centros Culturales y Sociales, los Centros de Acción Social (CEAS) y los Albergues Juveniles, las Colonias y Campamentos de verano, la iniciativa eclesial y religiosa, el Voluntariado social, los Centros de Promoción de la Salud, la iniciativa de grupos sociales sin ánimo de lucro y de colectivos de educadores especializados, multitud de acciones de atención socioeducativa en residencias infanto-juveniles, talleres, escuelas de formación, etc. Se fija la educación permanente desde ahora como un principio inspirador de todo el sistema educativo, que se concreta en su peculiar organización como una oferta abierta, integral y continua de aprendizaje. Se crean multitud de Centros y Escuelas de tiempo Libre y animación sociocultural y se aprueba el título universitario de Diplomado de Educación Social. Desde 1993 se instala con fuerza la conciencia de asistir a la configuración de un nuevo orden social, a nuevas formas de organización económica y política, en definitiva, a un nuevo momento de la Historia tras la revolución de las nuevas tecnologías de la comunicación y de la información. Esta nueva situación social y económica global obliga a modificar los conceptos básicos como los de tiempo y espacio y tiene una serie de consecuencias hasta entonces nuevas que, sintéticamente, señalamos en las siguientes: el trabajo y el no – trabajo (empleo precario y el paro adopta nuevas formas específicas), la incorporación de la mujer al mundo laboral, la aparición de nuevos perfiles profesionales, fundamentalmente asociados a la expansión del sector servicios, consecuencias generadas por los cambios políticos e ideológicos, riesgos de exclusión social: la sociedad dual (bipolarización entre trabajadores cualificados y no cualificados). Los educadores sociales han participado y promovido la actividad y conciencia social y la emergencia de valores a favor de la ayuda social para los grupos más necesitados víctimas de los mismos.

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