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CUENTO DARIANA


Enviado por   •  20 de Noviembre de 2018  •  Apuntes  •  1.483 Palabras (6 Páginas)  •  593 Visitas

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Desde que yo era pequeña soñé con viajar por el mundo, con tener mucho dinero y poder vivir cada día una aventura diferente. Muchas cosas que quise intentar o vivir no las pude realizar, pero ¡Ah! Vaya que mi vida ha sido una gran aventura.

Soy Jessy, hoy, solo me quedan los recuerdos de lo que fui, ya no puedo hacer nada de lo que antes hacía, en fin ya les contaré como sucedió todo…

Cuando cumplí los 18 años, ya tenía tiempo trabajando en una cafetería, sí esa que estaba en el pueblo, y sé que nunca tuve un salario bueno, así que no podía pagar mi escuela. En ese tiempo, era demasiado difícil.

Cuando junté suficiente dinero, decidí irme del pueblo a una pequeña ciudad que no estaba demasiado lejos, mi objetivo era trabajar y juntar dinero.

Viví durante un año y dos meses sola en la ciudad y estuve trabajando en diferentes lugares. Primero trabajé en una tienda, luego me corrieron porque me faltaba experiencia y conseguí trabajo en un restaurante, pero también me corrieron porque decían que no hacía bien mi trabajo y me comía lo que preparaban en la cocina. Luego pedí trabajo en un bar, pero pues eso no era lo mío y no me sentía cómoda trabajando ahí, así que tampoco duré mucho tiempo en ese trabajo. Hasta ahora no había juntado mucho dinero, de hecho no había juntado nada y tenía que sobrevivir con lo ese nada hasta encontrar otro empleo. Tardé mucho, salía todos los días y regresaba igual, sin nada, cansada y desesperada.

Un día, escuché que había un centro de reclutamiento para la gente que, como yo, buscaba un trabajo. Me dirigí a ese lugar y me llamó mucho la atención un anuncio en el que solicitaban una niñera, solo tenía que cuidar a tres niños, qué tan difícil debe ser eso, pensé. El horario era de una dela tarde a doce de la noche. De verdad yo pensé que sería un trabajo muy fácil; además, estaría en una casa y el salario era muy bueno. La señora me dio el empleo.

Cuando conocí a los niños, ¡por Dios!, quise arrepentirme. Se notaba que eran muy malcriados, pero bueno decidí quedarme, duré solo 5 meses. La verdad, junté mucho dinero y me fui a otra ciudad, una más grande, con más posibilidades económicas.

Había muchos lugares turísticos y yo quise visitarlos todos. Sin lugar a dudas puedo decirles que no me arrepiento de haber ido. Allí conocí a Jenny, una chica de mi edad, venía de una familia adinerada, pero ella erala rebelde, nunca hacía caso a sus padres y nadie que, para ella, representara autoridad. Por eso se metía en muchos problemas constantemente. En poco tiempo, Jenny y yo, nos volvimos muy buenas amigas. En poco tiempo, me mudé a vivir con ella, pero no fue lo que yo esperaba.

¡La de cosas que tuve que pasar viviendo con Jenny! De verdad, cosas vergonzosas y arriesgadas.

Una vez, Jenny le robó, bueno ella dijo que solo lo había tomado por un rato, un auto, ¡sí, un auto! A una anciana. Tuve que obligarla a entregarlo para no llamar a la policía.

Cuando Jenny cumplió 21 años quisimos ir a Londres, todo lo que vivimos ahí fueron más locuras de lo normal.

Cuando llegamos a Londres buscamos donde quedarnos, un hotel barato porque, aunque los padres de Jenny eran ricos, ella los había desobedecido y ella tenía solo lo necesario para sobrevivir, además ellos no sabían que habíamos decidido lanzarnos a la aventura.

Entontramos un lugar pequeño donde quedarnos, nos cobraban más de lo que podíamos pagar por día, pero decidimos quedarnos. Jenny dijo sería bueno, que hiciéramos algo para juntar dinero aquí también. Así que mientras salíamos a caminar y conocer la ciudad. Hacíamos cualquier cosa que nos permitiera reunir una cantidad de dinero aunque fuera para poder comer además de pagar la habitación en la que nos quedábamos.

Así que intentamos muchas cosas, desde leer la mano a los paseantes del centro de Londres, cantarles canciones de Juan Gabriel, porque sabemos que en esos lugares es muy reconocido. Y efectivamente, había personas que nos daban hasta un euro. Yo no sabía cantar, pero Jenny lo hacía muy bien, siempre decía que sus padres la habían inscrito en una academia de canto y cuando lo decía hablaba como lo hacen los mayordomos apretados eso de las casas ricas. A mi me daba mucha risa verla actuar de esa manera.

Una noche cuando regresábamos a nuestro hotel. Fuimos asaltadas. Nos robaron todo lo que habíamos ganado ese día y nos quitaron, además, las pertenencias con las que contábamos. Nos quedamos tan solo con la ropa que traíamos puesta y un cambio más que teníamos en el hotel.

Esa noche no cenamos. No hubo para comprar comida. Y tampoco dormimos, estábamos demasiado asustadas y tristes.

Entonces Jenny me habló, me dijo no te preocupes, mañana salimos a la calle hacemos otro acto circense y verás cómo ganamos la comida, el cuarto y hasta podemos comprarnos algo de ropa, pero no fue así. Al siguiente día salimos a las calles e intentamos hacer nuestra presentación de canto y tarot, pero ese día en Londres, hacía mal tiempo. No paraba de llover y no había gente por las calles. Así que regresamos al cuarto con las manos vacías, cabe mencionar que no habíamos probado bocado alguno. A Jenny se le ocurrió que podíamos comer en el mismo hotel y que nos cargaran el monto en la cuenta, y así lo hicimos. Comimos mucho, está bien dicho cuando les digo que nos estábamos muriendo de hambre.

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