CUENTO RATONES

Esta es la historia de el Ingeniero Silverio, un hombre que logró realizarse dentro de la rama de la ingeniería civil, de un niño que alguna vez soñó con deleitar a los oídos más finos y reales con el don de su voz y su guitarra, la vida y su hija la experiencia te enseñan los caminos, tu decides cuál quieres elegir.

Silverio Gutierrez nació y creció dentro de la casa que sus padres construyeron como su patrimonio, los ingenieros Ramón Gutierrez y Mariana Zamudio, se conocieron mientras ambos estudiaban en el IPN1. Con el tiempo ambos se mudaron a Monterrey, se casaron, formaron su propio negocio de consultorías, construyeron su casa y tuvieron a su único hijo Silverio. Durante la infancia de Siberio, fue muy cuidado y bendecido, sus padres lloraron al verlo dar sus primeros pasos, lo que provocó que pusieran redes de protección en las escaleras y escalones de toda la casa. A Silverio le encantaba probar todo lo que podía sentir como suave y brilloso, reía cada vez que su mamá le cambiaba el pañal como si de una verdadera broma y gracia se trataba, pero lo que más amaba era admirar las canciones de cuna que su padre le cantaba al atardecer con su guitarra. Era un placer especial tirar con sus diminutas manos las cuerdas del instrumento y escuchar cada uno de los sonidos de las seis cuerdas.

Silverio aprendió a hablar, dejó de gatear para caminar, metiendo preocupación a sus padres de poder caerse, aprendió a correr en el enorme patio trasero y a la edad de 6 años aprendió a tocar la guitarra a cargo de la enseñanza de su papá, es de aquí donde nace la pasión por la música de Silverio.

Sus padres vieron el desarrollo de Silverio de muy cerca, al cuidarlo muy de cerca y al mismo tiempo realizando un esfuerzo por continuar con la consultoría y trabajos en una constructora. Silverio heredó el gusto y la facilidad por las matemáticas y el buen parecido con su padre, de su madre heredó los lindos ojos color miel, el carácter para resolver los problemas y afrontarlos, se identificaba más con su madre, pero compartía gustos con su padre. Silverio creció en el ambiente de la construcción, de escuchar a sus papás hablar de números, de proyectos, de clientes, mientras el se ponía a cantar las canciones de la radio y de los programas infantiles en la televisión.

Creció y se convirtió muchacho muy estudioso, no era de los primeros en clase, pero entendía muy bien cada una de las materias de la escuela, todo tiene su motivo. Silverio prefería pasar horas componiendo canciones en su guitarra que terminar sus tareas escolares. Esto se convirtió en preocupación para sus padres, ellos tenían planeado que su hijo terminara sus estudios medio superiores y estudiaría ingeniería civil como sus padres, trabajaría con ellos y juntos llevarían a la cumbre el proyecto que sus padres habían iniciado con colegas en años anteriores: una constructora propia. Esta empresa sería el patrimonio de Silverio cuando ellos ya no estén, pero todo eso se vendría abajo cuando Silverio les dio la noticia a sus padres que quería dedicarse a estudiar música como profesión.

Sus padres se negaron, principalmente su padre que no permitiría que su único hijo se dedicara a algo que ''no tiene pies ni cabeza". Ni siquiera su madre lo apoyo, y finalmente después de varios meses de discusiones familiares, Silverio se rindió y estudió la carrera que sus padres le impusieron, las cargas académicas arrumbaron su guitarra más no su sueño. Durante su estudio su padre falleció de una enfermedad en el hígado, y esto obligó moralmente a finalizar su carrera.

Silverio logro la estabilidad económica que muchos desean, gracias al patrimonio que dejó el trabajo de ambos padres, fue un muchacho que cubría toda necesidad, logró casarse con una buena mujer que conoció en la universidad, su madre les dió la bendición y poco a poco Silverio fue adquiriendo cariño por su profesión, por su vida, por sus pertenencias, más no se sentía realizado completamente, el aún fantaseaba con el calor que le brindaba un escenario en sus presentaciones de adolescente, en las noches de desvelo componiendo una canción.

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