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Comentario De Texto


Enviado por   •  14 de Mayo de 2013  •  2.290 Palabras (10 Páginas)  •  254 Visitas

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Prueba 1 – Comentario de Texto Desconocido (Nivel Superior)

Julie Amerikaner 12º 2009. Prof. Cecilia Bruzzoni

PREMIO

Por mi buena conducta me destinaron a una celda individual, me facilitaron una máquina de escribir, papeles a granel y me acortaron la pena.

Yo escribía, escribía todo el tiempo disponible, volcándome en esas cuartillas que en aquel momento eran toda mi vida. No tenía nada más y el revivir mi calvario me destrozó al principio. Volví a sentir lo mismo que entonces, cuando me hirvió la sangre, esa sangre contenida durante tanto tiempo, que estalló súbitamente una tarde de abril.

Después de sufrir todo lo que es posible sin morir, empecé a sentirme bien. Un día me visitó el alcaide y oyó el relato de mis propios labios. Se sentó en mi camastro muy impresionado. Me rogó que hiciera una copia para el gobernador. Éste me llamó a su despacho y con mi permiso envió el manuscrito al concurso literario del año. Fue un error el que cometí y nunca me arrepentiré lo suficiente.

Ya cumplí mi condena y estoy en libertad. También debo decir que ahora soy el escritor de moda, el premio literario más importante del año.

Fue un error el que cometí y nunca me arrepentiré lo suficiente. Porque yo empecé a escribir solamente para mí, para liberarme. Si hubiera adivinado lo que iba a ocurrir, hubiera quemado el relato después de haberlo escrito, bendiciendo a Dios por haberme ayudado con un medio tan sencillo.

Porque yo tomé ese camino sólo para mí, para liberarme. Mi libro estará constantemente conmigo para recordármelo. Y éste será mi verdadero castigo.

Lila Padilla, Entre sombras y maldades (1976)

Prueba 1 – Comentario de Texto Desconocido (Nivel Superior)

PREMIO

A pesar de su corta extensión, el fragmento de “Entre sombras y maldades”, escrito por Lila Padilla en 1976, está dotado de una riqueza singular. Su temática refleja la realidad de muchos autores latinoamericanos que viven la fama como un castigo, un encierro. Escritores tales como Gabriel García Márquez incluso calificarían como “feliz” aquella etapa de anonimato, cuando escribir era meramente un medio de liberación. El protagonista de este fragmento – un preso, condenado posiblemente por homicidio, que accede a una celda individual por su “buena conducta” (línea 1) – vive en carne propia las consecuencias de la fama cuando se vuelca en la escritura como modo de purgación por sus acciones y posteriormente autoriza el envío de su manuscrito al “concurso literario del año”. En efecto, el narrador gana y se transforma en el “escritor de moda” (línea 13). Empero, este reconocimiento no lo enorgullece, sino que lo encierra: su libro permanecerá a su lado por siempre. De esta forma, el título del texto resulta irónico; la fama no es un “premio” para el narrador, es su “verdadero castigo”. Aquello que inicialmente lo liberó terminó por encerrarlo y condenarlo.

Concretamente, el fragmento incluye temas como la escritura y el oficio del escritor; la fama y el arrepentimiento, el aislamiento. La escritura es un medio catártico que facilita la purga de sentimientos horrorosos. Por esta razón, el narrador revive su calvario y vuelve a sentir “esa sangre contenida durante tanto tiempo” (línea 6). Después sufre “todo lo que es posible sin morir” (línea 7), lo que indica que la escritura no es un oficio simple o fácil. Sin embargo, el protagonista empieza a “sentirse bien” una vez que concluye su labor. Entonces, se desprende la idea de que la escritura es un método efectivo de liberación. El aislamiento que implica el oficio de escritor (pues el narrador sólo escribe en una celda individual, sin contacto alguno con el mundo exterior) es en realidad liberador, más allá del encierro físico. Las palabras curan al protagonista; la escritura sana. De modo algo paradójico, una vez que el narrador “cumple su condena y está en libertad” (línea 12) es cuando realmente experimenta el encierro. La fama trae consigo el arrepentimiento ya que el protagonista añora volver atrás en el tiempo y “quemar el relato después de haberlo escrito” (línea 16). El libro es su “castigo”, pues hace público lo interno, lo privado. El narrador ya no es un prisionero en una celda, pero el lector lo percibe como un hombre atrapado por la fama. La presencia constante de su libro le recordará por siempre su crimen.

Puesto que el texto es relatado por el mismo reo en primera persona, este personaje nos revela toda sus subjetividad, su interioridad. Sus rasgos físicos jamás se revelan pues sus pensamientos y sensaciones son los que le otorgan mayores matices al fragmento. No sabemos el nombre del narrador, aunque conocemos una parte de su pasado: es un hombre condenado a prisión a causa de su comportamiento “una tarde de abril”. Quizás haya cometido un crimen pasional, pues el narrador describe el hervor de una sangre “contenida” que “estalló súbitamente”. Este personaje es sensible porque las emociones juegan un rol primordial en el desarrollo del texto. El narrador no se limita a contar lo que hace, sino lo que siente: él “sufre”, sus sensaciones lo “destrozan”, luego se “arrepiente”.

Por otro lado, personajes secundarios ,como el alcalde y el gobernador de una ciudad desconocida, aparecen brevemente como guías que facilitan la transición del narrador del anonimato al estrellato. Son sus primeros lectores que se conmueven con su relato. Sus intenciones parecen ser buenas y honradas: el alcalde queda “muy impresionado” (línea 9) por el relato del reo e incluso “ruega” (línea 9) que haga una copia al gobernador. El gobernador se muestra más distante pero su acción en el texto es trascendental: envía el manuscrito del narrador al concurso literario del año. El narrador inicialmente acepta, sin prever las consecuencias. Repetirá entonces: “fue un error el que cometí y nunca me arrepentiré lo suficiente” (líneas 10 y 11).

En segundo lugar, resulta interesante examinar la contradicción que representan los espacios en el fragmento. Su descripción es nula, pero predominan dos situaciones contrastantes: el encierro y la libertad. El texto comienza con un lugar cerrado, la prisión. Sin embargo, esta condición no implica que el reo se sienta aislado; al contrario, durante su estadía en la cárcel escribe el libro como modo para liberarse, “sólo para él”. La escritura es para el narrador un proceso privado, íntimo, donde una convulsión de memorias, emociones

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