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Comentario de texto Gabriel García Márquez


Enviado por   •  10 de Abril de 2023  •  Reseña  •  1.582 Palabras (7 Páginas)  •  157 Visitas

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Comentario de texto sobre Gabriel García Márquez

La abuela de Eréndira, matriarca, a cargo de la propagación del patriarcado en el relato

Gabriel García Márquez nació en Aracataca, Colombia, el 6 de marzo de 1927 y murió el 17 de abril del 2014 en México DF, México. Portador de diferentes reconocimientos y premios como: el Premio Nobel de Literatura en 1982, primer premio en el concurso de la Asociación de Escritores y Artistas, premio de la Novela ESSO, entre otros. Este autor colombiano en su trayectoria consiguió ser el mayor exponente del Realismo mágico y escritor del Boom literario latinoamericano. Escrito en 1972 y publicado por primera vez en 1974, “La increíble y triste historia de la cándida Eréndira y su abuela desalmada” de García Márquez pertenece al género narrativo al ser una novela corta, con dos personajes principales, la abuela desalmada y la cándida Eréndira. A lo largo de esta novela corta la abuela de Eréndira cumple con el perfil de matriarca debido a su imagen pero en su día a día torna esta imagen a la propagación del patriarcado.

La novela corta de “La increíble y triste historia de la cándida Eréndira y su abuela desalmada” de Gabriel García Márquez trata de una pobre muchacha huérfana que tras incendiar, por accidente, la mansión de su abuela se encuentra obligada a pagar su deuda al prostituirse. Su travesía comienza después del terrible suceso con el “viento” de su desgracia. A lo largo del cuento la abuela de Eréndira, una matrona, demuestra una peculiar actitud. A pesar de su imagen de matriarca, la abuela al imponer su constante autoridad esparce el patriarcado. En el relato se exponen diferentes situaciones en las que la abuela de Eréndira mezcla sus palabras y acciones con el interés maternal y el malvado patriarcado. La abuela de Eréndira vende la virginidad de su nieta a un viejo asqueroso en el pueblo cerca de la mansión. Demuestra la imagen de la mujer en el patriarcado al vender la flor de la virginidad de su nieta, como un objeto más de la posesión de la abuela. En el relato explica que Eréndira empezó a pagarle la deuda ese mismo día, caminaban bajo el estruendo de la lluvia. La abuela la llevó con el tendero del pueblo, descrito como. “Un viudo escuálido y prematuro que era muy conocido en el desierto porque pagaba a buen precio la virginidad. Ante la expectativa impávida de la abuela el viudo examinó a Eréndira con una austeridad científica” (García Márquez, s.f. pág. 4). Al presentar a Eréndira como un objeto para ganar algunos pesos, la abuela regatea el precio de la virginidad de su nieta. Como un objeto en una casa de empeño la abuela buscaba el mejor precio por su nieta. La imagen del patriarcado está presente en este evento al utilizar a una mujer, una niña, para ganar algunos pesos, al transformarla en un objeto y cuando Eréndira se ve obligada a entregar la flor de su virginidad por unos cuantos pesos a manos de un viejo viudo. A través de toda la novela la abuela, una ex prostituta, obliga a su propia nieta a incursionar en la protitución para pagar su deuda después del suceso en la mansión. caso más abstracto, un objeto más para el patriarcado. El ejemplo más claro de esta posesión por parte de la abuela presente en el libro es cuando Eréndira es atrapada por misioneros en el desierto. En ese momento García Márquez expuso que. “No hubo un recurso que la abuela no intentara para rescatar a la nieta de la tutela de los misioneros. Sólo cuando le fallaron todos, desde los más derechos hasta los más torcidos, recurrió a la autoridad civil, que era ejercida por un militar” (García Márquez, s.f. pág. 15). La abuela, como cualquier hombre de negocios, cuidaba su producto o en este caso el origen del servicio que ella promovía. Este es un pequeño ejemplo de cómo la abuela se preocupaba únicamente por el dinero que Eréndira representaba para ella y a su vez su supuesta imagen de matriarca es una máscara que cubre la palpable imagen del patriarcado plasmado en la abuela y externalizado por la prostitución forzada de su nieta. Por último, la abuela de Eréndira es la imagen femenina reencarnada del patriarcado, desde la construcción de su imagen hasta sus acciones esparcen el patriarcado. La señora una mujer que subió de ser una prostituta a tener una mansión gracias a Amadis padre. Esta mujer demuestra una actitud arrogante que oprime a su propia nieta a realizar tareas en la casa que son para catorce sirvientas ella sola. En el texto García Márquez introduce a la abuela con el siguiente párrafo:

Cuando acabó de bañarla, llevó a la abuela a su dormitorio. Era tan gorda que sólo podía caminar apoyada en el hombro de la nieta, o con un báculo que parecía de obispo, pero aún en sus diligencias más difíciles se notaba el dominio de una grandeza anticuada. En la alcoba compuesta con un criterio excesivo y un poco demente, como toda la casa, Eréndira necesitó dos horas más para arreglar a la abuela. Le desenredó el cabello hebra por hebra, se lo perfumó y se lo peinó, le puso un vestido de flores ecuatoriales, le empolvó la cara con harina de talco, le pintó los labios con carmín, las mejillas con colorete, los párpados con almizcle y las uñas con esmalte de nácar, y cuando la tuvo emperifollado como una muñeca más grande que el tamaño humano la llevó a un jardín artificial de flores sofocantes como las del vestido, la sentó en una poltrona que tenía el fundamento y la alcurnia de un trono, y la dejó escuchando los discos fugaces del gramófono de bocina. (García Márquez, s.f. pág. 1)

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