Cristobal Colón en la corte de los reyes católicos
Enviado por Maylis Texier • 22 de Diciembre de 2015 • Síntesis • 2.101 Palabras (9 Páginas) • 1.623 Visitas
Cristobal Colon en la corte de los reyes catolicos
Cristóbal Colón, al regresar del Nuevo Mundo, ofreció en Barcelona dones e indios a los reyes de España, sus patrocinadores. El pensionado Juan Cordero, al avanzar en los estudios artísticos que seguía en Roma, dedicó este cuadro a la Academia de San Carlos, su benefactora eventual. Enviado en 1850 a México desde Roma, como parte de sus demostraciones obligatorias del grado de pericia alcanzado, y con la dedicación explícita "A la Academia de San Carlos de México en testimonio de gratitud" inscrita en el envés, el lienzo de Cordero figuró en la tercera exposición de la Academia de San Carlos de diciembre de 1850. Esta pintura es una clasica de la primaria. Colon mostrando su recien descubierta de América al sorprendido Rey Fernando y la complacida Reina Isabel. La pieza ha sido parte del relato historico y es uno de los referentes mas inmediztos cuando hablamos de la Conquista. Primera representación en México de indios junto a Colón. Cordero utiliza su propio rostro como modelo para uno de los indios.
Precedido por tales expectativas, el cuadro figuró, pues, en la Academia de San Carlos en la exposición de diciembre de 1850. Aunque tuvo algunas críticas negativas (calificadas unánimemente de injustas), en especial una aparecida en el periódico El Conciliador, en general gozó de una recepción muy favorable.
I – Presentacion del cuadro
A/ Presentacion de la escena pictural
De vuelta Colón del Nuevo Mundo que acaba de descubrir, presenta a los príncipes católicos, Da. Isabel y D. Fernando, varios naturales de la nueva tierra y ricos regalos de los productos de aquel suelo. Sentados los reyes debajo de un rico dosel, se levanta D. Fernando para honrar al afortunado marino, que acercándose a los soberanos, indica con una mano los presentes de la tierra descubierta : muchas damas de honor y caballeros están presentes a esta escena gloriosa para España.
Sentados los reyes debajo de un rico dosel, se levanta el Rey Fernando para honrar al afortunado marino, que acercandose a los soberanos, indica con una mano los presentes de la tierra descubierta. Muchas damas de honor y caballeros estan presentes a esta escena gloriosa para Espana.
Cuadro notable por la riqueza y variedad de sus tonos, y por la verdad absoluta con que estan pintados todos los ropajes y accesorios. Todo en este cuadro esta pintado con una verdad, escrupulosidad, y finura que encanta y admira al mismo tiempo. La rica alfombra recamada de oro que entapiza las gradas del trono, tercio pelo carmesi de los cojines, la seda y armiño de los trajes, el limpio acero de las armaduras de los guerreros, la lana de los habitos del religioso que esta presente. Cada figura, traje y accesorio es un estudio complejo y bien acabado. No parece sino que el pintor se empeño en todos los pormenores de su cuadro, como si de cada uno de ellos dependiera su bien merecida reputacion, y como si cada uno de ellos hubiese de formar un cuadro por si solo.
B/ La figura de Colón
La figura de Colón, víctima infortunada de su propio genio, interesó particularmente a los artistas durante el romanticismo, llegando a convertirse en una verdadera figura de culto. En 1829 Washington Irving dio a conocer una importante biografía sobre el navegante genovés, pronto traducida del inglés a otros idiomas; en 1831 se publicó la versión castellana, la cual tuvo incluso edición mexicana. Por su parte, William H. Prescott, el célebre historiador bostoniano, le dedicó un importante papel a Colón en su Historia del reinado de los reyes católicos, Fernando e Isabel (1838). En México se conocieron y utilizaron pronto estos recuentos literarios de los viajes colombinos de exploración y descubrimiento, tan importantes para la propia historia nacional.
Juan Cordero, que permaneció en Italia como estudiante de pintura entre 1844 y 1853, no debió de ignorar semejantes campañas de promoción de aquel héroe. Empezó a trabajar su propia versión de este asunto en 1849, dando como explicación de motivos la siguiente: “El inmortal navegante es digno de que se hubiesen ocupado y se ocupasen más de él los más distinguidos profesores y aunque es demasiada audacia en mí, principalmente, me decidí al fin después de largas vacilaciones, a consagrar el tributo de mi más pobre pincel a la manera imperecedera de ese punto histórico. Ese asunto lo elegí para mi cuadro, tanto por el alto interés que inspira al mundo y principalmente a los americanos y europeos, tanto porque no ha llegado a mí noticia de que haya sido tratado por ningún otro artista, creo que no desagradará.”
C/ La figura del rey
Pero lo que mas nos llama la atencion, y que juzgamos es lo mejor del cuadro, es la figura del Rey, la mas llamativa. En ella brillan todas las dotes de que acabamos de hacer mencion, y sobre todo el rico manto que desciende de sus hombros, el Rey tiene una expresion natural y propia. Su asombro es profundo, cual debia ser al ver por primera vez aquellos extranos e inesperados objetos, y al descubrir el horizonte que se abria a su poder. Lo interesante es que su asombro no es el de un hombre afan de poder, sino el de un hombre de gran corazon. Colon fue acogido como un heroe por los Reyes Catolicos en el palacio real de Barcelona con todos los honores. Fernando e Isabel le concedieron el derecho de sentarse en la misma mesa. Hubo un desfile de indigenas, con loros que Colon habia traido. Los Reyes no se dejaron convencer por las intrigas que ya se tejían contra Colon. Le confirmaron sus títulos y privilegios y por real cédula adicionaron un castillo y un león a su escudo de armas. Pero el Almirante sólo pensaba en regresar a las Indias, y esta vez con gran despliegue náutico.
II - El crítico
A/ Contexto artistico
Insiste en la importancia de este elemento de sorpresa, acaso llevado por su
propia condición de extranjero, conmovido por la otredad que también para él
representaba el indígena, compendio y emblema del nuevo mundo, y aquí expresa
su principal salvedad a la composición de Cordero. Nosotros diremos francamente que hubiéramos deseado que las figuras todas, exceptuando la del rey, hubiesen revelado mejor aquella sorpresa que debió apoderarse de ellos al ver de repente delante de sí, por expresarnos de esta manera, un nuevo y diverso mundo. Hubiéramos querido que los indios que por primera vez aparecían en aquella brillante corte, hubiesen ocupado u lugar más prominente en el cuadro; pero cada artista tiene su modo especial de ver las cosas.
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