Cuento Las Abejitas
Enviado por dczar.mora • 9 de Enero de 2013 • 1.813 Palabras (8 Páginas) • 560 Visitas
En una pequeña ciudad hubo una vez un cuento vacío. Tenía un aspecto excelente, y una
decoración impresionante, pero todas sus hojas estaban en blanco. Niños y mayores lo
miraban con ilusión, pero al descubrir que no guardaba historia alguna, lo abandonaban en
cualquier lugar.
No muy lejos de allí, se encontraba un precioso tintero, lleno de tinta, al que su dueño había
dejado olvidado hacía ya varios años. Tintero y cuento lamentaban su mala suerte, y en eso
gastaban sus días.
Quiso el azar que una de las veces que el cuento fue abandonado, acabara junto al tintero.
Ambos compartieron sus desgracias durante días y días, y así hubieran seguido años, de no
haber caído a su lado una elegante pluma de cisne, que en un descuido se había soltado en
pleno vuelo. Aquella era la primera vez que la pluma se sentía sola y abandonada, y lloró
profundamente, acompañada por el cuento y el tintero, que se sumaron a sus quejas con la
facilidad de quien llevaba años lamentándose día tras día.
Pero al contrario que sus compañeros, la pluma se cansó enseguida de llorar, y quiso cambiar
la situación. Al dejar sus quejas y secarse las lágrimas, vio claramente cómo los tres podían
hacer juntos mucho más que sufrir juntos, y convenció a sus amigos para escribir una historia.
El cuento puso sus mejores hojas, la tinta no se derramó ni un poco, y la pluma puso
montones de ingenio y caligrafía para conseguir una preciosa historia de tres amigos que se
ayudaban para mejorar sus vidas.
Un joven maestro que pasaba por allí triste y cabizbajo, pensando cómo conseguir la atención
de sus alumnos, descubrió el cuento y sus amigos. Al leerlo, quedó encantado con aquella
historia, y recogiendo a los tres artistas, siguió su camino a la escuela. Allí contó la historia a
sus alumnos, y todos se mostraron atentos y encantados.
Desde entonces, cada noche, pluma, tintero y cuento se unían para escribir una nueva
historia para el joven profesor, y se sentían orgullosos y alegres de haber sabido cambiar su
suerte gracias a su esfuerzo y colaboración.
Edad: Para 6‐7 años.
Objetivo: Fomentar el trabajo en equipo y la colaboración mutua.
Materiales: Un cuaderno, bolígrafos, lápices, ceras…e imaginación.
Tiempo: Durante un curso escolar.
Desarrollo de la actividad en el aula: El profesor hace que los niños se coloquen en círculo
y les cuenta el cuento “Cuento, tintero y pluma” . Una vez leído se hacen los siguientes
comentarios y preguntas de comprensión:
¿
Por qué estaban tristes cuento, tintero y pluma?
¿
Cómo consiguen estar alegres?
7
“Hacer las cosas en grupo es mucho más divertido que hacerlas solos. Si trabajamos, jugamos
leemos o escribimos juntos seguro que lo pasamos mejor y aprendemos muchas cosas los unos
de los otros”.
El profesor comenta a los alumnos que van a inventar una historia todos juntos, igual que
hicieron cuento, tintero y pluma. Para ello, entre toda la clase se elige el título del cuento
que se va a escribir. A continuación el profesor explica a los padres de los alumnos que cada
semana uno de ellos llevará el cuaderno a casa y que con su ayuda tendrán que continuar la
historia que haya escrita. Los padres procurarán que sus hijos escriban en la medida de lo
posible (el nombre del protagonista, algún color, el principio o el final del relato…) y que
acompañen la escritura con dibujos, colores…
Cada vez que el cuaderno vuelva al aula, se leerá para toda la clase el nuevo fragmento de
historia y se aplaudirá al autor. Una vez que el libro esté finalizado, éste puede incorporarse
a la biblioteca escolar.
Nota: Para más información de cómo llevar a cabo esta actividad, puede consultarse el
documento “El libro viajero” dentro de la sección “Material para el usuario”.
(Cuéntanos tu experiencia en “Habla con noso
POPI EL ALPINISTA
(Pedro Pablo Sacristán)
(FUENTE: www.cuentosparadormir.com)
Popi el alpinista era famoso por sus intentos de escalar la gran montaña nevada. Lo había
intentado al menos 30 veces, pero siempre había fracasado. Comenzaba la ascensión a buen
ritmo, con la vista puesta en la nieve de la cima, pensando en la maravillosa vista y aquel
sentimiento de libertad. Pero a medida que las fuerzas le fallaban, bajaba los ojos, y miraba
más a menudo sus desgastadas botas, y finalmente, cuando las nubes le rodeaban, y
comprendía que ese día no podría disfrutar de la vista, se sentaba a descansar, aliviado, para
comenzar el descenso de vuelta al pueblo, pensando en las bromas que tendría que volver a
soportar.
Una de aquellas veces subió acompañado por el viejo Chisco, el óptico del pueblo, que fue
testigo del fracaso. Fue el propio Chisco quien más animó a Popi para volver a intentarlo, y le
regaló unas gafas oscuras especiales; "si comienza a nublarse, ponte estas gafas, y si
comienza a dolerte los pies, pontelas también; son especiales, te ayudarán".
Popi aceptó el regalo sin darle importancia, pero cuando volvió a sentir el dolor en los pies, lo
recordó y se puso las gafas. El dolor era muy molesto, pero a través de los cristales podía
seguir viendo la cumbre nevada, así que siguió avanzando. Como casi siempre, la mala suerte
volvió a aparecer en forma de nubes, pero esta vez eran tan ligeras que podía seguir viendo la
cumbre a través de las nubes.
Así siguió Popi escalando, dejó atrás las nubes, olvidó sus dolores y llegó al fin a la cima.
Merecía la pena. Su sensación de triunfo fue incomparable, casi tanto como aquella
maravillosa vista, custodiada por el silencio
...