Cuento la serpiente dorada

La Serpiente Dorada

Una tarde Isabella y Martín, unos traviesos y divertidos amigos inseparables, a quienes les encantaba vivir emocionantes aventuras, escucharon a la abuelita de isabella conversar con una vecina, de una mágica serpiente dorada que era capaz de hacer realidad los deseos, según se comentaba se encontraba en la Isla Maco.  Ellos emocionados se miraron y al mismo tiempo dijeron.. “tenemos que ir en busca de esa serpiente dorada”

Y se propusieron ir por una nueva y entretenida aventura en busca de la serpiente dorada. Comenzaron esta aventura insertándose en la Isla Maco, estaba lleno de muchos árboles, arbustos, animales y muchos insectos que molestaban al caminar, era difícil avanzar, pero estaban tan entusiasmados caminaban sin parar, hasta que llegaron a un lugar donde ya no podían seguir…  ¡un puente cortado …!!!!!  Y abajo estaba lleno de cocodrilos y anguilas….!!!!!

• No puede ser…!!!  que haremos ahora, no podemos detenernos – dijo Isabella
• Tenemos que pensar en algo para poder cruzar  - respondió  Martín

Mientras las anguilas recorrían las aguas y los cocodrilos los observaban con sus tremendos ojos.

• Se me ocurre una idea, pero es muy peligrosa - dice Martín – la única opción que tenemos es cruzar saltando sobre las cabezas de los cocodrilos.
• Eso es muy riesgoso, pero  todo sea por seguir nuestro recorrido y encontrar la serpiente dorada – le responde Isabella – Pero tenemos que cruzar muy rápido para lograrlo.

Adivinen quien fue la primera persona en atreverse a cruzar….???!!!!  

 Isabella fue la primera en cruzar saltando sobre las cabezas de los cocodrilos y cuando llegó al otro lado brincaba de alegría por haber logrado su hazaña…

• Vamos Martín tu puedes hacerlo -  le gritaba Isabella – del otro lado,  salta rápido y no mires abajo, le indicaba.

Finalmente, Martín se atrevió y logró, ambos salieron ilesos de esta aventura…

Al caer la noche, Isabella y Martín estaban buscando un refugio.  Isabella divisó una cueva y dijo a Martín:

 _ Mira Martín en esa cueva podremos  descansar _ juntos entraron en ella, encontrando un lugar cómodo para dormir.

En la mañana siguiente, Isabella fue la primera en despertar, y salió en busca de alimento.  Cuando andaba bien lejos de la cueva  ¡¡¡Bang!!! ¡¡¡Bang!!! escuchó; entonces corrió en busca de Martín, aún estaba en la cueva, pero muy asustado.

_ ¿Qué es ese ruido? _ preguntó Martín

_ Creo que son disparos _ respondió Isabella

_ ¡¡¡Bang!!! ¡¡¡Bang!!! _  y escucharon el sonido más fuerte.

Con mucho miedo salieron de la cueva y entre los árboles vieron a 3 cazadores con escopeta en mano, iban tras una tierna cría de tigre; al ver esto Isabella muy enojada susurro a Martín:

_ Este es el plan ……

Al atardecer, los cazadores regresaban a sus casas, pero vieron algo que llamo su atención, tomaron sus escopetas, caminaron lentamente muy juntitos y….

 _ ¡¡¡¡ AahhhhhAhhhh!!!  Los cazadores cayeron en una trampa, sobre un montón de hojas había un señuelo y bajo, un profundo agujero, del cual tardaron muchísimo en salir.   Isabella y Martin escondidos tras unos árboles no paraban de reír, sin dudas este fue el plan de Isabella para castigar a los cazadores por lastimar a esos animalitos indefensos.

Como ya estaba oscureciendo no podían continuar su viaje por lo que  decidieron pasar una noche más en la cueva, juntaron leña e hicieron una fogata; charlaron, rieron  hasta que el  sueño y el cansancio los venció quedándose dormidos profundamente.

Al día siguiente Isabel y Martín continuaron su viaje en busca de la serpiente dorada. Caminando por la rivera del rio Martín diviso una silueta con forma humana pero con alas.

Isabela: (suspirando) mira Martín ¡hay una mariposa muerta!

Martin: Pero como Isabela no ves que tiene forma humana.

Martin e Isabela asombrados por lo que vieron se acercaron para ver lo que era.

Martin dice: ¡Es una mujer!

Isabela: Si una mujer con alas.

La mujer con alas era un hada que permanecía en el rio.

Isabela: Martin vamos, ayudémosla

Martin: Isabela nos puede hacer daño, parece estar muerta.

Martin e Isabela tomaron a la mujer con alas y la ayudaron. Estaba moribunda con sus alas trizadas, por lo cual decidieron ir en busca de flores sanadoras las cuales se encuentran a la orilla del rio Escarlata. Al encontrarlas prepararon la poción y se la dieron a beber, a medida que la mujer tomaba la poción se dieron cuenta que era una haga del rio.

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