Cuento terror. Noche de Halloween
Enviado por liniemorat88 • 2 de Noviembre de 2016 • Tarea • 1.851 Palabras (8 Páginas) • 580 Visitas
Noche de Halloween
Estaba recostada en mi cama a las 11 pm exactas, como cada noche de Halloween decidí no hacer caso a esas niñerías y continuar mi rutina de dormir como las otras 364 noches del año. En aquella noche sólo había una cosa distinta… ya no estaba mi dulce madre para insistirme que saliera con los demás chicos a divertirme, disfrazarme y pedir dulces, como quien dice, pasar una “digna noche de Halloween”.
Trate de quedarme dormida pero no podía dejar de pensar en la falta que me hacía, en que a pesar de todas nuestras discusiones la extrañaba, y justo esa noche, que era un motivo para discutir año tras año… añoraba su presencia. Con los ojos al borde de lágrimas y mis puños cerrados en mi pecho fui cayendo hasta que lo conseguí, caí dormida.
Horas y minutos más tarde mis ojos se abrieron casi contra mi voluntad, gire mi cabeza hacia la ventana y aún estaba oscuro, el reloj en la pared marcaba las 3:00 am en punto. Diablos, ¿Qué hacía despierta a esa hora de la madrugada?
Al día siguiente tenía clases en la secundaria, dos proyectos que presentar y un examen de álgebra y no podía dormir, enfurecí tanto que hasta el sonido de las aves comenzó a hostigarme, entonces, me levanté de un brinco de la cama y a pasos grandes y golpeados me acerqué a la ventana y la cerré de un solo golpe, me di la vuelta y justo en ese momento escuché claramente cómo se abrió la ventana… También de un solo golpe. Sin mover ni un dedo concientice que yo estaba totalmente sola en la casa y no sólo eso, mi madre al comprar nuestra casa había elegido la que estuviera más alejada de las demás por comodidad, eran las 3:15 am, a esas horas ya todos los rufianes no estaban haciendo bromas ni pidiendo dulces, ya estaban en sus casas atascándose de ellos. Entonces… ¿Quién había cerrado la ventana?... ¿Qué había cerrado la ventana? .
Tímidamente giré mi cuerpo hacia la ventana nuevamente y no encontré nada, corrí a mi cama y me metí en lo más profundo de mis cobijas.
Adormilada, el viento soplaba violento e impiadoso, y entre el sonido del viento, las aves, el movimiento de los arboles sacudiendo sus hojas, lo escuche… ¿Qué escuche? Escuche el dolor, el miedo, la irá, el rencor, la tristeza más profunda, las intenciones más atroces en un solo grito si es que se le puede llamar así, porque ese sonido no podría ser emitido por un ser humano, tampoco por un animal, maldecí cada acto en el universo que me hubiera hecho vivir y existir, de pronto cada motivación, cada plan en mi vida, todas mis metas se vieron arruinadas, nada importaría después de ese horrible instante, y la niña que estaba viendo en tercera persona ya no era yo, lo perdí todo, nada volvería a ser como antes.
Caí de la cama y todo lo que hacía era retorcerme de dolor y emitir ese espantoso grito, ¿Qué estaba pasando?, mis oídos sangraban y me reía esquizofrénicamente, como si una parte de mi supiera que este era mi destino y por fin había llegado.
Después de ese episodio de locura quedé agotadísima, con una sonrisa macabra y mis ojos bien abiertos no pude evitar sentir que simplemente ya no sentía, en mi interior no quedaba nada.
Recordé a la pequeña niña de 5 años que corría por el prado con luz en sus pupilas y el corazón acogido por el amor de su familia, recordé sus llantos, sus momentos de ternura y felicidad, ella se había muerto para siempre y en mi interior no quedaba una sola partícula de luz.
Pasaron las horas, días, semanas y seguía exactamente en la misma posición, aunque ya no era la misma persona la que estaba tirada, fueron dos semanas para que la oscuridad que ya había llenado cada espacio de mi interior se exteriorizara y comenzara a transformar, digo que ya no era yo, pero ya ni siquiera tenía la forma de un ser humano, mi cuerpo estaba totalmente deformado, al levantarme fue difícil mirarme al espejo ¿Qué era ahora?
Retazos de piel y tejido que antes eran sus carnosos labios, colgaban de su boca, de sus mutiladas manos fluía una enorme cantidad de sangre, se encontraba inmóvil, abrumada de tanto dolor. Luego, en un acto que no era más que maldad pura, Ella tomó un mechero de llama alta, y tras asegurar muy bien aquellos despojos de manos, comenzó a quemar hasta casi carbonizar una a una las diez heridas donde antes se hallaban sus dedos. La joven, con la boca y manos mutiladas, simplemente no era capaz de soportar aquel sufrimiento, su cuerpo intentaba apagarse perdiendo el conocimiento momentáneamente, recuperándolo solamente Los sirvió en un plato con sus respectivos aderezos y comenzó a comerlos, saboreándolos lentamente frente a la joven, los devoraba hasta los huesos, parecía en verdad disfrutar de aquel despreciable manjar.
Primero la había obligado a verlo comer, pero luego, al percatarse que es de mala educación el comer sin invitar a otro, le pidió que abriera la boca, pero al negarse la joven, le arrancó los trozos de labios que le colgaban y no conforme con eso, la golpeo hasta fracturarle algunos dientes, para luego obligarla a comerse sus propios dedos. La joven estaba a punto de sucumbir, le rogaba a su verdugo por su muerte, en cambio, Diego tomó nuevamente el mechero colocándolo entre las piernas de la joven, encendió la llama a potencia media arrancándole de inmediato insufribles alaridos de dolor, su piel se contraía a consecuencia del fuego, mostrando la carne al perfecto color rojo carmesí que se ennegrecía lentamente al calor de la llama, la grasa corporal que emergía no hacía más que avivar la llama llegando a quemar y carbonizar el área hasta que la sangre no fluía mas.
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