Cuentos Colombianos
Enviado por gaticopc • 19 de Abril de 2013 • 1.329 Palabras (6 Páginas) • 411 Visitas
LA MUERTE EN LA CALLE
Un mendigo se sienta en un jardín a lado de un perro y empieza a recordar como llego a ser mendigo, pues él dice que era porque dios quería eso para él. Empieza recordando a su madre y cuando era un niño, que vivía en una casa con su mamá y un tío, su madre lavaba ropa y arreglaba casas, luego su madre muere y su tío vende la casa y todo lo que tenían. Su tío lo lleva al puerto, allí su tío se va en un barco y lo deja más solo, y con un costal y le dice que busque un zapatero, pues que él debía ser un zapatero. Así fue, el niño busca el zapatero y abre el costal, de allí saca una plantilla para hacer zapatos, pero le faltaba la otra. El zapatero le dice que eso no sirve para nada, y el niño se marcha por la calle y empieza a pedir a los señores, le dice caballerazo me da 1, 2, 5 o 10, así consigue clientes que molesta de vez en cuando. En la calle trataba de dormir en los patios de las casas pero nunca en la calle, pero siempre lo echaban y una vez consiguió un hueco dentro del patio de una casa, y allí dormía y se tapaba con una cobija, luego con una lata de zinc, por la lluvia, hasta que unos niños le empezaron a hacer maldades y le echaban cosas al hueco para que se aburriera. De ahí salió una noche y empezó a caminar por una calle larga, hasta que fue saliendo de la ciudad y allí encontró una cueva donde empezó a vivir y no se mojaba y decía que se era el camino que dios le dio. Y termina el mendigo muriendo en ese antejardín, al lado del perro y con 3 periódicos para taparse.
ESPUMA Y NADA MÁS
El capitán Torres, que perseguía los revolucionarios, llega a la barbería, llega con seguridad, deja su pistola y su correa de balas y se sienta cómodamente en el sillón. El barbero, consciente de que es un buen barbero, afila su navaja hasta hacerla brillar. Allí están los dos enemigos. El barbero sabe que ese hombre es peligroso, conoce de sus métodos aplicados a los rebeldes, sabe de las mutilaciones y de cómo disfruta cada vez que asesina a uno de sus enemigos. El barbero tiene una oportunidad de asesinarlo, es un revolucionario, pero también es un buen barbero. Aquí surge la vocación de barbero y su deber como revolucionario. Tan cerca que está, allí lo tiene indefenso, sólo tiene que hundir su navaja y habrá terminado con la vida de aquel enemigo. Su mente se convirtió en un torbellino de imágenes, podía percibir el olor de la sangre, ver la sangre correr bajo la puerta de la barbería. El militar Torres sumido en el sillón interrumpía a veces. Su barba era espesa, meditaba en sus futuras misiones para acabar con los rebeldes. Todo era un intercambio que aumentaba la duda en el barbero, lo mato o cumplo con mi trabajo. Era un excelente barbero, el mejor del pueblo. Ese dilema de actuar como barbero o actuar como revolucionario acapara sus pensamientos. Y termina de afeitar a Torres y sus ideas se convierten en espuma, pues no mata al militar, entonces Torres se levanta y lo mira, él sabía que el barbero era uno de los revolucionarios ocultos y con firmeza y seguridad le dice al barbero que le habían informado que éste lo mataría. Y termina con la expresión: “matar no es fácil, yo sé porque lo digo.
TODOS ESTAMOS ALA ESPERA
Empieza con un señor que llega a un bar, donde hay otros señores. Allí beben en la barra y juegan con las monedas que le echan al tocadiscos, además ven peleas de boxeo. El señor que llega, manifiesta que ahí va esperar y que ella debe de llegar a ese bar. Ahora, uno de los otros señores manifiesta que estamos en este bar todo rodea gente, cada uno con su espera. Estamos unidos en que
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