DISCURSO DE CLAUSURA

DISCURSO DE DESPEDIDA CEREMONIA DE GRADUACION

Estimadas AutoridadesProfesores y miembros todos de la Escuela telesecundaria 311

Alumnos graduados y familias

Señoras y señores:

Me siento muy honrada y es una gran distinción para mí el poder hablar hoy frente a todos ustedes en esta Ceremonia que representa un momento tan especial en sus vidas y en la que felicito a todos y cada uno de los compañeros graduados, pero también a nuestros Profesores, a las autoridades, a todos los miembros de la Escuela, y al mismo tiempo a nuestras familias y amigos aquí presentes, porque graduarse es sin duda un trabajo de equipo. Hoy es un día oportuno para agradecer cada palabra de aliento recibida en su camino, el apoyo y la comprensión brindada por todos los que nos rodean.

Me pregunto hoy: ¿Qué significa la graduación y por qué resulta tan importante? Quizás, y en primer lugar, debido a que este momento inolvidable encarna la culminación de muchos años de educación, de un propósito que partieron un día lejano, tal vez no tan seguros de lo que significaba en verdad. Es un día que transforma la relación que cada uno de ustedes, los graduados, tiene con la Sociedad.

Hoy, tal vez, recuerden con cierta nostalgia un pasado hermoso: algunos han encontrado entre los pasillos el amor, otros se han ganado el respeto de sus compañeros, pero definitivamente todos y cada uno de ustedes han dejado huella, no sólo entre nuestros maestros, sino también entre nosotros mismos, no será fácil, así, olvidar sus nombres, sus rostros, sus formas de ser; quizá pueda decirse que están desde hoy unidos bajo un sólo porqué.

Quisiera estar cierto de que lo que se llevan realmente es algo trascendente e insustituible. Algo que nunca les pueda ser sustraído. El asomo de una certeza, que les permita alcanzar su realización como personas libres y autónomas, capaces de conquistar un lugar, de ganarse la vida, tal vez, y reafirmar su identidad. Quisiera también estar cierto de que lo que se llevan de esta Casa de Estudios es un reto más, un desafío que toca a las nuevas generaciones, y ese es no perder jamás la capacidad de asombro. Noacostumbrarse a vivir en medio de la pobreza, de la corrupción, del crimen, del abuso.

No podemos dejar de ver, de oír, de oler, para no sentir. No podemos caer en esa desafortunada filosofía de “vivir el día a día”, sin mayores traumatismos… a la deriva, como dicen algunos, o simplemente pasar por la vida, inadvertidos, “haciéndole el quite” a la realidad, que no es más que una medida engañosa de supervivencia.

Hoy estamos aquí para tomarse en serio el día de mañana, para que al salir de aquí, seamos agentes de cambio, capaces de generar pensamientos propios y oportunidades para otros.

Cómo no recordar hoy toda esta larga etapa, todas las personas que se cruzaron

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