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Desigualdad


Enviado por   •  27 de Agosto de 2014  •  3.899 Palabras (16 Páginas)  •  215 Visitas

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INTRODUCCIÓN.

Dentro de la realidad mexicana, los problemas económicos y sociales de México, son críticos. Por ejemplo, la Región Sur del país, a pesar de poseer recursos naturales suficientes para presentar una situación mejor, la realidad es diferente; puede aseverarse que esta es una de las regiones con mayores desigualdades económicas y sociales en el país y sus condiciones son difíciles de mejorar en el corto plazo, ante las condiciones de atraso económico y tecnológico, pobreza y marginación social existentes en los estados de Oaxaca, Chiapas y Guerrero.

De igual manera, se aborda el problema del desarrollo en las comunidades rurales, caracterizadas por una alta expulsión de población. Se considera que este trabajo constituye una herramienta útil para analizar la situación existente respecto al crecimiento económico en México así como las repercusiones que en términos de desarrollo humano ha provocado, pues permitirá tener una valoración integral, respecto a las diferencias económicas y sociales existentes para poder brindar a las distintas entidades de gobierno, propuestas tendientes a disminuir las brechas entre estados con atraso económico y aquellos que tienen los niveles más altos de crecimiento.

La importancia de esta investigación radica en los procedimientos de agrupación utilizados para la clasificación de los estados y en el análisis estadístico de la información, como acciones que no se habían realizado con anterioridad, determinándose la posibilidad de ser aplicada esta metodología en cualquier espacio subnacional, pues constituye una útil herramienta de trabajo para cualquier entidad pública.

El Objetivo de este trabajo consiste en evidenciar las desigualdades económicas y sociales existentes.

I. DESIGUALDADES ECONÓMICAS Y SOCIALES.

El patrón de desarrollo regional se caracteriza por su elevada concentración económica y poblacional en unas cuantas regiones y ciudades, producto de las diferencias en la formación de áreas de mercado, la aglomeración del capital fijo y en las productividades globales y sectoriales de sus economías. Alrededor del 97% del Producto Interno Bruto (PIB), se genera en actividades no agropecuarias; es decir, en industria, comercio y servicios que son de base urbana. Entre las funciones económicas de las ciudades, destacan su papel dinamizador en el contexto nacional y regional y su capacidad de interrelación con los mercados externos, aprovechando las oportunidades de la globalización y sus ventajas competitivas.

Entre 1970 y 1995, con alta marginación se mantuvieron: Oaxaca, Chiapas y Guerrero; a ellos se agregan Hidalgo, San Luis Potosí y Tabasco. Destacan tres casos de retroceso social: Veracruz, Yucatán y Campeche. Las entidades con menor grado de marginación son: Distrito Federal, Baja California y Nuevo León (Aregional, 2000).

La crisis económica de mediados de los noventa puso en evidencia que, ante la necesidad de ajustes al presupuesto, el gasto social se reduce en mayor medida que el gasto programable. Es importante señalar que una política de gasto público que ponga especial énfasis en el gasto social obteniendo sus recursos de la recaudación de impuestos, es insostenible, al reducirse estos paulatinamente (Case y Fair, 1992 y Mochón, 1987).

II. LA PARTICIPACIÓN SOCIAL EN EL DISEÑO DE POLÍTICAS PÚBLICAS EN LA PLANIFICACIÓN DEL DESARROLLO.

La pobreza no es sólo carencia de los bienes y servicios necesarios para vivir, como son los alimentos, el agua, la vivienda o el vestuario, es también, la falta de capacidades y oportunidades para cambiar estas condiciones. La buena salud y longevidad; una educación adecuada; el acceso a la tierra, al crédito y otros recursos productivos; comunidades y familias sólidas; la ausencia de discriminación, abuso y violencia, así como la justicia, son elementos que están ausentes de la vida de los pobres (BID, 1998:8).

Es imprescindible proteger la cultura local y regional, permitiendo su crecimiento y adaptando sus cambios a las necesidades nacionales, para esto es necesario reducir las desigualdades regionales, por medio de una adecuada política de redistribución que estimule la estabilidad económica de las regiones y salvaguarde los empleos existentes, para crear otros nuevos por medio del crecimiento de la economía, ya que ningún desarrollo regional puede realizarse independientemente del desarrollo del país. Es fundamental la protección del medio-ambiente y del paisaje, con el fin de mantener el equilibrio ecológico. Al proteger la autonomía y diversidad socio-cultural, se promueve la identidad regional que permite reforzar la unidad nacional (Aregional, 2000 y Tomassini, 1993).

En las zonas más pobres del mundo, el desarrollo de instituciones productivas se ha visto retrasado por conflictos políticos y sociales. El desarrollo de instituciones de mercado eficaces es el desafío fundamental que se plantea a las comunidades y economías. La clave es identificar qué tipo de instituciones se necesita, en vez de dar por supuesto que lo que hace falta es una estructura completa. Para ser eficaces, las instituciones deben concebirse de tal manera que los incentivos de los agentes de mercado estén orientados a conseguir el resultado deseado (Banco Mundial, 2003:5-13).

Cuando las instituciones no pueden proveer un ambiente seguro y previsible, las duras asimetrías de poder pueden polarizarse en sumo grado. Sin embargo, el afianzamiento de vínculos dentro de cada grupo social (unión) puede agravar las divisiones existentes y marginar aún más a los marginados de estos grupos (exclusión). Si la unión de un grupo va unida a una desintegración de la cohesión social entre los grupos, las instituciones se convierten en agentes de intereses partidarios en vez de agentes de acción social (Narayan, 1999). La falta de confianza en las instituciones sociales tiende a reforzar el deseo de la gente de buscar seguridad dentro de grupos, y no en la sociedad, agravando la inseguridad, la exclusión social, el conflicto y la violencia (Banco Mundial, 1998)

El capital social, al igual que la riqueza y el ingreso, está desigualmente distribuido en la sociedad, por tanto, la existencia del capital social puede ser un instrumento para promover la comunicación, pero para tener acceso a comunicaciones más importantes, hay que forjar un propio capital social. El capital social no es solamente un activo en las estrategias de vida y de sobrevivencia, también es parte de las estrategias de quienes quieren cambiar instituciones y discursos dominantes (Bebbington, 2003:31-38).

Una política pública corresponde a cursos de acción y flujos de información relacionados

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