Diez Consejos
Enviado por yelizabeth.valen • 12 de Abril de 2015 • 1.050 Palabras (5 Páginas) • 179 Visitas
as tareas o deberes son una parte fundamental en el proceso educativo de los niños.
La existencia de tareas para el hogar tiene varios aspectos positivos: ayuda a crear hábitos de responsabilidad y disciplina en los pequeños, refuerza su concentración, permite afianzar lo aprendido durante el día en clase y también sirve para estrechar la relación entre padres e hijos.
El problema es que los niños a menudo son reticentes a dedicar tiempo en casa a los deberes del colegio. Y la consecuencia directa de este hecho, según la psicóloga y coordinara educativa de Tutor Doctor, Leonor Corada “en muchas ocasiones son peleas, enojos, tensión y malos ratos que perjudican a pequeños y mayores en la vida cotidiana y en el proceso educativo en general”.
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Esto provoca que “los estudiantes no logren cumplir objetivos de aprendizaje y los padres no consigan motivar a sus hijos”.
Por tal motivo, conviene tener en cuenta los consejos y técnicas de este decálogo para estimular a los niños a hacer sus deberes sin dar problemas y obtener los mejores resultados.
1.- Establecer un sitio apropiado para hacer las tareas.
No tiene por qué ser en un escritorio o en su habitación, pero sí debe respetarse que sea siempre el mismo, que esté bien iluminado y que allí el niño tenga acceso a todo lo necesario para realizar sus tareas. “También, que sea un lugar sin distracciones, que le permita concentrarse y que, con el paso del tiempo, se llegue a asociar con el estudio. Es clave que, mientras se dedica a sus deberes, el pequeño no tenga acceso ni al teléfono ni a la televisión”, afirma la psicóloga.
2.- Fijar un momento del día.
Al igual que con el lugar, también hay libertad para optar por cuál será el momento dedicado a los deberes. Pero una vez elegido, se debe cumplir. Esto contribuye a crear hábitos de estudio y disciplina, y también ayuda a evitar discusiones; cuando llega la hora, toca hacer los deberes. Lo más recomendable es que sea temprano, después de un rato de distracción tras volver del colegio. Cuanto más tarde se haga, el niño estará más cansado y tendrá menos ganas, le costará más y los resultados serán peores.
3.- Si se establecen reglas y horarios, ser firmes en su cumplimiento.
Este punto está muy relacionado con los dos anteriores. No quiere decir que haya que ser inflexibles de un modo radical, pero sí que se note que, cuando no se cumple con un horario, se trata de una excepción.
4.- Acompañar a los niños mientras hacen las tareas. (En la medida que se pueda)
Acompañarlos significa estar cerca de ellos, pero no encima, ni mucho menos “hacerles” las tareas. Según la especialista, “dejar que los niños realicen sus actividades del modo más independiente posible es una forma de reconocer su autonomía, su inteligencia y su capacidad de hacer las cosas por sí mismos, aunque no salgan perfectas. Esta actitud les ayuda mucho en el aprendizaje de gestión de sus responsabilidades y fortalece su autoestima”.
5.- Predicar con el ejemplo.
Esto es muy positivo: que el adulto, siempre que sea posible, haga sus
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