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Dos Amibas Amigas


Enviado por   •  26 de Junio de 2013  •  1.006 Palabras (5 Páginas)  •  1.911 Visitas

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Dos amibas amigas

Dos amibas vivían muy contentas en el estómago de Fausto, relativamente cerca del píloro. Pasaban la vida cómodamente, comían muy bien y nunca trabajaban: eran lo que se llama unas parásitas. Se querían mucho, eran buenas amigas, pero de vez en cuando entraban en fuertes discusiones porque tenían temperamentos muy distintos y cada una aprovechaba su ocio60 de manera diferente: una era65 muy pensativa y siempre se70 preguntaba qué sucedería al día75 siguiente; la otra, en cambio80, era muy glotona, se pasaba85 el día comiendo y prefería90 vivir con gusto cada instante95 de su vida sin pensar100 en el mañana.

Una vez105, a la hora de la110 comida, la amiba pensativa le115 platicó a su compañera lo120 que había estado pensando esa125 mañana:

—A lo mejor —le130 dijo— el mundo que nos135 rodea, los ríos, las montañas140, los valles, los grandísimos canales145, el cielo, no son tan150 grandes como los vemos; a155 lo mejor este mundo es160 muy pequeñito y todos los165 que vivimos aquí no somos170 más que unos bichitos diminutos175 que estamos adentro de otro180 bicho más grande, y ese185 otro bicho está en otro190 más grande y...

La amiba195 glotona, que estaba comiéndose una200 lenteja gigantesca, le dijo que205 eso no era posible y210 que consideraba una manera de215 perder el tiempo pensar en220 esas tonterías.

Cuando Fausto terminó225 el plato de lentejas que230 estaba comiendo, se tomó una235 medicina y las dos amibas240 desaparecieron.

Fausto y Enrique, su245 gordísimo invitado, se quedaron platicando250 de sobremesa. Fausto decía que255 a lo mejor el hombre260 no era más que un265 bichito diminuto que vivía adentro270 de otro bicho más grande...275 Pero Enrique, que no había280 acabado de comerse su inmenso285 plato de lentejas, lo interrumpió:290

—Eso no es posible —le295 dijo—, y creo que es300 una manera de perder el305 tiempo pensar en esas tonterías ..310

Gonzalo Celorio

Dos amibas amigas

Dos amibas vivían muy contentas en el estómago de Fausto, relativamente cerca del píloro. Pasaban la vida cómodamente, comían muy bien y nunca trabajaban: eran lo que se llama unas parásitas. Se querían mucho, eran buenas amigas, pero de vez en cuando entraban en fuertes discusiones porque tenían temperamentos muy distintos y cada una aprovechaba su ocio60 de manera diferente: una era65 muy pensativa y siempre se70 preguntaba qué sucedería al día75 siguiente; la otra, en cambio80, era muy glotona, se pasaba85 el día comiendo y prefería90 vivir con gusto cada instante95 de su vida sin pensar100 en el mañana.

Una vez105, a la hora de la110 comida, la amiba pensativa le115 platicó a su compañera lo120 que había estado pensando esa125 mañana:

—A lo mejor —le130 dijo— el mundo que nos135 rodea, los ríos, las montañas140, los valles, los grandísimos canales145, el cielo, no son tan150 grandes como los vemos; a155 lo mejor este mundo es160 muy pequeñito y todos los165 que vivimos aquí no somos170 más que unos bichitos diminutos175 que estamos adentro de otro180 bicho más grande, y ese185 otro bicho está en otro190 más grande y...

La amiba195 glotona, que estaba comiéndose una200 lenteja gigantesca, le dijo que205 eso no era posible y210 que consideraba una manera de215 perder el tiempo pensar en220 esas tonterías.

Cuando Fausto terminó225 el plato de lentejas que230 estaba comiendo, se tomó una235 medicina y las dos amibas240 desaparecieron.

Fausto y Enrique, su245 gordísimo invitado, se quedaron platicando250 de sobremesa. Fausto decía que255 a lo mejor el hombre260 no era más que un265 bichito diminuto que vivía adentro270 de otro bicho más grande...275 Pero Enrique, que no había280 acabado de comerse su inmenso285 plato de lentejas, lo interrumpió:290

—Eso no es posible —le295 dijo—, y creo que es300 una manera de perder el305 tiempo pensar en esas tonterías ..310

Gonzalo Celorio

Dos amibas amigas

Dos amibas vivían muy contentas en el estómago de Fausto, relativamente cerca del píloro. Pasaban la vida cómodamente, comían muy bien y nunca trabajaban: eran lo que se llama unas parásitas. Se querían mucho, eran buenas amigas, pero de vez en cuando entraban en fuertes discusiones porque tenían temperamentos muy distintos y cada una aprovechaba su ocio60 de manera diferente: una era65 muy pensativa y siempre se70 preguntaba qué sucedería al día75 siguiente; la otra, en cambio80, era muy glotona, se pasaba85 el día comiendo y prefería90 vivir con gusto cada instante95 de su vida sin pensar100 en el mañana.

Una vez105, a la hora de la110 comida, la amiba pensativa le115 platicó a su compañera lo120 que había estado pensando esa125 mañana:

—A lo mejor —le130 dijo— el mundo que nos135 rodea, los ríos, las montañas140, los valles, los grandísimos

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