EDUCACION EN MEXICO

Venimos cargando con 500 años de atraso. Cuando llegaron los españoles a México en 1528, se inició la culturización del pueblo indígena que habitaba en estas tierras. Desgraciadamente se les sojuzgó, pero no se les integró a la sociedad española. No se hicieron escuelas, los niños no aprendieron a leer ni a escribir.

En 1821 empezó la guerra para independizarse de España, pero eso no cambió mucho la situación del pueblo indígena. Un núcleo muy reducido de mexicanos fueron incorporados por medio de estudios, uno de ellos fue Benito Juárez que fue presidente en varias ocasiones entre 1857 y 1872.

En su pueblo, como sucedía en las poblaciones pequeñas, no existía ni la más elemental escuela. Benito se daba cuenta que quienes aprendían a leer lo hacían viajando a la ciudad ya sea costeándose una pensión o trabajando como sirvientes en las casas ricas y ese fue el camino que Juárez tomó, yendo a vivir con su hermana a casa de una rica familia de extranjeros donde un sacerdote le ayudó a entrar a una escuela tan deficiente que Benito finalmente se hizo seminarista para poder tener acceso a una buena educación. Gracias a su excepcional deseo de progresar llegó a ser presidente de México.

Hubieron varios presidentes, entre ellos Porfirio Díaz, con logros que se realizaron con altos costos económicos y sociales, que pagaron los estratos menos favorecidos de la sociedad.

Llegó la Revolución en 1810 y llegaron más presidentes y la ansiada incorporación de las clases indígenas a la modernidad, no llegó.

En 1934 con la llegada de Lázaro Cárdenas a la presidencia, se empezó finalmente a dar cierta estabilidad en el país que permitió que surgiera una clase media cuyos hijos empezaron a ir a la escuela, pero no ha sido suficiente.

La corrupción, el robo, el abuso, ha continuado y eso sigue impidiendo que el dinero producido por esta enorme y maravillosa nación, no se emplee en millones de escuelas, en carreteras que unan a los pueblos para que los niños vayan a escuelas dignas con maestros preparados, con trabajos para los miles de mexicanos que cada año llegan a la mayoría de edad y no logran un empleo que les permita seguir adelante.

El país es rico en materia prima, en lugares maravillosos para los turistas, pero mientras no existan gobiernos que el dinero lo usen para incorporar a la gente a la modernidad con escuelas, carreteras, trabajos con sueldos dignos, seguiremos estancados, con niños que crecen en las mismas condiciones que sus tatarabuelos, hace cientos de años. Solo se necesita salir de las ciudades, para encontrar el estado en que se encuentran las familias que viven en pequeños pueblos. El progreso ha sido muy lento, pero la esperanza no muere, el día que los recursos de nuestro país vayan a donde deben, México despegará hacia el Siglo XXI con todas las maravillas que tiene por ofrecer.

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