EDUCACIÓN LIBERADORA.

EDUCACIÓN LIBERADORA

El pensamiento original y diferente de Paulo Freire inspiró y llenó millones de bibliotecas,  ilumino mentes y mostró caminos,  forjó una metodología de enseñanza útil no solo para alfabetizar sino para  aplicar una pedagogía basada en la esencia, las propiedades,  las causas y efectos de la sociedad y el ser humano, partiendo de la propia situación de opresión de los educandos, entendió que el camino más rápido de la alfabetización era  tomar conciencia de la situación de explotación en la que se vive, ya que la educación  debe conducir a la persona al descubrimiento y concientización de su contexto histórico,  a la crítica de su realidad y al estar conscientes de ella hacer lo posible por transformarla. Propagó la idea de una enseñanza horizontal en la que maestros y alumnos emprendan una búsqueda de conocimientos por medio del diálogo, entendamos la horizontalidad como una situación en la cual ningún hombre anula la libre expresión de otro, de manera que todos pueden manifestarse sin hallar un obstáculo en el otro, sino más bien un apoyo para el propio crecimiento, el tipo de relación entre los individuos está basado en la ayuda mutua, lejos de toda relación de dependencia y dominio, así la pedagogía  contribuye a una sociedad de iguales, teniendo sujetos críticos y pensantes.

Freire se opone a lo que  bautizó como “enseñanza bancaria” aquella que establecía al maestro como el único capaz de transmitir el conocimiento, por ello con la educación horizontal puso en un  plano de igualdad al profesor y alumno, la educación bancaria es autoritaria, centrada en la figura del maestro y no en el alumno, con contenidos que son donación de aquellos que se juzgan sabios e impartidos únicamente de arriba hacia abajo, sin tomar en cuenta la experiencia, el conocimiento, el deseo y las expectativas  de los estudiantes, el educador tiene como tarea “llenar “ a los educandos de su narración y esto los conduce a la memorización de lo narrado, entre más memorice el alumno mejor educador será el docente, “ la narración los transforma en “vasijas”,  en “recipientes” que deben ser “llenados”  por el educador. Cuando más vaya llenando los recipientes con sus “depósitos”, tanto mejor educador será”. Cuanto más se dejen “llenar” dócilmente, tanto mejor educandos serán”. (Freire, 1972, p.51).

Esto solo les permite  a los alumnos ser coleccionistas de información que se archiva, no existe la creatividad y por lo tanto no existirá transformación ni saber, puesto que se memoriza que cuatro veces cuatro es igual a dieciséis, Perú es la capital de  lima, pero no se percibe realmente lo que representa cuatro veces cuatro o  lo que significa capital.

En este tipo de educación el individuo que aprende  al ser tratado como un objeto se  empequeñece y se siente inferior y oprimido, siente que lo que aprende no tiene nada que ver con él, cuando lo ideal es que el aprendizaje sea una experiencia significativa que lo aliente a querer saber más allá de lo que el profesor le está comunicando, de acuerdo a Freire, P. (1972)  toda acción educativa debe ir precedida de una reflexión sobre el hombre, ¿qué es?, ¿cómo es?, ¿para qué?, ¿por qué?, ¿para quién?, ¿contra qué?, ¿a favor de qué?,  al considerar estas reflexiones en el momento del aprendizaje se practica la educación liberadora,  que tiene como objetivo fundamental reflexionar sobre el conocimiento al brindar al hombre lo necesario para darse cuenta de su falsa realidad, busca despertar la reflexión  en base a la razón, las evidencias, analizando los pros y los contras  y las posibles consecuencias de situaciones concretas.  Una educación liberadora no puede realizarse  viendo a los alumnos como vacíos a quien se debe llenar con contenidos, se debe ver a los alumnos como seres consientes.

El punto de partida hacia la liberación es la alfabetización con la cual  se comienza el camino hacia el conocimiento crítico y reflexivo  de la realidad, para ello  es necesario salir del conformismo de la vida en la que se está inmerso e ir adoptando posturas y creencias frente a esta, comprendiendo que se puede ser hacedor de cultura, y así al saberse creador de cultura se sentirá importante  y capaz de pensar, actuar, opinar, debatir y ser uno mismo,  derivado de esto surge la necesidad de saber más, la educación liberadora está en esta relación con el diálogo, que es un canal y  medio indispensable para el desarrollo del hombre puesto que permite la interacción del educando con el educador y su realidad, en una educación monologal como lo es la bancaria  no puede existir una auténtica educación.

¿Qué es necesario para que el diálogo pueda darse?

• El amor al mundo y a los hombres, siendo fundamento del diálogo, el amor es también diálogo, de allí que no puede darse en la relación de dominación. El amor es un acto de valentía, es comprometerse con la liberación.
• La humildad, el "pronunciamiento" del mundo no puede ser un acto arrogante. No se puede dialogar  si nos admitimos como diferentes y virtuosos frente a otros, aunque se tenga la plena certeza de tener el conocimiento esto no debe limitar el diálogo y la interacción, se compartirá el saber sin la intención de imponerlo.
• Fe en los hombres, es un acto a favor del diálogo, no se puede dialogar si se teme a la superación, de debe tener fe en el poder de hacer, rehacer, crear, de ser más.
• Esperanza, no hay diálogo sin esperanza; si los sujetos del diálogo no esperan nada de su quehacer, no puede haber diálogo.
• Un pensamiento crítico, un pensar que percibe la realidad como proceso que favorezca la creación.

Al basarse en el amor, la humildad, la fe en los hombres, el diálogo se transforma en una relación horizontal en que la confianza de un polo en el otro es una consecuencia obvia. Sería una contradicción si, en tanto amoroso, humilde y lleno de fe, el dialogo no provocase este clima de confianza entre sus sujetos. (freire, 1972, p.74).

El dialogo implica que:

• Nadie educa a nadie.
• Nadie se educa sólo.
• Los hombres se educan entre sí.

Es por lo anterior que Freire habla acerca de que los profesores no son los únicos capaces de transmitir conocimientos, todos aprenden de todos, el docente debe brindar la confianza a los alumnos de reflexionar, preguntar, comentar entre ellos, y guiarlos para que  con los conocimientos propios, de compañeros y maestros, lleguen a sus propias conclusiones y al mismo tiempo surja en ellos la curiosidad y el hambre de saber más.

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