EL ALQUIMISTA

La historia narra las aventuras de un muchacho andaluz al que le gusta mucho viajar. Su padre le dice que la única manera de poder viajar es trabajar como pastor y así lo hace. Él va conociendo poco a poco todos los pueblos y ciudades de Andalucía siempre con sus ovejas. Se encuentra un día en un pueblo con el rey Salem que le dice a cambio de varias obejas dónde está su tesoro y el misterioso rey le da unas piedras místicas, una negra y una blanca (Urim y Tumim) que le ayudarán en caso de confusión, y le cuenta una historia: la meta en la tierra de todo hombre es su leyenda personal, encontrarla y alcanzarla. "Cuando una persona desea realmente algo, todo el mundo conspira para que pueda realizarlo".

Cruza el estrecho después de haber vendido sus obejas en España y llega a Tánger pero le roban todo el dinero, entonces entró en una cristalería y pidió trabajo, al final lo consiguió porque atraía más clientela y se quedó un año trabajando.

Después de ese año, el negocio había ganado mucho dinero y él tenía lo suficiente como para cruzar el desierto y llegar a Egipto. Entonces se unió a una caravana para atravesar parte del desierto hasta llegar a un oasis. Allí conoció al amor de su vida, Fátima y al Alquimista que lo ayudó a cruzar lo que le quedaba del desierto. Pero al cabo de unos días los militares los capturaron y el Alquimista les dijo que si el chico era capaz de convertirse en viento y destruir todo el campamento con una tempestad los liberarían y si no morirían, teniendo de plazo tres días, ellos lo aceptaron. Afortunadamente el chico consiguió hacerlo.

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