EL CAZADOR Y LA MADRE NATURALEZA

EL CAZADOR Y LA MADRE NATURALEZA.

Un día como cualquiera en la aldea de Magazín, parte boscosa en una montaña fría, apareció de la nada un señor llamado Rubén, este era alto y robusto decidido a cazar lo que encontrara para así poder subsistir y llevar algo a sus hijos. Los aldeanos de Magazín le advirtieron que no cazara en esta aldea, pues la madre naturaleza lo castigaría fuertemente, él no hizo caso a la advertencia que le habían hecho los aldeanos de Magazín; siguió su camino si preocupación alguna, pues llevaba todo lo necesario para subsistir veinte nueve días en aquel bosque tenebroso y cazando lo que pudiera.

Al caer la noche decidió que debía armar su tienda debajo de un árbol que llevaba casi un siglo de estar ahí, a este árbol le conocían como el corazón del bosque. Al día siguiente comenzó su primera caza, lo primero que caso fue un armadillo, este estaba grande y gordo y lo encerró en una jaula que él había construido. Al almuerzo comió un gran trozo de queso y siguió cazando hasta el atardecer cuando el sol cae despacio como el arrollo de una fuente clara.

En este trayecto habías cazado ya cuatro animales y la madre naturaleza cada vez que cazaba se enfurecía más con él.

Al anochecer quiso regresar a su caza pero no pudo, llevo la lluvia y la tormenta, las quebradas crecías en compañía de los arroyos. No pudo regresar así que tuvo que esperar hasta el otro día, pero todavía estaban crecidas las quebradas y los arrollo que le impedían pasar de un lado a otro, pues era un castigo de la madre naturaleza, ya que había cazado artos animales y que a la naturaleza no le gustaba. El recordó entonces la advertencia de los aldeanos de Magazín, pidió disculpas a la madre naturaleza, pero no sirvió de nada pues había causado mucho daño, así que duro catorce días sin poder regresar a su casa encerrado en una jaula como castigo por haber cazado animales así que su castigo fue de ocho meses esperando salir pronto de la jaula por haber perturbado a la madre naturaleza.

Cuando cumplió su castigo pudo regresar a casa y volver a la libertad, pero con una enseñanza en su mente, en el bosque donde había cazado ahora es una reserva natural que el mismo ha construido con ayuda de los aldeanos de Magazín.

Entonces los animales que había antes capturado regresaron a su habitad cuidados por Rubén y por los aldeanos. La madre naturaleza estaba muy contenta con Rubén, pues había cumplido su castigo y volvía a estar en libertad, junto a los animales que había capturado; cumpliendo una promesa que había pacto durante sus meses de cautiverio, el cual era ayudar a todas las especies de plantas y animales que se encontraran a su alrededor y muy en especial por aquella parte de la montaña.

Así vivieron todos muy felices en aquella reserva y decidieron llamarla: “Cuida lo que es tuyo”

...