EN TORNO A CAYO VALERIO CATULO
Enviado por manuelivanurbina • 28 de Enero de 2013 • 906 Palabras (4 Páginas) • 472 Visitas
La memoria de Cayo Valerio Cátulo (84-54 ac) soporta desde hace veinte siglos el peso del elogio que amerita la agudeza de sus sátiras contra Julio César y su favorito, Mamurra, y la descarnada sensibilidad de sus poemas a Lesbia (Lesbia o Clodia, hermana de Publio Clodio, el hermoso, mujer célebre por su belleza y su liviandad) y soporta, con el estoicismo de quien está inerme en el tiempo, el peso de la crítica que en nombre del "aristocratismo" intelectual considera su obra "sentimental y grosera", viejo asunto discutido en el siglo XVII en "La querella entre antiguos y modernos" y que esconde dentro de sus presupuestos la arbitraria preceptiva —superada en la actualidad— de que hay términos, formas y hasta temas que no caben dentro del ámbito de lo artístico en general y de lo poético en particular.
La pasión de Cátulo por Lesbia, el sufrimiento del poeta por el empeño de ésta en desconocer su amor y entregarse a la disipación, se transporta desde la ternura (que se emparenta espontáneamente con el ridículo en la definición de las cartas de amor del poeta brasileño Pessoa) en curso por la alabanza que la ceguera del amor motiva, hasta la confesión desesperanzada de las facetas más irracionales y turbias —y por ende más desoladoras— de su sentimiento.
Mas si le cabe al amor el epíteto de ridículo, con mayor razón puede aplicársele al despecho y al desamor. El alma se obnubila y deja que el sentimiento se agigante cuanto más lejano e imposible se mantiene el objeto del deseo. Por ello, haciendo inventario de las consideraciones de orden estético, y aun trascendiéndolas, podemos "perdonar" a Cátulo el "sentimentalismo" de que se le acusa e incluso la "grosería", habida cuenta de la inagotable potencialidad semántica que ella encierra cuando se precisa poner de manifiesto una pena de calibre inusual.
La sensibilidad del poeta se concreta en imágenes que acuden también a los sentidos del lector con toda su carga significativa. Diáfanas evidencias sensoriales comunicando afectos para los que no hay un vehículo mejor. Esto traduce en el segundo poema de la edición de Lafaye:
"Gorrioncillo, juguete de mi niña, que brincas
o que te le acurrucas en su seno o le picas
la yema de su dedo cuando te aguijonea
para que más la muerdas. ¿Qué deseo la incita
a juguetear contigo? ¿De qué dolor se alivia?
Seguro se aligera de una pasión quemante.
Contigo yo quisiera jugar como ella lo hace
y soliviar los tristes desvelos que me aquejan".
Conviniendo en un orden expositivo que somete a la cohesión lógica la "ilógica" del amor-pasión se alude ahora a la loa que transfigura la persona amada, merced a esa dinámica que lleva al amante a centrar su atención en lo mejor del otro, su "roca del ser". Por ello, no es un exabrupto la conclusión que a Cátulo le resulta de comparar a Lesbia con otras mujeres, apreciadas
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