El Coloso Y El Mar

El Juego de Escribir.

De tanto andar con un escritor y asistir a ambientes de gente que aman las escrituras, el Coloso y el Mar se alfabetizaron en el arte de leer y escribir. Los 3 amigos están felices del encuentro y el aventurado viaje, Pero era el tiempo de la despedida y la partida.

Pero sentían que algo les faltaban. No se aprende bien sin la práctica. Buscavida entendió de una vez el punto y le propuso al Coloso y al mar que escribieran algo que el buscaría la manera de publicarlo. No hubo dificultad en eso ya que aprecio una revista que publicaría el trabajo de ellos.

Estos quedaron muy felices y escribieron ensayos sobres cosas vulgares, pero con imaginación: Política, cocina, mudanzas y acarreos.

La celebración del aparato.

En esta celebración apodíctica no se pide nombres ni rostros, una designación bastaría: el aparato es un humano, masculino o femenino poco importa, aquel aparato hablaba por discursos. Se volvió incapaz de emitir un lenguaje llano aun en las escenas más triviales.

Comenzó su primer discurso jamás seré una criatura sumida en los afectos. No me asaltaran, jamás, ni dudas, ni deudas, entres otros estorbos mortales.

Luego en la noche del otro día comenzó su segundo discurso para mi nueva naturaleza requiero nuevo equipaje. Sus emociones fueron censuradas de mundo su mundo, él era solo una criatura incipiente, cuyo trayecto estábamos por ver, veía por donde quiera números de sus cálculos, o doctrinas para sus argumentos.

Seré candidato, así comenzó su tercer discurso. Se lo dijo a si mismo, hablaba por discurso, pontificando aquí, allá prometiendo, su mirar se hizo altanera y era pecado dejar de admirarlo, alabarlo y obedecerlo. Su cuarto discurso no se hizo esperar hoy fundo mi proyecto, cueste lo que cueste, llegare al poder, todos deben unirse a mi causa, su causa, la santísima causa. Y diciendo y haciendo se lleno de recursos.

Su quinto discurso se lo dedico a la honestidad traigo manos limpias y escobas el que robe y use los recursos del pueblo para su propio bien será condenado. Nadie le creía ni daba crédito a su argumento, se volvió fanfarrón y sabelotodo. Lo escuchaban por simpatía o temor. Su sexto discurso era el del elogio, era una maquina, cuyo mandato se le fue derrochado y promesas incumplidas. Las ideas del progreso se quedo en sus discursos, desde esa vez no hubo mas discurso, ni un animal moderno era el aparato era un monstruo temible, una persona hecha maquina.

Los intelectuales y el poder.

En estos tiempos de buen grado, en las elecciones presidenciales, unos grandes números de intelectuales dominicanos toman posiciones partidistas a favor de un candidato u otro.

El hecho mismo que quienes aspiran a la presidencia de la Rep. Dom. Son, ciudadanos de un perfil abierto, democrático, de respecto a los derechos humanos y promoción de la educación. Al parecer que

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