El Cuento El Mito La Leyenda Y La Fabula
Enviado por yuselcardoza • 14 de Junio de 2013 • 4.060 Palabras (17 Páginas) • 1.350 Visitas
UNIDAD EDUCATIVA COLEGIO PRIVADO RÓMULO GALLEGOS
INSCRITO EN EL MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA EDUCACIÓN
CÓDIGO DEL PLANTEL PD00332004
SAN ANTONIO- EDO. TÁCHIRA
El cuento, la fábula, el mito y la leyenda
ALUMNA:
KAREN DURAN
PROFESORA:
SHIRLEY MONCADA
AÑO Y SECCIÓN:
8``B´´
SAN ANTONIO 19 DE JUNIO DEL 2013
El cuento
Un cuento (en inglés short story, en francés nouvelle) es una narración breve que es creación o ficción de uno o varios autores, basada en hechos reales o ficticios, inspirada o no en anteriores escritos o leyendas, cuya trama es protagonizada por un grupo reducido de personajes, y que tiene un argumento relativamente sencillo y por tanto fácil de entender.
El cuento es transmitido en origen tanto por vía oral como escrita, aunque si mucho nos devolvemos en el tiempo, lo más común era por tradición oral. Además, puede dar cuenta de hechos reales o fantásticos pero siempre partiendo de la base de ser un acto de ficción, o mezcla de ficción con hechos reales y personajes reales. Suele contener pocos personajes que participan en una sola acción central, y hay quienes opinan que un final sorpresivo es requisito indispensable de este género. Su objetivo es despertar una reacción emocional impactante en el lector. Aunque puede ser escrito en verso (en forma total o en forma parcial), generalmente se da en prosa. Se realiza mediante la intervención de un narrador, y con preponderancia de la narración sobre el monólogo, el diálogo, o la descripción.
El cuento, dice Julio Cortázar, como en el boxeo, gana por knock out, mientras que la novela gana por puntos. El cuento recrea situaciones. La novela recrea mundos y personajes (su psicología y sus caracteres)
En resumen, un cuento es una obra de ficción que se desarrolla en cierto universo de seres y acontecimientos. Además, un narrador es quien allí presenta a los personajes, los puntos de vista, los conflictos, y el desenlace.
Clásicamente, un cuento se caracteriza por su corta extensión pues por cierto debe ser más corto que una novela, y además, suele tener una estructura cerrada donde desarrolla una historia, y allí solamente podrá reconocerse un clímax. En la novela, y aún en lo que se llama novela corta, la trama desarrolla conflictos secundarios, lo que generalmente no acontece con el cuento, ya que éste sobre todo debe ser conciso.
Los límites entre un cuento y una novela corta son un tanto difusos. Una novela corta es una narración en prosa de menor extensión que una novela y menor desarrollo de los personajes y la trama, aunque sin la economía de recursos narrativos propia del cuento.
Tipos de cuento
• El cuento popular: Es una narración tradicional breve de hechos imaginarios que se presenta en múltiples versiones, que coinciden en la estructura pero difieren en los detalles, y obviamente, los autores son desconocidos en la mayoría de los casos (aunque puede que se conozca quien lo recopiló). Tiene 3 subtipos: los cuentos de hadas, los cuentos de animales, y los cuentos de costumbres. El mito y la leyenda son también narraciones tradicionales, pero suelen considerarse géneros autónomos (un factor clave para diferenciarlos del cuento popular es que no se presentan como ficciones).
• El cuento literario: Es el cuento concebido y transmitido mediante la escritura. El autor en este caso suele ser conocido. El texto, fijado por escrito, se presenta generalmente en una sola versión, sin el juego de variantes característico del cuento popular de tradición fundamentalmente oral. Se conserva un corpus importante de cuentos del Antiguo Egipto, que constituyen la primera muestra conocida del género. Una de las primeras manifestaciones de este tipo en lengua castellana es la obra El conde Lucanor, que reúne 51 cuentos de diferentes orígenes, escrito por el infante Don Juan Manuel en el siglo XIV.
La fábula
Las fábulas son composiciones literarias breves en las que los personajes casi siempre son animales que presentan características humanas como el hablar. Estas historias concluyen con una enseñanza o moraleja de carácter instructivo, que suele figurar al final del texto.
Origen de la fábula
La fábula ya era cultivada en Mesopotamia, dos mil años antes de nuestra era. Unas tablas de arcilla que provienen de bibliotecas escolares de la época cuentan brevemente historias de zorros astutos, perros desgraciados y elefantes presuntuosos. Muchos de estos textos muestran una gran afinidad con los proverbios por su construcción antitética, pero no poseen una moral explícita.
En la antigüedad griega, la primera fábula, conocida como la fábula del ruiseñor, la contó Hesíodo a comienzos del siglo VII a.C. en Los trabajos y los días, y ya posee la intención de hacer reflexionar sobre la justicia. Aunque en Homero no hay fábulas, sus comparaciones con animales ya poseen in nuce el germen del género. En época clásica Sócrates entretuvo sus últimos días poniendo en verso las fábulas de Esopo. Demetrio de Falero publicó la primera colección de fábulas históricamente atestiguada, que se ha perdido, pero que dio lugar a innumerables versiones. Una de ellas, fusión de varios manuscritos, data probablemente del siglo I después de Cristo, y es la llamada Augustana. Es a esta colección a la que nos referimos cuando hablamos de las llamadas Fábulas de Esopo. Era este un esclavo semilegendario de Asia Menor de cuyas circunstancias biográficas poco se puede sacar en limpio, salvo que fue vendido como esclavo en Samos al filósofo Janto, quien le prometió repetidas veces la libertad y la obtuvo al fin gracias a una intervención popular. Nicóstrato hizo una colección de fábulas con intención educativa en el siglo II, y también otros sofistas. De Grecia la fábula pasó a Roma; Horacio escribió en Sátiras, II, 6, una memorable, la del ratón del campo y el ratón de ciudad; Fedro, siguiendo ese precedente, transformó el género en prosa en un género poético en verso. En el siglo IV el poeta romano Flavio Aviano escribió unas cuarenta, en su mayor parte adaptaciones de las de Fedro, pero otras no atestiguadas por ninguna tradición y quizá elaboradas por él mismo; las fábulas de Aviano circularon mucho en la Edad Media, porque a diferencia de las de Fedro no son nunca licenciosas y su métrica, en la que abunda el hexámetro leonino, facilita el recuerdo.
En la Edad Media la fábula continúa transmitiéndose bajo nombres de autores o de colecciones que parecen pseudónimos: Romulus, Syntipas, pseudo-Dositeo, el Isopete... Esta temática se expande considerablemente mediante el Roman de Renart, colección de narraciones compuestas por clérigos
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