El Lenguaje Y El Pensamiento
Enviado por katedoval • 21 de Febrero de 2013 • 962 Palabras (4 Páginas) • 677 Visitas
EL LENGUAJE Y EL PENSAMIENTO DESDE EL PUNTO DE VISTA GENÉTICO
Las páginas que siguen formulan algunas reflexiones sobre el lenguaje y el pensamiento desde mi punto de vista, o sea, desde el punto de vista de la formación de la inteligencia y, principalmente, de las operaciones lógicas. Estas consideraciones estarán agrupadas en tres temas primordiales: las relaciones entre el lenguaje y el pensamiento, en primer lugar, en el momento de la adquisición de los inicios del lenguaje; en segundo lugar durante el período de adquisición de las operaciones lógicas que nosotros denominaremos concretas (determinadas operaciones de la lógica de clases y de relaciones aplicadas, de los siete a los once años, a los objetos manipulados); finalmente, en tercer lugar, durante el período de las operaciones formales o interproposiciones (constituyéndose la lógica de las proposiciones entre los doce y los quince años).
I. El pensamiento y la función simbólica Cuando se compara a un niño de dos a tres años en posesión de expresiones verbales elementales con un bebé de ocho o diez meses cuyas únicas formas de inteligencia son aún de naturaleza sensoriomotriz, o sea, sin otros instrumentos que las percepciones y los movimientos, parece, a primera vista evidente que el lenguaje ha modificado profundamente esta inteligencia en actos iniciales y le ha añadido el pensamiento. Es así como, gracias al lenguaje, el niño es capaz de evocar las situaciones no actuales y liberarse de las fronteras del espacio próximo y del presente, o sea de los límites del campo perceptivo, mientras que la inteligencia sensorio-motriz está casi totalmente confinada en el interior de esas fronteras. En segundo lugar, gracias al lenguaje, los objetos y los acontecimientos ya no son únicamente captados en su inmediatez perceptiva, sino que también se insertan en un marco conceptual y racional que enriquece su conocimiento. Resumiendo, nos vemos tentados, al comparar simplemente al niño antes y después de poseer el lenguaje, a extraer 'la conclusión, junto con Watson y otros muchos, de que el lenguaje es la fuente del pensamiento. Pero si se examinan desde más cerca los cambios de la inteligencia que se producen en el momento de la adquisición del lenguaje, se percibe que éste no es el único responsable de esas transformaciones. Las dos novedades esenciales que acabamos de recordar pueden ser consideradas una como el inicio de la representación, la otra como el de la esquematización representativa (conceptos, etc.), por oposición a la esquematización sensorio-motriz que afecta a las mismas acciones o a las formas perceptivas. Pero existen otras fuentes que no son el lenguaje susceptible de explicar ciertas representaciones y una determinada esquematización representativa. El lenguaje es necesariamente interindividual y está constituido por un sistema de signos (=significantes «arbitrarios» o convencionales). Pero junto al lenguaje, el niño pequeño, que está menos socializado
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