El Popol Vuh

El Popol Vuh:

El popul vuh o libro del Consejo de los Indios Quiches (popol significa Comunidad o Consejo, y vuh significa libro).

Originalmente se transmitió oralmente, hasta mediados del siglo XVI, que fue escrito por un indígena en lengua quiché pero con caracteres latinos. Este manuscrito fue traducido al castellano por el padre Francisco Jiménez, cura párroco de Santo Tomas de Chuilá, antigua población de Guatemala. Existen varias traducciones a otras lenguas europeas.

El popol vuh es una obra monumental para el estudio de las culturas precolombinas y constituyen el documento más antiguo que se conoce sobre la historia de la humanidad, anterior al Rid Veda de los hindúes y al Zend Avestas de los Persas.

En esta obra excepcional pueden distinguirse tres partes:

Primera parte: Es historia de la creación del mundo y del hombre. Narra la historia de la creación de los hombres de la siguiente manera:

Primera creación: Los dioses crearon la tierra y la población de animales, dándoles a cada uno un lenguaje, pero como no fueron capaces de pronunciar los nombres divinos, fueron destruidos.

Segunda creación: Los dioses crean figuras humanas de barro que hablan pero carecen de pensamientos. “De tierra hicieron carne”. Vieron que aquello no estaba bien, sino que caía, se amontonaba, se ablandaba, se mojaba; la cabeza no se movía, el rostro (quedándose vuelto) a un solo lado. Los dioses resolvieron destruir esas figuras.

Tercera creación. Corresponde a la fabricación de muñecas de madera con forma humana. Estos muñecos hablaban y tuvieron descendencia, pero como carecían de sangre, se secaron. Fueron solamente un ensayo de la existencia de la humanidad en la superficie de la tierra. Los utensilios de cocina y los animales domésticos se rebelaron contra estos maniquíes y una espesa lluvia que bajó del cielo terminó por destruirlos. Los que sobrevivieron huyeron a los montes convertidos en monos.

Cuarta creación: Después de celebrar nuevo consejo, se produce la creación definitiva del hombre, fortalecido con la sustancia blanca de maíz, con el cual forman la carne de los que serán los primeros padres de la humanidad. Después de recorrer los espacios de la tierra, y como tenían inteligencia capaz de comprender los secretos del universo, agradecieron su creación a los dioses.

Segunda parte: Refiere aventuras de personajes míticos (Hunabpú e Ixbalanqué) y sus luchas con los genios del mal, los señores de Xibalbá´. Dioses mayores, profetas, sabios, dioses menores, se mezclan en estas fábulas inmemoriales con animales, árboles y fuerzas de la naturaleza. En el relato, los hombres conviven con deidades del mundo superior e inferior, practican los juegos de las poblaciones primitivas, refieren hechos simbólicos de la vida cotidiana de las comunidades.

Tercera parte: Encierran el nombre de sus pueblos, sus reyes y sacerdotes

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