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El Quijote


Enviado por   •  8 de Marzo de 2015  •  2.333 Palabras (10 Páginas)  •  158 Visitas

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Introducción

Una de las obras literarias más leídas y que ha recibido tantas críticas a favor o en contra, es sin duda alguna El Quijote. Escrita hace cuatro siglos, sigue tan actual como al principio y aún más. De ahí el artículo de Patricia Villegas que se analizará.

La actualidad del Quijote

Muchos críticos literarios miden la grandeza de un escritor en una permanente actualidad de su obra, la cual perdura y sigue vigente a través del tiempo y esto es precisamente lo que parece ocurrir con el Quijote, que ha logrado hipnotizar en diferentes épocas a las más diversas culturas sin una explicación aparente.

Miles de páginas diferentes se han escrito alrededor de la obra cervantina y es sin duda la mayor crítica literaria -a favor o en contra- que se haya mencionado sobre obra alguna, de la lengua que sea. Este fenómeno se ha visto robustecido, claro está sin querer olvidar textos famosos como La Biblia, los poemas homéricos o la literatura oriental, entre muchos; por la aparición en determinada época de un factor determinante: la imprenta. Con ella la producción y distribución literarias se multiplicó como no sucedió en ninguna otra época de la humanidad.

La fama del Quijote es extraña, ya que está acompañada de una serie de defectos e inconsistencias y se dice que ni siquiera es una obra original, sino que tiene fragmentos de obras anónimas y de otros autores en una compilación de hechos acaecidos a través del tiempo.

Así, entre ellos están Entremés de los romances, en donde un labriego joven llamado Bartolo pierde el juicio de leer romances y decide salir por el mundo -pese al ruego de su joven esposa y sus parientes- en busca de aventuras iguales a la de los personajes que admira e incluso se hace acompañar de un escudero y termina defendiendo a una doncella o pastora, por lo cual recibe una tremenda paliza y estando en el suelo, sangrando y casi inconsciente, recita una parte del romance del Marqués de Mantua; verbigracia: «[…] PERO TANTO Esto en las coplas está del noble Marqués de Mantua /BARTOLO Era mi tío carnal, hermano del rey mi padre, sin en nada discrepar […]» (EISENBERG 165) ; misma parte que recita don Quijote después que lo apalean los mercaderes toledanos , como se ejemplifica en lo siguiente : «¡Oh noble marqués de Mantua, mi tío y señor carnal!» (El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha I, Capítulo V,99)

Tanto es el parecido entre el Quijote y el Entremés de los romances, que el autor Ramón Menéndez Pidal en estudios al respecto determinó que este último debió ser anterior a 1596, previo a la época en que se empezó a escribir la primera parte del Quijote; por lo cual la novela tomó esta anécdota del Entremés de los romances y no al contrario, creándose una “guerra” entre ambos escritos y se cree que Cervantes “imitó” esta parte, y las conjeturas afirman que la primera parte era una novela muy corta y no lo que hoy conocemos estando el libro completo. Tal y como se ejemplifica en la siguiente cita:

“[…] TERESA ¡Ay, mi querido Bartolo!

¿Qué he de hacer sola? […]”

“[…] MARI CRESPA ¿Qué es aquesto, hijo Bartolo?

¿Qué es aquesto en que nos metes?

Casado de cuatro días,

¿dejar a mi hija quieres?

PERICO Señor cuñado, no vaya

a reñir con los ingleses,

que tendrá mi hermana miedo

de noche cuando se acueste.

PERO TANTO ¡Ea, Bartolo, no os vais!

Mirad que Teresa siente

que la dejéis sola y moza.

TERESA ¡Más que nunca, acá se quede! […]” (EISENBERG 153-154).

Tal y como se puede ver en el ejemplo anterior la obra del entremés comienza igual que la obra de Cervantes, también se pone de manifiesto que Don Quijote sale de su casa en búsqueda de aventuras que al mismo tiempo en la obra del Entremés se representa por medio del protagonista Bartolo, quién desea ir a la guerra acompañado de Bandurrio, que en la novela cervantina se ve representado en Sancho Panza el escudero y fiel amigo de Don Quijote. Además, se reflejan las semejanzas de Antón, que es el padre de Bartolo lo busca y lo apresa impidiendo que este se marche a la guerra, de la misma forma que lo hacen el barbero y el cura con Don Quijote. Dorotea (hermana de Bartolo) y Teresa (la esposa del protagonista) podrían ser el reflejo de la sobrina y el ama de llaves que viven con Don Quijote y no desean que se vaya en busca de aventuras. Como se ejemplifica en los siguientes pasajes de la novela de Don Quijote:

“(…) Uno de los remedios que el cura y el barbero dieron, por entonces, para el mal de su amigo,

fue que le murasen y tapiasen el aposento de los libros, porque cuando se levantase no los

hallase -quizá quitando la causa, cesaría el efecto-, y que dijesen que un encantador se los había

llevado, y el aposento y todo; y así fue hecho con mucha presteza (…)” (El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha I, Capítulo VII, 128).

“(…) no estaban ociosas la sobrina y el ama de don Quijote, que por mil señales iban coligiendo que su tío y señor quería desgarrarse la vez tercera, y volver al ejercicio de su, para ellas, mal andante caballería: procuraban por todas las vías posibles apartarle de tan mal pensamiento; pero todo era predicar en desierto y majar en hierro frío (…)” (Saveedra 26).

Es conocido también que muchas características en el Quijote fueron tomadas por Cervantes de otros escritos -anónimos o no-, como por ejemplo los rasgos físicos del hidalgo manchego, tomados en su totalidad de un libro muy conocido en la cultura de la época: Examen de ingenios para las ciencias (de Huarte de San Juan): «El aspecto físico del hidalgo manchego fue tempranamente estudiado por la crítica y todos coinciden en afirmar que éste presenta una complexión que el Examen de Ingenios de Juan Huarte de San Juan (1575) la califica propia del hombre colérico» (Goberna 228).

Así las cosas, la crítica no termina de explicarse cómo, siendo un libro con un argumento no original y siendo escrito con tanto descuido, haya venido cautivando a tanto público de diferentes épocas y siga aun impactándolos hasta hoy, de ahí quizás lo actual del Quijote, su permanente contemporaneidad, a pesar de que a la par de obras impactantes por su perfección como El Lazarillo de Tormes, el Quijote pareciera una obra menor; una burla a las novelas de caballería, aunque estas contrario a lo que se cree, se siguieron leyendo. Como se muestra en las siguientes citas:

“(…) Tantas vueltas y tiento dio al jarro, que halló la fuente y cayó en la burla; mas así lo disimuló como si no lo

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