El Simbolismo En El Cuento El Aleph

El simbolismo en el cuento El Aleph

Jorge Luis Borges es sin duda uno de los escritores más importantes de la literatura latinoamericana del siglo XX. Erudito reconocido por su perplejidad, la fantasía mezclada con cábala mitología, referencias de diversas obras del canon universal y objeto de múltiples interpretaciones las cuales transcienden los sentidos de las ciencias en poesía, cuentos y ensayos.

Una de sus obras es El Aleph, en donde él es el autor ,Borges confronta al lector con una representación ficticia de sí mismo, es decir, con un simulacro del verdadero autor que descubre una manifestación sobrenatural inventada por el “verdadero” Borges (de carne y hueso) con un objetivo preciso y teóricamente desconocido por el protagonista del cuento, el narra una prosa en real maravillosa, la cual que lleva al lector a distintas realidades de un mundo conocido y en la cual deja ver espejismos de la vida y sentir de Borges, esta es una de sus obras más analizadas y estudiadas, a la que se le han buscado infinitos significados e interpretaciones. La palabra aleph significa baúl, representar el infinito, así bien la obra de Borges es mucho más que esto, el aleph es un sitio en el espacio donde se unen todos los puntos del universo y el cual te permite admirar dicha dimensión. El cual expresa Borges en una frase:

“El lugar donde están todos los puntos de la orbe, vistos desde todos los ángulos".

La propuesta de Borges en el cuento permite que se cree un vínculo entre el aleph descrito por él y el que el lector recrea. Muestra al aleph como un simulacro de la realidad para revelar, de manera epifaníca, un problema epistemológico fundamental.

En el cuento comienza con la muerte de su querida Beatriz Viterbo, y la posterior visita a su casa, todos los años para honrar su memoria. Es en estas visitas donde comienza a relacionarse con Carlos Argentino Daneri, primo de Beatriz quien escribe un poema casi eterno sobre la totalidad del planeta.

Borges actúa casi como crítico de este poema, hasta que Carlos Argentino le hace una singular revelación: en el sótano de su casa, hace muchos años, cuando era un niño encontró un aleph, que es lo que le permite escribir sobre la totalidad del planeta, él al bajar hasta el estrecho sótano donde se encuentra con este punto de luz que muestra a sus ojos toda la existencia, él le da el sentido de un mundo en el que se observa una magnitud a través de una pequeña esfera detenida en el espacio; suspendida sobre una mano y en la cual se observa la luz, el colorido y la nitidez de las imágenes que le dan impacto a las pupilas; este sentido le da Borges al universo el cual converge dentro del aleph.

Borges de alguna manera organizo cuidadosamente las ideas en su cuento para crear incertidumbre y sembrar la duda en el lector con respecto a la naturaleza del aleph y de la realidad , donde luego se discutirá la confrontación con este fenómeno de apariencia sobrenatural, el significado del mismo, el sentimiento ambiguo que evoca en el lector, y su relación con otras referencias literarias. Finalmente se analizará también el desenlace del cuento, que sirve para desestabilizar a los lectores que aún buscan la trascendencia y veracidad en el aleph, en la literatura, y en el mundo en general.

Por ejemplo como señala Jonathan Stuart Boulter en el ensayo “Borges and the Simulacrum”, los numerosos retratos de Beatriz, se ha convertido en un objeto de devoción (e incluso de obsesión) al que intenta acercarse en su memoria, como cuando le habla a escondidas a través de sus fotos enmarcadas: “Beatriz, Beatriz Elena, Beatriz Elena Viterbo, Beatriz querida, Beatriz perdida para siempre, soy yo, soy Borges”. Por otro lado, Carlos Argentino Daneri anticipa en el relato que a través del aleph Borges (el personaje) podrá “entablar un diálogo con todas las imágenes de Beatriz” .Así, Borges descubre las cartas obscenas que su amada le había escrito a su primo hermano. La misma Beatriz que genera tanta veneración en el protagonista aparece entonces desacralizada

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