Ensayo Literatura
Enviado por slevin19 • 18 de Diciembre de 2013 • 1.124 Palabras (5 Páginas) • 500 Visitas
INTRODUCCIÓN:
ENCUENTRO CON UNA SANTA
Nos sentamos juntos, la montaña y yo, hasta que sólo está la montaña
Li Po
Durante años, por razones de salud y placer, con frecuencia he ido de escalada a las montañas cercanas a mi
casa – a través de los estrechos caminos repletos de cervatillos y hacia las vertientes forestales pobladas de
robles, pinos y frutales – merodeando por donde el impulso me llevase entre de las montañas, dirección a la
costa.
En una de aquellas ocasiones, hace algunos años, cuando mi familia había salido durante un largo fin de
semana, me levanté antes del amanecer y partí sin plan alguno exceptuando escalar a mis anchas y explorar
nuevos territorios. Las montañas, con no más de dos mil pies de altura, tenían suficientes subidas y bajadas
para perder de vista la civilización, dando una sensación de misterio y soledad cuando me imaginaba a mí
mismo a cien millas de cualquier parte.
Las sinuosas colinas eran un reflejo de los picos y los valles de mi propia vida interior. Por aquel entonces, me
sentía perdido en un valle repleto de sombras de duda. Mi vida se había convertido en una mera rutina
ordinaria. Por esta razón, aquella mañana me había llevado a las montañas un indescriptible deseo de
emoción, de perspicacia, de cambio. Pronto iba a descubrir por mí mismo la verdad del dicho: "Ten cuidado con
lo que deseas; te podría ser concedido."
Aquella mañana las nubes bajas de la costa se habían desplazado hacía las montañas, y después de haber
escalado cierta distancia me encontré en un pliegue entre laderas, rodeado por una niebla tan espesa que no
podía ver más allá de unos pocos metros. El aire se volvió frío y quieto, y de repente perdí todo tipo de
orientación. Al escuchar un riachuelo atrás, por debajo de mí, lo procuré ir manteniendo detrás, confiando así
poder escapar del territorio de aquel valle.
Pronto llegué a una llanura acompañada de viejos robles justo por encima de un vertiginoso barranco. Me
había, por accidente, aproximado a aquella llanura desde el único ángulo posible – un camino estrecho entre
unas paredes rocosas. Mientras escalaba una de aquellas rocas enormes, la niebla desapareció para
mostrarme una pequeña cabaña justo delante de mí. Me aproximé y llamé suavemente a la puerta.
Para mi sorpresa, una voz potente y de inesperada calidez contestó, como si fuera un invitado largamente
esperado: "Adelante viajero, pasa!" Así que zafándome del castigado camino de la vida, abrí la puerta y
encontré a la santa, sentada tranquilamente, sonriéndome. Sin motivo alguno los pelos de los brazos se me
erizaron.
Ella estaba sentada con una gracia felina, erecta pero relajada, balanceada sobre un cojín de hojas sobre el
suelo. Estaba revestida con una túnica verde. Quizás se cree que está en Sherwood Forest, pensé.
Sus ojos cautivaron mi atención – ojos almendrados, de color avellana, que iluminados por los rayos del sol
brillaban a través de una pequeña grieta en la pared – ojos puestos como joyas en una cara de brillante piel
color oliva, coronada por un corto cabello marrón que no dejaba ningún claro signo de su edad, raza o cultura.
Ella parecía estar envuelta por un brillante campo de energía, el cual yo supuse ser un mero reflejo de luz.
4
Comencé a sentirme extrañamente perdido, desorientado. De alguna forma perdí mi noción espacio-tiempo:
¿Estaba en una selva primitiva, una vertiente en la Inglaterra de Shakespeare, las tierras altas Escocesas, o
una montaña por encima de los Inmortales Chinos?
"Hacía mucho tiempo que no tenía una visita," dijo. "Estoy contenta de que hayas
...