Ensayo Sobre El Mar

En la espina cuelgan dos legajos pegostiosos y escurridizos. Uno de ellos casi se está desprendiendo, está unido por una carnosidad que a contra luz se ve transparente; un jalón sin fuerza bastaría, sobra decir: no sucedió, siguió su proceso de putrefacción en un museo. Un artista ganó el pedazo en una subasta.

Los legajos, que se duda si pertenecieron originalmente a la espina, ya que la rápida adquisición de la obra no permitió los análisis pertinentes, cuelgan de L4 y L5. Lo más seguro es que sean propios del cuerpo, pero hay quien argumenta que fácilmente pudo haber sido cualquier material orgánico, que entre la estratosfera y la tropósfera pudo haberse fusionado debido a la presión. A mí en lo particular me da igual.

Lo que si sucedió fue una caída, es escandalosa, claro. Los “Funerales al Espacio” aseguran que este tipo de inconvenientes son imposibles. Ellos argumentan y culpan a la “Compañía de disposición de basura”, que entre esos restos, mandaron un cuerpo, que por el tamaño pudiera ser de cualquier ser humano corriente, aun con carne pegada a los huesos, algo improbable, ya que los restos son triturados y encubados antes de su envío.

Acotado en los márgenes de la ironía ¿Qué es una caída? De los 29 significados que se describen en la RAE, ninguno habla sobre la intencionalidad o la falta de ella cuando uno va a dar al suelo, se habla de equilibrio.

Restos orbitando la tierra como lunas. Curioso que alguien los bautizo alguna vez y trato de venderlos. Recuerdo que el sujeto tenía un apellido importante y un cerebro escaso, una combinación muy abundante. Y claro para igualar la ecuación gente de apellidos comunes y escasa visión los compro, claro, a crédito. ¿Qué hay otra forma de pagar?

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