Estrategia De Educacion 2020

La estrategia 2020 del Banco Mundial, sin embargo, deja a un lado ese punto de partida fundamental para definir educación como una “herramienta para que niños y jóvenes adquieran las aptitudes y conocimientos necesarios para obtener un empleo productivo en el mercado de trabajo del siglo XXI”. En ese sentido, reduce el derecho humano a la educación a una herramienta para alcanzar un objetivo estrictamente económico, dejando a un lado la dimensión amplia formativa del ser humano para participación política y ciudadana, para convivencia en sociedad, para la preservación y el uso sostenible de los bienes naturales.

Al mismo tiempo, al enfocar sus atenciones en los niños y jóvenes, y aún reconociendo como uno de los objetivos de la Estrategia 2020 que “todos tengan oportunidad de aprender”, en ninguna parte del documentos hay referencia a los cerca de 770 millones de adultos en el mundo que no saben leer ni escribir, y tampoco presenta una estrategia para superar la negación del derecho a la educación de esa parcela de la población. Con eso, el documento no reconoce otra de las características del derecho humano a la educación: su universalidad.

La posición del Banco Mundial es clara cuando se trata de definir su papel en la agenda para el desarrollo focalizando y reduciendo sus esfuerzos a una enseñanza dirigida al mercado de trabajo y con foco en la primera infancia. Al indicar entre sus estrategias que hay que “invertir temprano, porque la capacidad de aprender a lo largo de la vida se adquiere durante la primera infancia” e “invertir con inteligencia, porque os recursos nacionales, familiares y aportados por donantes son limitados y deben producir frutos”, utiliza un lenguaje productivista, en lugar de un lenguaje amplio que acoja y garantice el derecho para todas las personas independiente da su condición de clase, raza, edad, lugar donde vive y desarrollo físico y mental.

Vale también notar que al reducir el campo de la educación como factor primordial para que países en desarrollo “se encuentren en condiciones de competir en el actual mercado mundial”, el Banco Mundial acaba por responsabilizar al estudiante y a la juventud por esa tarea. Según las palabras de la señora King, “Debemos preparar desde ya nuestra juventud para que el mundo a que aspiramos llegue a hacerse realidad. Un mundo en que las personas puedan romper las cadenas de privación y desventaja para transformarse en sus propios agentes promotores de desarrollo y prosperidad”. ¡Es mucha responsabilidad!

La cuestión de la calidad

Muchas de las evaluaciones desarrolladas en los últimos años han demostrado que, aunque ha habido un aumento en el número de matrículas en la Educación Básica, la calidad de la educación no ha mejorado haciendo con que muchos niños y jóvenes pasen años en la escuela y aún así no posean dominios mínimos de escritura y matemática.

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