Estudios analíticos de la literatura y el cine
Enviado por eliza.gomez • 30 de Septiembre de 2013 • 1.377 Palabras (6 Páginas) • 519 Visitas
Ir al cine o ver películas son actos no estrictamente de divertimiento. La razón estriba en que las obras de la literatura y el cine son productos artísticos. A diferencia de los objetos de otras disciplinas, los artísticos constituyen un fenómeno complejo, de significados múltiples y cambiantes y cuyo análisis se traduce a un lenguaje distinto. Se trata de analizar con palabras las formas y colores de la pintura, el volumen de una escultura, los componentes arquitectónicos o la estructura narrativa de una película. Es decir, en el Arte, las obras son analizadas con palabras a través de un metalenguaje.
Sin embargo, es irrefutable el afirmar que de un modo o de otro, en la base de la literatura y del cine de todos los tiempos en sus más variadas formas; incluso cuando no sea su propósito primordial, cualquier obra evita el tedio. La verdad de este aserto tiene una base mucho más amplia que la narrativa: sus fundamentos son de tipo retórico, pues todo discurso intenta ganarse a su público, para ello, debe procurarse la amenidad, la diversidad.
El autor de narraciones literarias o de filmes persigue un propósito muy semejante al de un pintor o un escultor: puede buscar el arte por el arte, esto es la belleza o la pura estética. En general, la literatura y el cine comparten ambas funciones sociales a través de sus creadores y el público, sean autores, lectores o espectadores.
La narrativa en la Literatura y en el Cine comprende géneros y subgéneros usualmente abandonados, considerando que el arte en general ha tenido sus convenciones, incluyendo y excluyendo vertientes, tipos o clases de disciplinas. En el siglo XVIII se lanzaron toda clase de ofensas contra las manifestaciones decorativas de la arquitectura barroca, contra sus ornamentos, yeserías y retablos. Los humanistas del Renacimiento definieron las realizaciones del arte gótico como expresiones de un arte decadente y bárbaro. Los románticos y neomedievalistas del siglo XIX hicieron críticas radicales severas a las realizaciones neoclásicas, al igual que los teóricos y artistas de vanguardia del siglo XX las emprendieron contra los clasicismos y los fundamentos del academicismo. La razón consistía en que el canon, la norma del lenguaje artístico vigente, se había convertido en los principios en los que se fundamentaba la valoración de las artes. Incluso las valoraciones que se produjeron de realizaciones artísticas del pasado fueron interesadas y sesgadas, como la de los goliardos.
Desde luego en la literatura y el cine lo mismo ocurre. Géneros y subgéneros han quedado fuera de las convenciones al tratarlos con indiferencia como si no existieran. El caso de la literatura es más antiguo y por tanto más ilustrativo; para el cine este tipo de reacciones se dieron adentrado el siglo XX. La corriente principal o mainstream tanto de la literatura como del cine frecuentemente omite a ciertos géneros y subgéneros, básicamente minusvalorándolos, omitiéndolos en sus análisis o soslayando su importancia. Quizás esto ha sido más frecuente en la literatura por ser más antigua, pero a pesar de que el cine es una arte reciente y a veces considerado más una diversión o espectáculo casi, en parte, por así decirlo, de la modernidad del siglo XX y de la posmodernidad posterior, la apertura y aceptación hacia él no ha sido absoluta.
Tratar precisamente la literatura y el cine expone a los géneros y subgéneros tanto de la literatura como de los cines denominados policiales o policiacos, de ciencia-ficción, horror y misterio y fantásticos. Se les ha dado la denominación de marginales, clandestinos, ser parte de una subcultura o contracultura, por varios aspectos. A veces el reconocimiento "oficial" a obras de tal naturaleza o pertenecientes a un conjunto definido por alguna taxonomía, suele ser tardío, es decir en su momento fueron simplemente despreciadas, ignoradas y a veces hasta atacadas o cuestionadas.
En otros casos simplemente las obras no son sujetas de crédito cuando se otorgan premios o reconocimientos; por ejemplo, ningún escritor de relatos de ciencia-ficción ha recibido el Premio Novel, el Cervantes o algún premio literario equivalente o un poco menor en distinción o dinero, hasta ahora ninguna película de vampiros tiene designado un Óscar, ni la interpretación de un personaje en una película policíaca por un reconocido
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