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Fragmento Del Mio Cid


Enviado por   •  22 de Febrero de 2014  •  536 Palabras (3 Páginas)  •  345 Visitas

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fragmento del mio cid

El destierro del Cid (fragmentto

Mio Çid movió de Bivar pora Burgos adeliñado,

assí dexa sus palaçios yermos e desheredados.

De los sos ojos tan fuertemientre llorando,

tornava la cabeça i estávalos catando.

Vio puertas abiertas e uços sin cañados,

alcándaras vázias sin pielles e sin mantos

e sin falcones e sin adtores mudados.

Sospiró mio Çid, ca mucho avie grandes cuidados.

Fabló mio Çid bien e tan mesurado:

"grado a tí, señor padre, que estás en alto!

"esto me an buelto mis enemigos malos".

Allí pienssan de aguijar, allí sueltan las riendas.

A la exida de Bivar ovieron la corneja diestra,

e entrando a Burgos oviéronla siniestra.

Meçió mio Çid los ombros y engrameó la tiesta:

"Albriçia, Álbar Fáñez, ca echados somos de tierra!

"Mas a grand ondra tornaremos a Castiella".

Mio Çid Roy Díaz por Burgos entróve,

En sue compaña sessaenta pendones;

exien lo veer mugieres e varones,

burgeses e burgesas por las finiestras sone,

plorando de los ojos, tanto avien el dolore.

De las sus bocas todos dizían una razóne:

"Dios, qué buen vassallo, si oviesse buen señore!"

Conbidar le ien de grado, mas ninguno non osava:

el rey don Alfonsso tanto avie la grand saña.

Antes de la noche en Burgos dél entró su carta,

con grand recabdo e fuertemientre seellada

que a mio Çid Roy Díaz, que nadi nol diessen posada,

e aquel que gela diesse sopiesse vera palabra

que perdiere los averes e más los ojos de la cara,

e aun demás los cuerpos e las almas.

Grande duelo avien las yentes cristianas;

ascóndense de mio Çid, cal non osan dezir nada.

El Campeador adeliñó a su posada;

así commo llegó a la puorta, fallóla bien çerrada,

por miedo del rey Alfons, que assí lo pararan:

que si no la quebrantás, que no gela abriessen por nada.

Los de mio Çid a altas voces llaman,

los de dentro non les quieren tornar palabra.

Aguijó mio Çid, a la puerta se llegava,

sacó el pie del estribera, una ferídal dava;

non se abre la puerta, ca bien era çerrada.

Una niña de nuef años a ojo se parava:

"Ya Campeador, en buena çinxiestes espada!

"El rey lo ha vedado, anoch dél entró su carta,

"con grant recabdo e fuertemientre seellada.

"Non vos osariemos abrir nin coger por nada;

"si non, perderiemos los averes e las casas,

"e aun demás los ojos de

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