Funerales Mamá Grande
Enviado por jrincon86 • 2 de Abril de 2013 • 2.341 Palabras (10 Páginas) • 1.063 Visitas
Los protagonistas de cuentos pueden ser caracterizados de muchas formas diferentes; el autor decide que caracterización darle a su protagonista dependiendo de la historia que este contando y cómo quiera contarla. Generalmente, los autores tienen un estilo muy particular, muy propio al escribir; dicho estilo es claramente reconocido en todos sus cuentos. Entre los autores con estilos particulares y fáciles de reconocer se encuentra Gabriel García Márquez; lo fantástico y por momento crudo de sus personajes ha caracterizado el grueso de su obra. Entre sus cuentos se destaca “Funerales de la Mamá Grande”; la protagonista de este cuento, la Mamá Grande, es uno de los personajes más interesantes que ha creado el genio de García Márquez. ¿Qué de interesante tiene tan singular personaje? Es precisamente esta pregunta la pregunta que se pretende responder en este texto, el cual se centra en el personaje principal de uno de los cuentos más conocidos del nobel colombiano.
Antes que nada, es importante conocer la situación alrededor la cual gira toda la trama del cuento: la muerte de la Mamá Grande. En el mundo de Macondo (creación de García Márquez), la Mamá Grande es la matrona; todo el mundo de Macondo le pertenece, por lo que su muerte inminente es todo un acontecimiento, ciertamente digno de tener un cuento dedicado exclusivamente a él. La importancia de tal acontecimiento comienza a vislumbrarse desde el comienzo mismo del cuento, el cual abre de la siguiente forma:
“Esta es, incrédulos del mundo entero, la verídica historia de la Mamá Grande, soberana absoluta del reino de Macondo, que vivió en función de dominio durante 92 años y murió en olor de santidad un martes del setiembre pasado, y a cuyos funerales vino el Sumo Pontífice”.
Evidentemente, la caracterización que García Márquez hace de la muerte de la Mamá Grande es fantástica. Su llamado no es hecho a los habitantes de Macondo, sino a los habitantes del mundo entero; incluso el mismo Sumo Pontífice participa de los funerales de la matrona de Macondo. Con esto no caben dudas de que el autor quiere demostrar que tal acontecimiento es muy importante, un suceso determinante para Macondo y su porvenir. Lo cómico de esto es que la forma exagerada en que el autor decide darle importancia (característica de la obra de García Márquez) roza en lo absurdo y lo risible.
Ahora bien, se tiene que la muerte de la Mamá Grande es un suceso muy importante, un verdadero suceso con repercusiones a nivel mundial (según el autor da a entender); Macondo jamás será igual. Al caer en cuenta de esto uno no puede más que preguntarse, ¿por qué? ¿Qué cambia en Macondo, la república y el mundo entero con la muerte de la Mamá Grande? La respuesta a esto es que cambia mucho, al menos en la realidad de Macondo y la república entera. La Mamá Grande ejercía su rol de matrona al pie de la letra, llegando incluso a excederse en su papel. En el siguiente pasaje uno alcanza a vislumbrar hasta qué punto esta poderosa mujer controlaba no sólo la región de Macondo, sino la vida de quienes habitaban allí:
“A veces en complicidad con los enamorados, pero casi siempre aconsejada por su propia inspiración, aquella noche concertaba los matrimonios del año entrante… En ese territorio ocioso, sin límites definitivos, que abarcaba cinco municipios y en el cual no se sembró nunca un solo grano por cuenta de los propietarios, vivían a título de arrendatarios 352 familias… Pero las circunstancias históricas habían dispuesto que dentro de esos límites crecieran y prosperaran las seis poblaciones del distrito de Macondo, incluso la cabecera del municipio, de manera que todo el que habitara una casa no tenía no tenía más derecho de propiedad del que le correspondía sobre los materiales, pues la tierra pertenecía a la Mamá Grande y a ella se pagaba el alquiler, como tenía que pagarlo el gobierno por el uso que los ciudadanos hacían en las calles.”.
Se descubre aquí que la matrona incluso decidía quien se casaba con quien; definitivamente, quienes habitaban en la región de Macondo no tenían ningún grado de autonomía. Adicionalmente, se ve que la nación también tenía obligaciones con la Mamá Grande ya que en la región donde floreció Macondo ella era la autoridad suprema, la dueña de todo. Nuevamente se observa una situación absurda e increíble; la república debe pagarle a la matrona para que los ciudadanos puedan vivir y transitar libremente en Macondo ya que Macondo es propiedad suya (aún cuando dicho territorio está dentro de las fronteras soberanas). En cuanto a sus repercusiones a nivel mundial, lo único que podría decirse es que su muerte unifica el país nuevamente (vuelve la tierra a manos del estado) y que hace eco más por la importancia que le da el gobierno soberano y el vaticano que por el cambio que se origine en el orden mundial con su muerte (el cual permanece inalterable).
Finalmente, e igualmente importante, es necesario comentar un poco sobre el carácter de la Mamá Grande. Al leer el cuento uno inmediatamente descubre que ella realmente se cree dueña de todo Macondo y un personaje importante y determinante no sólo en el ámbito local, sino el nacional y el mundial también. Esta mentalidad se comprueba cuando, estando al borde de la muerte, María del Rosario Castañeda y Montero hace un recuento de sus bienes (tanto materiales como los morales):
“Nicanor había preparado, en veinticuatro folios escritos con letra muy clara, una escrupulosa relación de sus bienes. Respirando apaciblemente, con el médico y el padre Antonio Isabel por testigos, la Mamá Grande dictó al notario la lista de sus propiedades, fuente suprema y única de su grandeza y autoridad.... La riqueza del subsuelo, las aguas territoriales, los colores de la bandera, la soberanía nacional, los partidos tradicionales, los derechos del hombre, las libertades ciudadanas, el primer magistrado, la segunda instancia, el tercer debate, las cartas de recomendación, las constancias históricas, las elecciones libres, las reinas de la belleza, los discursos trascendentales, las grandiosas manifestaciones, las distinguidas señoritas, los correctos caballeros… Ahogándose en el mare mágnum de fórmulas abstractas que durante dos siglos constituyeron la justificación moral del poderío de la familia, la Mamá Grande emitió un sonoro eructo, y expiró”.
Es realmente sorprendente el grado de convencimiento que posee la matrona de Macondo; llega incluso a apropiarse de las libertades del hombre como la libertad de prensa, por ejemplo. Esto, aunque increíble y absurdo, no sorprende oírlo de su boca ya que ella creció convencida de que su familia era dueña de todo eso; obviamente, al fallecer su padre, ella se convirtió en la legítima heredera de todo aquello.
Evidentemente,
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