Género lírico
Enviado por rocioegea • 15 de Mayo de 2012 • 1.559 Palabras (7 Páginas) • 1.612 Visitas
EL GÉNERO LÍRICO
Denotación y connotación.
El lenguaje tiene la capacidad de transmitir información por lo que dice explícitamente, es decir, por lo que denota. Cada palabra comunica un sentido directo que está establecido por el diccionario o el uso. Este sentido puede ser interpretado por todos los hablantes de la misma manera.
Pero, además, esa palabra puede sugerir, indirectamente, nuevos significados, ya que el receptor la interpreta a partir de sus conocimientos, experiencias y recuerdos personales. Así, la palabra “río” denota corriente de agua continua, que fluye hacia una desembocadura; pero también puede connotar “miedo” en una persona que haya tenido malas experiencias en relación con un río; “frescura” en medio de un día agobiante; “viajes, libertad, aventura” para una persona que sueña con navegar por sus aguas.
La denotación tiene que ver, entonces, con la función informativa o referencial del lenguaje y con el grado de objetividad del emisor.
La connotación, en cambio, no es una función del lenguaje sino una facultad del uso de la lengua, que puede aparecer en todas las funciones del lenguaje. Agrega un valor adicional a la palabra que excede la simple referencia a un objeto. Así, la palabra “río” connotará diferentes sentidos según el contexto en el que aparezca. Si aparece en un poema dentro de un campo semántico de libertad, significará precisamente eso; si, por el contrario, el sujeto lírico se siente como ahogado en un río, la misma palabra connotará “encierro” o “prisión”.
En el lenguaje poético predomina la connotación de las palabras, lo que no significa que el sentido denotativo desaparezca. El valor connotativo de las palabras favorece las asociaciones gracias a diferentes procedimientos. Algunos se relacionan directamente con el significante y otros, con el significado de los signos lingüísticos.
Procedimientos o recursos poéticos.
Los textos líricos invitan al lector a entrar en el mundo poético mediante señales presentes en el texto que constituyen procedimientos a través de los cuales podemos asociar significados, sonidos, ritmos, etc. para asignar sentido al poema. La poesía trabaja con la ambigüedad de las palabras ya que expresa los conceptos de manera oblicua, con rodeos y no, de manera directa como los textos informativos. El poema dice una cosa pero significa otra (denotación y connotación) Para crear esa ambigüedad poética se utilizan los recursos de estilo que son marcas textuales que permiten asignar multiplicidad de sentidos al texto. Cada vez que se asigna un sentido, se dejan de lado otros tantos posibles. Estas marcas textuales pueden ser de diferentes clases:
1. Recursos gráficos.
Son los que están relacionados con la parte visual del poema. Fundamentalmente los que hacen a la disposición de los versos en el espacio. La poesía establece un juego de síntesis-elipsis (brevedad, espacios en blanco, transgresión a la norma del renglón, etc.) que permite al poema decir por lo que dice, pero también por lo que no dice. La división en versos y estrofas obliga a enunciar el poema valorizando los silencios tanto como las palabras. En este sentido, la poesía tradicional es mucho más pautada en cuanto a la cantidad de estrofas o versos, la medida de los mismos, etc. En cambio, la poesía moderna se ha librado de las normas y ha utilizado el espacio a modo de juego para valorizar el carácter pictórico del poema. Así, el ejemplo más extremo es el de los caligramas, en los que los vocablos dibujan el objeto aludido por las palabras.
La forma de las estrofas y los versos varía según la época, el tema tratado, el poeta,
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