Historia corta FANTASÍA. TERROR

FANTASÍA

Un relámpago alumbró el cielo que desde hace días se había tornado de un extraño verde. El oxígeno cada vez se hacía más difícil de respirar. Los árboles habían muerto. En medio de la creciente oscuridad que engullía al reino, sus cortezas se mostraban quebrantadas y un alarido de horror salía de sus ramas azotadas. ¡Qué terrible final! Aún recuerdo ese día, el día en que nos robaron la luz, en que tomó su vida y su alma, condenandonos a este infierno de pesadumbrés y muerte.

Entre el lodo, los pies descalzos de los que conmigo iban se hundían. Un estupor asfixiante golpeaba nuestra marcha impidiendo que fuésemos más lejos. Nela Buxó, la sabia, hizo detenernos y, alzando los brazos al cielo, susurró su hechizo. "Morttew Shacrat". Con los ojos blancos y sangre manando de sus labios, rompió la barrera que detenía el caminar.

Un sendero de gárgolas nos hizo gala de bienvenida, riendo o llorando nos recibían. Un escalofrío me caló la espina dorsal al recordar el momento en el que el pueblo amenazado vino con antorchas y lanzas a destronar al cruel criminal. He aquí el resultado de la valentía de los más fuertes, transformados en piedra vieja y rota, en ejercito inmóvil...

Otro relámpago quebró la paz del cielo y la voz del líder retumbó en nuestra mente: "Adelante,  nos ha visto". Corrimos a la entrada del palacio, donde las puertas de oro se abrieron a nuestro paso. Sabíamos que estaría en la torre más alta y allí lo encontramos.

Con quejido se abrió la puerta del salón. Estaba sentado con una sonrisa demoniaca en el rostro, y la corona de rubíes en la cabeza. Nos miró, luego, para que fuese evidente, miró a su izquierda, donde en una pequeña mesa tenía resguardada el alma. Se puso en pie y con una amabilidad vomitiva expresó:

-Los estaba esperando, mis queridos aventureros.

En un abrir y cerrar de ojos hizo aparecer ante el grupo un ejercito de criaturas grotescas que no dudaron en abalanzarse en nuestro encuentro. Anna, las mantenía a ralla con sus flechas de fuego, mientras que Nela invocaba su propio ejercito de criaturas mitológicas. Miles, el líder,  se abrió paso entre el tumulto para hacer frente al criminal, quien parecía divertirse con la lucha. Yo, por mi parte, junte las manos en oración y, al Señor de la infinita luz, clamé.

El alma cautiva brilló dentro de su cautiverio y supe que me había escuchado.

-Consedeme, oh buen Señor, tu fuerza.

Me levante poseído por una fuerza externa que clamaba venganza. El tiempo se detuvo para todos, menos para él y para mi. Me gusté en su incredulidad y con una estocada al corazón le condené al exilio eterno.

De inmediato, el cristal que contenía el alma del rey se rompió y en un destello de luz el mismo hizo acto de aparición, eliminando la oscuridad y restableciendo la paz. Llenando el cielo de alaridos de felicidad.

TERROR

          Dos segundos y el reloj marcará las doce. Dos segundos y la pesadilla comenzará de nuevo. Llevo horas dando vueltas en esta penumbra pegajosa y negra... Me aterra lo incierto, y más todavía la mujer encapuchada que ha estado persiguiéndome desde hace más tiempo del que soy consciente.

-Tiempo, justo eso tengo, ya no huyas y acepta lo que niegas en tu cabeza.-susurra en mi mente una voz como las agujas del reloj.

         Su insistente sombra pisa mis talones caminando sobre mis pasos inciertos. No puedo dejar que lo note, que note mi miedo... "Puedo olerlo a kilometros"- susurra de nuevo-.

         La sombra se ríe tras de mi. Se burla de mi existencia vacía y nula... Necesito huir. Pero ¿A dónde?, ¿Dónde esta el final? Llevo horas corriendo, horas ahogándome con mi respiración, horas y horas sin encontrar la salida.

        Tic-toc, tic-toc, canta a mi oído, salpicandome de su aliento frío.

        Tic-toc, tic-toc, escucho el murmullo de su reloj, anunciando que el tiempo se acabó.

        Un torbellino de oscuridad me atrapa y arrastra por los pies, me lanza al aire y hace girar mi cabeza y mi ser. Quiero gritar pero han cortado mis cuerdas vocales y las manos me escuecen de torturas, de dolor.

         De nuevo, estoy aquí. De nuevo, un ente me impulsa a caminar pasos que no quiero seguir. De nuevo, niño, oh niño, te veo venir. Y una vez más me abrazas y me dejas ir. No te vayas, no, no me dejes, que una sombra me sigue los pasos, que la oscuridad me llevará con ella.

        "¿Por qué me detienes?" preguntas, "¿Por qué te ves tan triste?" preguntas, "Esta apretado" te asustas, "Mami, me duele" y lloras, "..."

          Faltan dos segundos para las doce y tu cuerpecito frágil se desploma. "Shh, shh, mi pequeñito, mami esta contigo".

...