LA CARTA ROBADA

LA CARTA ROBADA

Edgar Allan Poe (1809-1849)

LA CARTA ROBADA

Una historia de 1800 que tranquilamente puede ser reflejo de situaciones actuales en el mundo empresarial y político. Un prefecto de la policía recurre al detective Dupin y a su amigo, con el objetivo de resolver el caso de una carta robada en las cámaras reales, la cual el ladrón usa para obtener poder sobre él con fines políticos. Quizás este sea el medio del que se vales muchas empresas para obtener como operar o poner funcionamiento sus andamiajes.

El implicado o sospechoso, es el Ministro D, el cual fue visto por quien le fue robada la carta. El Prefecto procede a realizar una serie de allanamientos en la mansión del ministro D, inspeccionado con microscopio cada rincón, mueble y objeto posible de la casa donde la carta podría haber sido escondida, pero fueron en vano. Métodos quizás ya obsoletos o sin un razonamiento lógico y simple, como Gerente de producto, debemos dar lectura a la competencia, al entorno empresarial, social, político y legal, con fin de aplicar las acciones que en verdad lleven al logro de los objetivos. La innovación, la planeación y análisis de estos factores son determinantes, es así que pensar como el competidor nos acerca a una solución, y como tratar de ser tan diferente nos aleja de esta misma.

Sin saber más que hacer o donde buscar, el Prefecto vuelve por la ayuda de Dupin, ofreciéndole una gran recompensa por resolver el caso. Dupin acepta y le entrega la carta a Prefecto que ya él encontró, utilizando procedimientos más simples que los del Prefecto y engañando sagazmente a su adversario, dando cuenta de que no creía o menos preciaba los métodos de Prefecto que al final fueron infructuosos, ¿será que Dupin le estaba prestando la ayuda necesaria a Prefecto?.

Ver como Dupin se puso en lugar del sospechoso, lo analizó, y dedujo que éste no sería capaz de esconderla en lugares donde posiblemente la policía podría revisar, sino en el sitio más simple y visible. A veces lo más obvio nos parece que no es como deberían ser las cosas, pero por ahí debemos empezar, para qué valerse de tantas técnicas costosas y raras, como las que usó Prefecto, si en últimas el resultado es el mismo, en este caso como Gerentes de producto es necesaria una adecuada planeación, teniendo como presente que los recursos son limitados, y sin perder el foco, utilizar técnicas simples y el sentido común para llegar de manera contundente al logro de los objetivos.

Puede ser que Dupin también le haya hecho una mala jugada a los otros investigadores y por eso cuestionaría una posible doble moral, es decir, el mundo de los negocios pone en cuestión la ética, valor que siempre se pone en juego si se trata de dinero y de obtener poder.

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