LA INJUSTICIA
Enviado por • 24 de Febrero de 2014 • Ensayo • 2.265 Palabras (10 Páginas) • 603 Visitas
LA INJUSTICIA
Indicar el suceso en el cual se evidencia la injusticia, hacia Joseph K que es el protagonista de la historia siento este el afectado, sin saber el por qué de su arresto, trata de buscar una solución a su problema pero encuentra pocas respuestas y mientras recorre el camino se da cuenta de que sus pasos son cada vez más cortos, convirtiéndose así en un laberinto sin salida. Relacionando a la vez está historia con muchos casos presentes en cada país.
¿Si no se tiene un cargo alto, la injusticia puede verse involucrada en la vida de una persona de bajos recursos económicos o la injusticia es un problema social que se presenta en cada país, sin importar el cargo que alguna persona ocupe?
Si se detalla bien la pregunta, las dos hipótesis son verdaderas, ya que no solamente en Colombia sino en los demás países del mundo se puede evidenciar como la injusticia ha venido evolucionando en los últimos años, de tal forma que si una persona tiene un cargo alto, ya sea perteneciendo al gobierno o algo relacionado con este siempre va a tener ventajas sobre muchas personas que se encuentran en la misma posición que ellos ya que tal vez estos no tendrán las mismas posibilidades económicas de contratar a un excelente abogado el cual concilie con los jueces y la injusticia no recaiga sobre aquellos que el dinero es su mejor amigo en esos momentos, convirtiéndose así está en un problema social del mundo.
- La injusticia1: Injusticia es la falta o ausencia de justicia, ya sea en referencia a un suceso, acto o situación de hecho. (Puede estar referida a un sujeto o a un grupo social.
1- Tomado del diccionario De la Real Academia Española
En el libro2 encontramos fragmentos relacionados con el tema a profundizar, en este caso es la injusticia.
“Tal vez alguien desconocido había denunciado a Joseph K., ya que la mañana fue detenido sin que hubiese hecho nada punible. La cocinera de su patrona, la señora Grubach, que le llevaba todos los días el desayuno a la cama, no apareció esa mañana. Era la primera vez que esto pasaba. K. espero un momento y miró, apoyando sobre su almohada a la anciana que vivía frente a su casa, quién le observaba con una curiosidad poco acostumbrada; después, extrañado y hambriento al mismo tiempo, sonó la campanila. En ese instante llamaron a la puerta, y entró a su habitación un hombre al que nunca había visto en la casa. Era un tipo fuerte, esbelto que llevaba un traje ajustado, de color negro, adornado con bolsillos, hebillas, botones, pliegues, y un cinurón, que le daban esta vestidura un aspecto realmente práctico, pero sin que supiese con seguridad que utilidad tenían todas esas cosas.” 3
“ - ¿Acaso Franz no le dijo que debería haberse quedado en la habitación?
- Si pero ¿Quién es usted? – Pregunto K, mirando alternadamente a uno y a otro hombre.
- A través de la ventana abierta volvió a ver a su anciana vecina, que seguía mirando lo que pasaba con una curiosidad realmente senil y con el propósito de no perderse nada de lo que estaba ocurriendo.
K, realizo un gesto como si quisiera alejarse de aquellos dos hombres, que estaban lejos de é, y exclamó:
- Quiero hablar con la señora Grubach.
- No - Repuso el que estaba junto a la ventana y dejando el libro sobre un mesilla, se incorporó – No puede salir. Se encuentra usted detenido
- Así parece constestó K, y agrego - : ¿Por qué?
- No estamos aquí para explicárselo. Regrese a su cuarto y espere. El procedimiento está en marcha de modo que se le informará de todo su tiempo. Debe saber que excedo en mis funciones al darle estas explicaciones pero como solo me oye Franz, quién le trata de la misma manera, es probable que pueda tener esperanzas si tiene la misma suerte que hasta ahora.
- Sera conveniente que nos entregue todas sus cosas para que se las guardemos, pues en el depósito son frecuentes las pérdidas, y además tienen la costumbre, pasado cierto tiempo, de revenderlo todo sin que a nadie le preocupe si ha terminado el proceso o no ¡Ya sabe lo largo que resultan estos procedimientos sobretodo en estos tiempos! A pesa r de todo, el almacén le devolvería a usted el dinero que sacasen de la venta, realmente muy poca cosa, ya que en la operación el precio no lo determina la importancia de la oferta, y es de todos sabido que la cantidad merma al pasar de mano en mano.”4
“Ahora se encontraba en el centro de la habitación, con los papeles en la mano. Continuó mirando hacia la puerta, que no se volvió a abrir, y le asustó la llamada de los vigilantes, quienes permanecían sentados frente a una mesita al lado de la ventana abierta. Como K pudo comprobar, se estaban comiendo su desayuno.
––¿Por qué no ha entrado la señora Grubach? ––preguntó K.
––No puede ––dijo el vigilante más alto––. Usted está detenido. ––Pero ¿cómo puedo estar detenido, y de esta manera?
––Ya empieza usted de nuevo ––dijo el vigilante, e introdujo un trozo de pan en el tarro de la miel––. No respondemos a ese tipo de preguntas.
––Pues deberán responderlas. Aquí están mis documentos de identidad, muéstrenme ahora los suyos y, ante todo, la orden de detención.
––¡Cielo santo! ––dijo el vigilante––. Que no se pueda adaptar a su situación actual, y que parezca querer dedicarse a irritarnos inútilmente, a nosotros, que probablemente somos los que ahora estamos más próximos a usted entre todos los hombres.
Así es, créalo ––dijo Franz, que no se llevó la taza a los labios, sino que dirigió a K una larga mirada, probablemente sin importancia, pero incomprensible. K incurrió sin quererlo en un intercambio de miradas con Franz, pero agitó sus papeles y dijo:
Aquí están mis documentos de identidad.
2- Capítulo l – página 6
3- Capítulo l – página 7
4- Capítulo l – página 10
–– ¿Y qué nos importan a nosotros? ––gritó ahora el vigilante más alto––. Se está comportando como un niño. ¿Qué quiere usted? ¿Acaso pretende al hablar con nosotros sobre documentos de identidad y sobre órdenes de detención que su maldito proceso acabe pronto? Somos empleados subalternos, apenas comprendemos algo sobre papeles de identidad, no tenemos nada que ver con su asunto, excepto nuestra tarea de vigilarle diez horas todos los días, y por eso nos pagan. Eso es todo lo que somos. No obstante, somos capaces de comprender que las instancias superiores, a cuyo servicio estamos, antes de disponer una detención como ésta se han informado a fondo sobre los motivos de la detención y sobre la persona
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