La Injusticia
Enviado por RHGL • 28 de Abril de 2014 • 1.272 Palabras (6 Páginas) • 371 Visitas
Raúl García
Ms. Hernández
Español AP
4/28/14
La Injusticia, un Mal de Todas Formas y Colores
“¡Papi!¡No me dejes!” grita una pequeña niña mientras la policía se lleva a su papá. Una niña, ahora huérfana, sufre por los pecados de otro hombre. Ni siquiera los de su padre. ¿Quién iba a imaginarse que un hombre, un fiel cristiano, padre de familia y vecino ejemplar, iría a terminar su vida con una aguja en el brazo? Una inyección que sería administrada por un gobierno “justo”, que supuestamente siempre dice la verdad. ¿Por qué debe de sufrir una niña por la ineptitud de un cuerpo policial corrupto, el cual acepta unos cuantos dólares del verdadero asesino para que incriminen al padre? “Así es la vida.” Le dicen a la ya crecida niña revolucionaria que se plantea esta pregunta. “Así es la vida.” ¿Pero qué significa esto? ¿Será que la vida es injusta? ¿O será que el hombre es el injusto? El planteamiento de estas preguntas es uno de los temas principales de la obra “El Señor Presidente” del Guatemalteco Miguel Ángel Asturias. La injusticia se puede dar a tres niveles principales, a nivel social, nivel “jerárquico” con el abuso del poder y por último la injusticia por género.
Una de las injusticias más recurrentes, no solo en la novela sino que en el mundo, es la injusticia social. Al decirse esto, muchos se pueden imaginar de como los ricos se aprovechan de los pobres e incluso se puede hacer referencia al sufrimiento de los necesitados, como lo hace el autor semi-Marxista Miguel Ángel Asturias al escribir, “Los pordioseros se arrastraban por las cocinas del mercado, perdidos en la sombra de la Catedral helada, de paso hacia la Plaza de Armas, a lo largo de calles tan anchas como mares, en la ciudad que se iba quedando atrás íngrima y sola” (Asturias 21). Aquí se hace una descripción de una ciudad fría, que hasta cierto punto le da la espalda a los necesitados. Pero la verdad es que la injusticia social también existe en “reversa”, el comunismo y el socialismo hablan de la equidad social, la justicia social. Esto suena como una buena idea, hasta que uno se da cuenta que aun en esta sociedad se está siendo injusto en contra de un grupo social. Al traer equidad social se incluye la igualdad económica, por eso es que se le estaría afectando injustamente a los ricos, quitándoles sus bienes, por los que trabajaron, sin razón alguna para regalárselo a gente que tal vez no se merece. Al analizar este tema se puede perder un poco la fe en la vida; se pude llegar a pensar que la vida nunca nos traerá justicia. Pero la verdad es que es nuestro deber como seres humanos ayudar a los necesitados o trabajar por lo que necesitamos. Un gran porcentaje de la pobreza se da por la pereza misma. Adultos que completamente capaces de trabajar, prefieren quedarse en casa y mandar a sus hijos a pedir dinero. Un trabajo que no solo es degradante y no ayuda a salir de la pobreza, sino que también lleva a otro tipo de injusticia, el abuso de poder.
El abuso de poder se da en todas las épocas, niveles sociales y lugares del mundo. Este consiste en “una situación donde la autoridad o individuo que tiene poder sobre otros debido a su posición social, conocimiento o riqueza utiliza ese poder para su beneficio y a su vez, permite que otros sean explotados” (Wikipedia). El abuso de poder ha existido desde el principio de los tiempos. En la Biblia por ejemplo, se ven varios casos, uno de ellos siendo “David, quien movido por la lujuria, no duda en enviar a su general más fiel al frente de la batalla para que muera y quedarse con su esposa. En este caso también emplea
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