La Amortajada
Enviado por rednaxelar • 4 de Noviembre de 2014 • 540 Palabras (3 Páginas) • 336 Visitas
hemos visto hasta ahora, en la novela La amortajada no sólo los espacios y los personajes se afectan entre sí, sino que también los símbolos manejados —que tienen que ver igualmente con lo espacial— nos dan la pauta para determinar al personaje, sus acciones y transformaciones. Ian Adams habla así sobre la obra de Bombal: “No descriptive note represents mere information or, even less, a documentation of the objective; instead each one is an element of interior life”1 (1937: 19). Con esto, Adams nos confirma que Bombal utiliza todos los elementos narrativos para definir la vida interior de sus personajes, y si tomamos en cuenta que éstas son mujeres, la carga social, psicológica y cultural que llevan es compleja, como la de Ana María.
Dejando de lado un poco lo meramente espacial, me dirijo al tratamiento de los símbolos, que también nos van a dar una idea de circularidad y retorno. Hay algunos que fueron utilizados a lo largo de la novela, y que se retoman en el momento en que Ana María es puesta en el féretro y trasladada al cementerio. Al hacer esto y darles —al igual que con los espacios— un sentido diferente, la novela va a hacer más manifiesta su circularidad.
La oscuridad es uno de estos símbolos, y la encontramos en la casa de Antonio como caracterización del lugar que hacía presa a nuestro personaje. Lo que antaño fue motivo de miedo, desubicación y encarcelamiento, ahora es lo que le da a Ana María quietud y tranquilidad: “Y he aquí que ella se encuentra sumida en profunda oscuridad (...) y ya no deseaba sino quedarse crucificada a la tierra” (Bombal, 1941: 89, 91). La oscuridad como símbolo es retomada y utilizada con un significado diferente. Ésta también es marca de circularidad y movimiento de los elementos narrativos.
La lluvia también es un símbolo importante y recurrente en la obra La amortajada, primero como algo turbio (tormenta) y después como la caída apacible del agua. Cuando Ana María nos habla de la lluvia durante su vida, son tormentas las que aparecen, y de nuevo este elemento simbólico va a representar el estado anímico de la protagonista. Para Chevalier, la tormenta simboliza “las aspiraciones del hombre hacia una vida menos trivial, una vida atormentada, agitada, pero ardiente de pasión” (1995, 1.001). Como podemos imaginar, efectivamente Ana María aspiraba a este tipo de vida, pues en ese momento se sentía sumida en su matrimonio, la casa, sus hijos y el rechazo que como mujer y esposa soportaba. La tormenta funge como símbolo del personaje, y la acción principal —la caída del agua— es retomada después para simbolizar algo opuesto.
Cuando Ana María se encuentra en su lecho de muerte, escucha caer incesante la lluvia, y este elemento no va a funcionar ya como la representación de una vida llena de pasiones, sino el descanso y la purificación. La lluvia simbólicamente representa lo siguiente:
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