La Galleta De Jengibre

Una noche fría, el brillo de la luna llena, dio vida a una pequeña galleta de jengibre que el panadero había horneado recientemente.

El pequeño muñeco de jengibre abrió los ojos y se espantó al ver a su alrededor varios muñecos de jengibre inmóviles.

Al día siguiente el muñeco vio, por primera vez al panadero, era un hombre gordo con bigote, abrió la tienda y fue en ese momento cuando empezaron a llegar personas, que compraban muchas galletas de jengibre, algunas se las comían y otras las guardaban para llevar.

El pequeño muñeco no fue comprado por su tamaño, pero al ver que todos comían galletas se asustó botando un pequeño dulce de su parte trasera.

Así que decide tomar venganza hacia el panadero y las personas que se comen las galletas, dañando a su paso todo tipo de cosas que encuentra en la panadería, colocándole sal a las galletas, pimienta a él pan y otro tipo de cosas a todo lo que preparaba el panadero, hasta le daño el horno cortando algunos cables de la parte de atrás del horno con unas tijeras.

Cuando el panadero, prendió su horno, no sirvió y aunque trato de arreglarlo no obtuvo resultado alguno, solo encontró unas tijeras y una gomita del traje del muñeco de jengibre.

Tuvo una sospecha de que alguien lo quería fuera del negocio, en aquel instante mando a arreglar el horno colocando en él una cámara y sin embargo las travesuras del pequeño muñeco de jengibre volvieron a ocurrir, él daño el horno de nuevo, con excepción de que esta vez estaba siendo grabado.

Al ver este video el panadero quedo asombrado de tan magnifico muñeco de galleta, exhibió su video a todas las personas, llegándolo a conocer hasta la prensa.

La magnífica galleta de jengibre era la sensación, aunque la conocían más por las cosas malvadas y destructoras que había hecho que por ser en sí, algo especial en el mundo.

Una tarde el panadero planeo capturar a la galleta de jengibre para conocerla y detallarla completamente, pero sobre todo para preguntarle porque había causado en su panadería tantos desastres.

Al capturarla solo logro verla, porque su perro se la comió de un mordisco y aquí termina la historia de la galleta de jengibre.

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