La Guia de abecedario

Objetivo: Comprender textos aplicando estrategias de comprensión lectora.

¡NACIÓ UNA NIÑA!

El profesor está feliz, pues nació su primera guagua y fue mujer. Nos contó que había pesado treskilos y que es una linda colorina. Dice que toma pecho a cada rato, que se despierta durante la noche con hambre y que es maravillosa.[pic 3]

Los profesores de Educación Física serán los padrinos, pues son muy amigos. Desde el día del bautizo serán compadres.

A nosotros nos invitó a la fiesta y nos pidió que le hiciéramos las tarjetas de invitación ¡Qué suerte la nuestra!        

Objetivo: Comprender textos aplicando estrategias de comprensión lectora.

EL CONGRIO CON HIPO[pic 4]

Mermín era un congrio goloso. Vivía en el mar, feliz y tranquilo Un día, mientras comía muy apurado, le vino un fuerte hipo. Se movió, se sacudió, pero el hipo no se le quitó.

Desesperado, fue a pedirle ayuda al jurel Jején.Este pez, luego de reírse con los saltos y ruidos del hipo del congrio, lo llevó de una aleta donde el doctor marino, el pulpo Piplón. Don Pulpo lo puso de cabeza, le golpeó la cola y le rascó las escamas, pero de nada sirvió, pues el hipo siguió.

Entonces decidieron llamar al toyo Goyo, un pez muy curioso. Siempre estaba interesado en todo lo que sucedía a su alrededor. El toyo Goyo llegó con su amiga la sardina Plateada. Al verlo y hacerle unas pocas preguntas, dio su diagnóstico: “Hipo por apurado”.  Hizo que el congrio Mermín cerrara su boca y sus agallas, por un largo rato, luego se las abrió despacito…   Y, ¡el hipo desapareció!    Mermín prometió comer sin apuro y con cuidado.

Objetivo: Comprender textos aplicando estrategias de comprensión lectora.

DON PANCHO, EL FERIANTE

       Don Pancho y su familia vivían en una chacra que tenían en el campo.

       Los días martes en la ciudad había feria. Por eso, todos los lunes, Don Pancho se dirigía a la huerta con el saco amarillo y el canasto más grande que tenía, y los llenaba de verduras. Luego, los vaciaba en la carreta. Y así, una y otra vez, hasta llenarla.

       El martes, se levantaba muy temprano. Antes de partir, tomaba desayuno con Doña Rosa, su mujer, y conversaban acerca del trabajo que cada uno haría ese día. Mientras Don Pancho estuviera en la feria, Doña Rosa cuidaría a los hijos, la chacra y los animales.

       Luego, don Pancho se subía a la carreta y partía hacia la ciudad. Sabía que mientras más temprano llegara, mejor lugar tendría en la feria. Además, sus caseros esperaban los ricos productos que él llevaba cada martes, especialmente sus zapallos, acelgas y tomates.  Al final del día, Don Pancho volvía a su casa con la carreta vacía; se sentía muy cansado, pero feliz con su buena suerte: tenía una linda familia, un trabajo que le gustaba y muy buena salud.[pic 5]