La Lectura Y Sus hábitos
Enviado por Pizlimtec • 20 de Junio de 2012 • 1.164 Palabras (5 Páginas) • 519 Visitas
LA LECTURA Y SUS HABITOS
Por Enrique Contreras
“Los libros son para los vagos” (Anónimo)
Trataremos un tema de gran importancia, tanto para nosotros como maestros como para la sociedad en general; la cual está sufriendo un enorme golpe cultural y de valores. Hablaremos de la lectura y cómo desarrollamos hábitos para poder alimentarnos de esta fuente tan grande de conocimiento y transmisión cultural.
El hábito de la lectura podría estar basado en lo que vemos a nuestro alrededor, los ejemplos que recibimos y los que no están a simple vista; los “mensajes ocultos” que nos transmitimos unos a otros y lo que nos transmiten los medios de comunicación, desde muy pequeños.
Algunos años atrás, la forma usada para comunicarse era la lectura, obviamente, con ella “arrastraba” a la escritura de los documentos. El paso del tiempo ha ido deteriorando estas costumbres que, más que costumbres, fueron la base de nuestra educación y desarrollo. Al conquistar los españoles el nuevo continente, lo primero que les interesó fue hacer que los indios hablaran su idioma y no solo eso, sino que también lo dominaran en su forma escrita (claro, además de usarlos como mano de obra gratuita).
Pero hoy en día, lo que nos interesa a nosotros es regresar ese hábito por la lectura que se ha perdido tristemente entre todos los medios tecnológicos de comunicación. Se supone que la tecnología es para hacer el trabajo del hombre más sencillo pero, en mi opinión, se ha pasado de la raya, pues está inutilizando al hombre y convirtiéndolo en un esclavo de la tecnología y con ello, lo aleja de las páginas de los libros y los acerca más a una computadora, tratando de innovar cada vez más la tecnología.
Cuando niño, mi madre me encargaba leer algún dato importante o relevante y contárselo cuando regresara del trabajo. Creo que lo que necesitamos es ese impulso por parte de nuestras familias por leer. “Niños ve, niños hacen”, vi esta frase en un spot que apuntaba más hacia los malos hábitos que les inculcamos; creo que aquí también se puede aplicar. A veces los padres esperan que un niño lea un libro o haga su tarea mientras ellos están viendo la televisión, no creo que ese sea un buen ejemplo. Por otro lado, en mi experiencia, mi madre no solía leer frente a mí, pero siempre que regresaba me pedía el tema y sabía de lo que estaba hablando aunque fuera recién publicado. En otras ocasiones, leíamos juntos la biblia (siendo de una familia muy católica) y si había una palabra que no entendiéramos, teníamos siempre a la mano un diccionario e inmediatamente resolvíamos la duda.
Emilia Ferreiro dice lo siguiente: “la democratización de la lectura y la lectura se vio acompañada de una incapacidad radical para hacerla efectiva: creamos una escuela pública obligatoria, precisamente para dar acceso a los innegables bienes del saber contenido en las bibliotecas…”. Es coloquialmente bien sabido que lo prohibido es lo que más le interesa a las personas, cuando algo está prohibido, llama más la atención e incluso genera cierta tentación por saber, investigar y poseer (recordemos al Marqués de Sade). Creo que lo que dice Ferreiro es muy interesante, ya que hicimos “obligatoria” la lectura, cuando debimos convertirla en algo que los jóvenes disfrutaran, que persiguiera, que quisiera y no que lo vean como algo impuesto (a nadie le gusta que le digan qué hacer).
Con lo anterior no quiero decir que deberíamos prohibir la lectura para hacerla atractiva, sino que debemos hacerla algo interesante,
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