La Niña Convertida En Araña
Enviado por EJACO6 • 2 de Abril de 2014 • 562 Palabras (3 Páginas) • 268 Visitas
La niña que se convirtió en araña.
Ésta es una de tantas leyendas que surgieron en los pasillos de los conventos. Era el año de 1978, el lugar: un convento convertido en escuela. Nuestros personajes: una generación de niñas de lo más travieso según declaraciones de las monjas que dirigían dicho convento – escuela.
Este edificio había sido dividido en dos: de un lado se encontraban las celdas de las madres, mientras que de otro estaba la vieja pero sofisticada escuela a la que asistían niñas cuya colegiatura sólo podía ser solventada por gente de dinero. Todo parecía marchar de lo más normal hasta que un buen día Martha comenzó a retraerse; nadie sabía lo que le sucedía, pues era una niña muy alegre y competitiva en clase. Su maestra creyó que era cosa de la edad y que en muy poco tiempo se le pasaría.
Pero no fue así, entre más días pasaban Martha se veía cada vez más retraída y triste; parecía como si estuviera pasando por una terrible depresión. Pero, ¿Qué le podía faltar a una pequeña que al parecer lo tenía todo? Fue entonces cuando la maestra mandó a traer a sus padres, pensando que se trataba de problemas familiares.
Pero por más que le dieron vueltas al asunto no pudieron dar con la razón por la cual Martha se comportaba de esa manera; la atención de sus padres hacia ella era buena; aunque poco tiempo, siempre se daban un espacio para platicar con la pequeña.
Los días pasaban y la niña comenzó a alejarse de sus amigas; ya no salía al recreo y menos se juntaba con ellas. Todas le preguntaban qué le pasaba pero ella no contestaba.
Finalmente, Carla, quien era su mejor amiga intentó ayudarla, pero sabía muy bien que para hacerlo, lo primero era averiguar que era lo que le estaba pasando. Fue así como empezó el diálogo:
- ¿Qué es lo que te sucede?, ¿por qué ya no quieres jugar con nosotras?
Martha le confesó que desde hacía unos días veía a una señora de pelo blanco que la llamaba, esa señora estaba en el fondo del salón y que sólo ella la podía ver. Carla sorprendida le dijo que allí no había nadie que sólo estaban ellas y la maestra, pero aún así Martha insistía en que veía a alguien.
La niña trató por todos los medios de que sus padres la sacaran de la escuela; estaba segura de que si permanecía en aquel lugar algo malo le ocurriría. Pero como era una buena escuela ya la parecer sólo se trataba del capricho de una niña, sus padres no accedieron.
Un buen día, cuando todos se encontraban en el recreo, Carla se le acercó a su amiga, quien como de costumbre se había quedado en el salón de clases. La pequeña no alcanzaba a comprender por qué su amiga no salía al patio si decía que veía a una señora en el salón. Martha le confesó que era porque la señora no la dejaba salir.
Carla no creía lo que a ella le estaba pasando y no había
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