La Postmodernidad
Enviado por filobiblion • 9 de Junio de 2015 • 12.338 Palabras (50 Páginas) • 186 Visitas
La postmodernidad
La postmodernidad se define como el estado de la cultura después de ciertas transformaciones que han modificado el modo de actuar en la ciencia, el arte, la política, y muchas otras áreas del conocimiento y quehacer humano a partir del siglo XIX. En gran medida, parte de esas transformaciones se deben a la crisis que los relatos han sufrido en nuestra época. Vemos en la ciencia unos criterios de verdad expuestos bajo sus propias condiciones. La ciencia, por ejemplo, aun siendo una vía de investigación objetiva, al final legitima su propia veracidad por medio de recursos discursivos, algo comúnmente llamado filosofía. Este recurso discursivo es lo que Lyotard entiende como metadiscurso, un recurso que implica la referencia a un gran relato por medio del cual la verdad es valorada a partir de ciertas condiciones en las que los sujetos, a partir de un proceso de validez social, legitiman ese gran relato y construyen a partir de él.
Pero lo que sucede a juicio de Lyotard es que la condición postmoderna se define a través de su emancipación de aquellos grandes metarelatos, y al desuso de estas grandes legitimaciones discursivas tuvo que aparecer por ende la crisis de la metafísica: ya no hay grandes hazañas, ni héroes, ni grandes propósitos; los elementos lingüísticos, necesarios para cualquier tipo de recurso de legitimación, pierden también su credibilidad y fuerza. Ahora los sujetos se mueven por medio de sus propios recursos lingüísticos para darle una coherencia a sus vidas, pero dichos recursos no les son dados por ellos mismos, sino que han sido moldeados para ellos por medio de decididores, los cuales buscan la conmensurabilidad, la determinación, el incremento de un poder y la salvación de su propio relato. Y bajo estas condiciones, ¿cómo es posible una legitimación dentro del sujeto y sus lazos sociales en un mundo donde nadie cree en ellos?
La hipótesis que el texto propone es que los cambios del saber y su forma se debe precisamente a un cambio ocurrido en las sociedades, y lo cual es un rasgo específicamente de la cultura postmoderna. Si hay algo que ha caracterizado a nuestra sociedad es el desarrollo científico, cuyo saber se desarrolla y legitima dentro de un discurso interno. Se puede decir entonces que la ciencia y la tecnología que hoy llamamos de punta se forman en su estructura más prístina dentro del lenguaje; y más aún, han desarrollado lenguajes propios, tales como el sistema binario, bases de datos, organizaciones algebraicas, etc. Debe de ser preciso entonces prestar meticulosa atención en cómo es que el saber y el lenguaje se investigan y transmiten dentro del campo de la ciencia y la tecnología, pues si el conocimiento es creado de tal forma que hoy en día se necesita un lenguaje específico o varios, tenemos que suponer entonces que existen sujetos que crean ese lenguaje y sujetos que lo aprenden, ambos bajo una misma lógica y coherencia, sólo que lo que encaja desde ahora con esa forma de conocer será guiado bajo una reglas de juego especificas. En este sentido, el conocimiento debe de adquirir rasgos concretos y particulares.
Hoy en día podemos observar que el proceso del conocimiento se da cada vez más con una inmediatez increíble, el proceso de la formación de saber ha quedado en segundo plano y la obtención rápida de un conocimiento para manipularlo y transmitirlo se ha vuelto fundamental; el saber ha dejado de ser una valor en sí mismo para volverse una moneda de cambio, pues el conocimiento puede ser vendido y cambiado. Lo que sucede con el conocimiento en la posmodernidad es que se ha vuelto la fuerza de producción más valiosa, de tal suerte que no sólo representa una vía de desarrollo entre las naciones, sino que también supone el camino hacia el poder. Parece que el saber pinta hoy en día como el tesoro que debe ser encontrado. Pero existe algo más que no ha sido tomado en cuenta, lo cual es que el saber está determinado por un discurso de legitimación y que posee a un sujeto o sujetos que delimitan en qué consiste y en qué no consiste el conocimiento, síntoma que ha sido utilizado por en los juegos de poder en la política
El aspecto lingüístico adquiere aquí una posición de importancia en tanto que su aspecto pragmático define en muchos sentidos el modo en que las relaciones intersubjetivas se realizan. Lyotard observa, apoyándose en ciertas ideas planteadas por Wittgenstein, que el lenguaje, mediante sus enunciados, posee características que denotan su uso y reglas de juego; cada tipo de enunciado adquiere propiedades y reglas de uso para hacer explícito cómo opera y cuál es el propósito del enunciado en cuestión. Se hacen tres observaciones:
1) Las reglas de legitimación del lenguaje no se dan por ellas mismas, la fuerza de su uso radica en el acuerdo implícito o explícito entre los sujetos, lo cual no quiere decir que inventen estas reglas de legitimación.
2) No puede ser que se hagan modificaciones sin justificación, el más mínimo cambio afecta la naturaleza del juego y sus condiciones, por ende cualquier uso del lenguaje que no corresponda con las reglas del juego no tendrá sentido.
3) Todo enunciado debe suponer una regla de “juego”.
En el uso cotidiano constantemente estamos creando nuevas formas de estructurar el lenguaje, el lenguaje no puede ser privado, el modo en que se desarrolla se da en el lazo social y se mueve constantemente, hay giros, evoluciones y cambios, todo originado dentro de los distintos egos y sus interacciones.
Ahora bien, si se ha dicho que el lenguaje es una estructura que le da forma y sentido a nuestro mundo, debemos saber cómo es que opera dicha estructura en nuestros tiempos. Lyotard muestra cómo es que en épocas anteriores existían visiones orgánicas del mundo. En el sistema que Parsons muestra se da más bien un giro: la cibernética y los sistemas ajenos al hombre son los que forman y determinan las condiciones de su pensar y actuar. El sistema creado es tecnocrático, es duro, no se enfoca en los sujetos y su prevalecer, sino en la prevalencia del propio sistema, su funcionalidad, dejando de lado las necesidades del individuo. Este sistema muestra incluso cambios que darían la apariencia de revolución o superación, pero todo sigue sucediendo dentro de esta estructura creada por el hombre de manera artificial, misma que influye en su forma de crear el mundo. En las sociedades actuales, a juicio de Lyotard, ese sistema sería llamado liberalismo avanzado y sería utilizado en las naciones industrializadas para explotar al máximo las capacidades del sujeto y rodearlo de un entorno competitivo, optimizar su racionalidad. Bajo estas condiciones, todo proceso, acción e interacción atribuye algo al propio sistema y se valora en relación a su conveniencia,
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