La juventud y la vejez: Apuntes sobre la filosofía del nuevo y el viejo mundo

La juventud y la vejez: Apuntes sobre la filosofía del nuevo y el viejo mundo

La juventud y la vejez: Apuntes sobre la filosofía del nuevo y el viejo mundo

El presente trabajo tiene por motivo académico la explicación intrínseca de lo que fue el paso del descubrimiento del nuevo mundo, americano, por parte de la cultura occidental, el viejo mundo europeo. Así como la señalización de una ilación de ciertos problemas sociológicos transmitidos de cultura a cultura.

El fin de este ensayo será permitir añadirle un criterio más a nuestra dependencia como continente, necesitado de un modelo filosófico, artístico, científico y hasta político para poder emprender el proyecto de la autenticidad.

El inicio no se encuentra aquí

“Nuestra América, en rigor, todavía no es nuestra a plenitud”

Horacio Cerutti Guldberg

Para empezar a tocar el tema filosófico explícitamente es necesario partir por ese mismo hombre americano que antes de hacer uso de su pensamiento filosófico, posterior a la europeización, también va a reunir muchas similitudes implícitas con el hombre europeo. Me refiero a que ambos , en sociedades distintas, vivieron bajo un similar desarrollo biológico en el sentido general, es decir, vieron pasar por sus rostros la juventud y la vejez que embarga a cada uno y que son constantes en el desarrollo psicosomático de la humanidad.

Siempre una sociedad tiene el perfil de ser civilización con aires juveniles o aires de vejez, donde cada uno tiene sus respectivas características que

determinan esa misma sociedad

Rene könig apela a que ambos conceptos, el de la juventud y el de la vejez, son determinados culturalmente, dependiendo de los tiempos de cada transformación social donde se determinarán cuál de los dos tendrá más valor.

Y es que el sociólogo alemán hace alusión al desarrollo histórico de la humanidad, afirmando que desde las comunidades primitivas el papel esencial lo tenían los ancianos. Esto debido a que no había escritura, y por ello se atienen a la tradición oral en aquellas circunstancias (caso similar con nuestro Perú antiguo). Entonces se puede avizorar que en una cultura dependerá la experiencia personal, de la vida de cada uno, el papel de quién determina tal sociedad. Refiriéndonos a la época primitiva, el anciano por ser más importante que el joven, asume una autoridad política y cultural. Él determina lo que se debe de hacer.

Así mismo, siguiendo la obra del pensador alemán, la sociedad europea postmedieval tuvo un comportamiento de “los años maduros”(al haber ya revisado la etapa clásica antigua y la edad religiosa), donde hay un predominio de la vejez, dándose la vida bajo un aire de ancianidad. Esta etapa solo duró hasta el siglo XVIII, debido a los cambios (o transformaciones sociales, como ya se dijo antes) que tuvieron que llegar debido a que las ideas que tiene cada generación cambian, la revolución francesa, la búsqueda de libertad, igualdad y fraternidad impulsada ante esa monarquía absolutista bajo un derecho del poder divino real.

Todo eso tuvo que ser llevado a cabo por aires de juventud social, consolidándose aún más cuando la ilustración llega a Alemania formándose el “Sturm und Drang” que ya había colocado a la sociedad europea como primer plano todos los elementos juveniles sobre lo maduro. En estas épocas lo juvenil no supera lo maduro. Los años siguen siendo maduros pero se dan a un juvenil estilo de vida.

Estos conflictos por la dos fuerzas desembocan en dos mundos que van demarcando su ubicación geográfica, el mundo joven o nuevo mundo se extiende hacia Inglaterra y Norteamérica, dejando la Europa continental como el viejo mundo. El desarrollo del capitalismo y la necesidad de mano obrera hacen que esa sociedad burguesa comience a preocuparse por el apresuramiento de la vejez al trabajar desde muy jóvenes las personas; es por ello que el trabajo se llega a alargar, al no ser tan temprano para poder así conservar al hombre.

Y si le añadimos a este planteamiento una perspectiva psicológica encontraremos que la diferenciación de ambos mundos por sociedades distintas sufre un problema reprimido: la angustia.

El temor a la muerte genera una angustia en el hombre; ahora bien, ese temor es el resultado del fracaso de no haber sabido vivir; es, según E. Fromm, “la expresión de nuestra conciencia culpable por haber malgastado nuestra vida y haber perdido oportunidad de hacer uso productivo de nuestras capacidades”.

Resalta, para añadir al tema, Fromm que tanto la muerte como el temor a envejecer lleva a una

obsesión constante al hombre, siendo aún joven. Ese miedo de que el declinar de su potencialidad corporal se vincule con el debilitamiento de su personalidad, sea en sus dominios emocionales o intelectuales. Pero en verdad , los hechos demuestran de que si esa persona se desarrolla activamente antes de alcanzar la vejez, pues no se deteriora; caso que si podría suceder si esta se mantiene inactiva, improductiva. Entonces el temor de envejecer es una expresión del sentimiento de vivir improductivamente. Afirma el humanista alemán que hay culturas en las que existe una mayor necesidad y estimación por las cualidades propias de la vejez que son las experiencias y la sabiduría misma.

Si intentamos explicar ambos asuntos, el de la juventud y la vejez por un vínculo psicológico, y lo planteamos a nuestra realidad, nos podremos dar cuenta de que este problema ya estaba inmerso desde la llegada de los españoles y los portugueses a este continente nuevo. Ya que, si nos ubicamos más en la zona sur del continente, recibimos la llegada de europeos que nos traían una escolástica que estaba siendo superada en Europa y que aquí si tuvo mayor libertad para desenvolverse sobre personas cuyo culto kratofánico , mágico y terrenal no fue bien visto por los primeros religiosos occidentales que pisaron estas tierras. El Perú antiguo y la región Azteca ( que abarcaban gran parte de América) eran unas culturas de vejez, que tuvo que recibir otra cultura madura que, por medio de la astucia, las armas y la ambición,

supo imponerse en este continente, calificándolo de “nuevo mundo” sobre el suyo que quedo como el “viejo mundo”. Así mismo, este descubrimiento y posterior conquista sentó las bases para el giro antropocentrista en Europa y la formación de la modernidad.

La coacción de un pensamiento

“El mayor honor para el latinoamericano culto es ser reconocido por Europa”

Francisco Miro Quesada

La llegada de los españoles a este continente produjo un viraje en el pensamiento intelectual de los mismos. Había un lugar adonde ir a evangelizar y a preparar al indio para

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