Las muestras de afecto y manifestaciones
Enviado por tiwita • 30 de Octubre de 2013 • Ensayo • 453 Palabras (2 Páginas) • 366 Visitas
Es la actividad motora refleja que tiene el recién nacido a los diferentes estímulos
A veces parece adaptarse a su objeto y otras actúa en forma de grandes descargas
impulsivas, sin control en la respuesta.
A partir de los 6 meses el niño establece sus primeras relaciones en función de
sus necesidades fundamentales (pide alimento, que lo acunen, le vuelvan de lado etc.).
Las muestras de afecto y manifestaciones
espontáneas del amor materno le son necesarias.
El niño comparte sus emociones, tanto las placenteras como las desagradables con los adultos.
Aparece al final del primer año. H. Wallon concede gran importancia al andar y la palabra, que contribuyen
al cambio total del mundo infantil. Se orientará hacia intereses objetivos y descubrirá el mundo de los objetos.
Aparece la actividad simbólica, que es la capacidad de atribuir a un objeto su representación (imaginada) y a su representación un signo (verbal).
Aquí la acción es estimuladora de la actividad mental (conciencia).Necesita proyectarse en las cosas para percibirse a sí mismo.
H. Wallon afirma que la función motora es el instrumento de la conciencia, sin la cual
no existe absolutamente nada. No subsiste el pensamiento si no se proyecta en gestos.
Llega a la “conciencia del yo” que nace cuando se tiene formada una imagen de sí mismo, que se afirma con el negativismo y la crisis de oposición entre los dos años y medio y los tres años. Esto lo da a entender cuando tiene un excesivo grado de sensibilización ante lo demás, el estar a disgusto o sentirse avergonzado por lo que hace. Pasado el tiempo en que siente esta vergüenza característica motivada por el hecho de representarse a sí mismo como lo ven los demás, se afirmará y extraerá las consecuencias de su afirmación. Esto le permitirá adquirir conciencia de su personalidad y va a hacerla reconocer ante los demás.
Afirmarse en la oposición o haciendo tonterías para llamar la atención es la reacción más elemental posible de ese nivel. Cuando ya ha adquirido la capacidad motora y gesticulatoria el niño puede hacerse admirar, querer y ofrecerse a la vista de los otros. Esta toma de conciencia de sí mismo se solidariza con la idea que tiene de sí mismo y con la “constelación familiar” en que se está integrado.
Es una etapa en que las necesidades personales adquieren toda su importancia, la efectividad pasa el primer
plano y acapara todas las disponibilidades del individuo. No hay que dejar pasar esta etapa sin interesar a los
adolescentes en lo valores, sin hacerle descubrir
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