Lectura: El jugador. Fedor Dostoievski
Enviado por Swany Caisachana • 14 de Mayo de 2023 • Tarea • 751 Palabras (4 Páginas) • 69 Visitas
Asignatura | Datos del alumno | Fecha |
Religión, Cultura y Valores | Apellidos: Caisachana Pérez | 08/05/2023 |
Nombre: Swany Nicole |
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Lectura: El jugador
Dostoievski, F. (1980). El jugador. Madrid: Alianza Editorial.
A partir de los siguientes textos de la novela El jugador, del gran escritor ruso Fedor Dostoievski, explica la lógica interna de un proceso de vértigo.
A continuación, se analizarán ciertos fragmentos de la novela El jugador, escrita por el novelista ruso Fedor Dostoievski (1980). En ellos se describe el proceso de vértigo. Así como se explicará qué tipo de relación tiene el fragmento con este proceso.
Pero y en ¿qué consiste este proceso del vértigo? Es una forma de ser, de manera egoísta, que toma la persona según la realidad en la que vive y la cual tiene fin de satisfacer sus intereses sin tomar medida de cómo obtenerla. Este presenta cuatro niveles negativos, muestran las fases de dicho proceso.
Bien, el primero de los fragmentos, menciona que una anciana rusa había perdido a la ruleta todos sus ahorros, Alexei —el protagonista— comenta: «No podía ser de otro modo: cuando una persona así se aventura una vez por ese camino, es igual que si se deslizara en trineo desde lo alto de una montaña cubierta de nieve: va cada vez más deprisa.» (pp. 126-127). Es el claro ejemplo de que se presenta el nivel 1, donde se encuentra en pleno auge el egocentrismo de la anciana. No puede existir error alguno de que la mujer se equivoque, según ella, está actuando bien y por su interés. La expresión del trineo hace referencia a la necesidad de continuar jugando a la ruleta, lo necesita, tiene adicción y se ve incapaz de parar. No es capaz de observa a su alrededor y no mide las consecuencias de haber apostado todos sus ahorros.
En el siguiente fragmento menciona que al verse sometido al poder succionante de diferentes vértigos, sobre todo el del juego de azar, el mismo Alexei explica: «Dése cuenta —advierte dramáticamente— de que hablo de mi esclavitud no porque quiera ser su esclavo: lo hago, simplemente, como de un hecho que no depende de mí en absoluto.» (p. 48). Claramente menciona en que está siendo esclava. Su desesperación, ansiedad, y, sobre todo, angustia por seguir jugando, no le permite parar. Necesita ganar y por tener el poder.
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