Lectura comparada entre Electras
Enviado por eugedelpilar • 10 de Mayo de 2022 • Trabajo • 2.711 Palabras (11 Páginas) • 101 Visitas
ARCA ZARATE, Eugenia Literatura Griega Examen final
La edad de Electra
Existen varias versiones sobre Electra[1], las más reconocidas son las que aparecen relacionadas a las tragedias de Sófocles y Eurípides, en donde es hija de Agamenón y Clitemnestra. Este personaje está asociado a una mujer sola y amargada, que aguarda el regreso de su hermano para que este tome venganza por la muerte del padre. Electra ha sido uno de los personajes centrales de las obras de los dos grandes dramaturgos, pero las diferencias entre los tres son notables y están presentes sobre todo en el tratamiento del mito.
En las obras de Sófocles y Eurípides tituladas Electra, los acontecimientos del pasado son traídos a los presentes para poder llevar a cabo la venganza por el asesinato de Agamenón. Para que esta se concrete, existe un hecho fundamental en el mito, la salvación de Orestes de las manos de los asesinos de su padre, Egisto y Clitemnestra. En este trabajo analizaremos cómo se da este hecho del pasado en las obras nombras para observar las consecuencias argumentativas en cada caso, puntualmente en el personaje de Electra como salvadora de su hermano, en la versión de Sófocles y en Electra como par de su hermano en la de Eurípides.
La Antigua Gracia, es una de las culturas que más ha marcado nuestro pensamiento como sociedad occidental y uno de sus legados más vigentes está ligado las obras trágicas, como es el caso de las relacionadas al mito de Electra. El paso del tiempo no permite aún dar una única teoría sobre su origen de las tragedias, pero se puede afirmar que está íntimamente conectado con el culto dionisíaco-heroico y que es producto de múltiples hechos relacionados entre sí, que resultaron en ocho décadas de producciones que, aún hoy, nos interpelan como seres humanos. En las obras conservadas, podemos notar una clara influencia de otros géneros anteriores como son la épica y la lírica arcaica, siendo el mito la metería prima de los grandes autores de la época.
Carlos García Gual, en su libro Historia mínima de la mitología, define al mito como un relato tradicional que evoca la actuación memorable y paradigmática de unos personajes excepcionales (dioses y héroes) en un tiempo prestigioso. Con el paso del tiempo, los mitos empezaron a ser utilizados como argumentos para las obras trágicas.
Los mitos en la tragedia, según García Gual, ofrecen en la escena los sufrimientos y desastres del destino heroico. Los núcleos de las historias ya no son la gloria heroica, sino el dolor y la catástrofe y la trama no muestra la fama, sino que se enfoca en el sufrimiento, igualando a los héroes con los hombres. Las tragedias se conformaron como una relectura de los mitos sobre un escenario cívico, invitando a una reflexión colectiva sobre la grandeza y la fragilidad humana.
Entonces, puede surgir la pregunta, por qué el público griego acudía a ver las obras que estaban basadas en mitos tan conocidos, por qué los autores escribían sobre las mismas historias que ya habían escrito otros. Para dar una respuesta a esto, traeremos un concepto clave, el mitema.
Según Levi-Strauss[2] se debe distinguir entre el relato mítico y mito, ya que la relato es la expresión del mito, no el mito mismo. Los mitos subyacen bajo la superficie cambiante de los relatos y su sentido depende de la combinación de los elementos entre sí y no de los elementos en sí. Lévi-Strauss denominó mitemas a las unidades constitutivas de cada uno de los mitos.
Los mitemas están formados por determinados acontecimientos opuestos y semejantes que se combinan de manera diferentes para formar variantes o versiones de las cuales ninguna tiene el privilegio de ser la original, ya que todas son igual de validas. Podemos decir, por ejemplo, que la versión de Sófocles es la más conocida, pero eso jamás invalidará los cambios que le agregó Eurípides a la historia.
Lévi-Strauss propone considerar los acontecimientos de manera aislada y formar con ellos asociaciones paradigmáticas. Es por eso que cada uno resulta en una transformación parcial de los otros. Reconocer la existencia de diferentes mitemas es lo que ha llevado a entender que la responsabilidad de salvar a Orestes, sea por Electra o por el ayo, nos presenta historias con desarrollos y significados diferentes. Este reconocimiento permite registrar la creatividad de cada poeta.
Los mitemas desatan los conflictos y también vuelven a aparecer en el desarrollo de esos conflictos y en las posiciones entre los personajes que marcan la diversidad del relato. La edad de Electra es para la historia una variable que marca la originalidad de Eurípides, ya que toma una historia que podría creerse acaba o demasiado conocida, luego de las versiones de Esquilo y Sófocles, y manteniendo el espíritu del mito, legó una Electra par de su hermano a la hora de tomar venganza con sus propias manos. La significación, sus referencias y sus posibles lecturas de la obra tiene que ver con los mitemas trabajados por cada autor.
Si nos basamos en el título de las obras, podríamos pensar que encontraríamos entre Sófocles y Eurípides más coincidencias que diferencias, pero no es así. Una de las diferencias más notables es la edad que tenía Electra a lo hora de la muerte de la muerte de su padre, y cómo esto marca la línea argumental respecto a la salvación de Orestes para que pueda cobrar venganza.
Comenzaremos con Sófocles, que fue uno de los más reconocidos dramaturgos de la Grecia Antigua. Recordado como un innovador al que se le atribuye la inclusión del tercer actor, aunque no se lo puede afirmar. Según Jacqueline De Romilly, en su libro La tragedia griega, Sófocles retoma “Las Coeforas” de Esquilo, pero, lo despoja del elemento religioso, y en su lugar deja a Electra en las sombras, la convierte en su heroína, siendo su mayor acto el rescate de su hermano Orestes de las manos de los asesinos de su padre. La describe con una valentía que no conoce límites, intransigente y orgullosa. Su motivación es la piedad hacia los muertos y, por lo tanto, lo más importante de la obra sucede antes de la venganza, con lo que respecta al alma de Electra, cuando se encuentra sola y reducida a la desesperación. Los años pasaron y su hermano aún no a regresado para cumplir el destino que planeó su hermana.
“Electra. – (…) Con esta arrogancia habla, excepto cuando oye de alguno que Orestes vendrá; entonces, a mi lado, furiosa, me grita: «¿no eres tú la causa de estas cosas? ¿No es esto tuya, que, habiéndome arrebatado a Orestes de mis manos, lo pusiste a resguardo en secreto? Pero sábete que pagarás la pena que mereces»”[3]
Electra se encuentra hablando con el coro sobre cómo es la relación con su madre y repite sus acusaciones respecto a que le arrebato a Orestes. Electra al decir estas palabras, hace explicito que era mayor como para tomar al hermano y ponerlo a salvo. Este hecho parece haber marcado a fuego la relación entre madre e hija. Esto, también, sirve de justificación del hecho de que lo único que hace es lamentarse y sufrir esperando a que aquel hermano que salvo regrese para cobrar venganza.
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