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Legalizacion


Enviado por   •  28 de Mayo de 2013  •  1.652 Palabras (7 Páginas)  •  333 Visitas

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Breve ensayo acerca de la legalización y despenalización de la marihuana en la Argentina

Me voy a referir aquí a un tema que posiblemente provocará escándalo entre los más puristas y conservadores pero que, y no me cabe la menor duda, será recibido con agrado por aquellos interesados que desean, entre otras cosas en la vida, tener que dejar de esconderse a la hora de fumar. Que quieren dejar también de sufrir la condena social que recae sobre ellos a la hora de tocar el tema y que sobre todo desean y pretenden ejercer un derecho inalienable del hombre -al menos eso es lo que reza el artículo primero de la Declaración Universal de los Derechos del Hombre redactada en 1789- el de la libertad. “Los hombres nacen y permanecen libres e iguales en derechos” nos dice; y es esta misma declaración la que le proporciona el espíritu progresista a nuestra Constitución Argentina.

Supongo que se estarán preguntando a qué me estoy refiriendo y que a esta altura el auditorio estará dividido, por una cuestión de lógica divisionista que acostumbramos a aplicar, entre aquellos que son fumadores de los que no lo son. Pues bien, el tema de mi disertación gira en la órbita de discusión que se ha generado este último tiempo en Argentina-que es de conocimiento público- y que ha sido tema de debate entre las más altas esferas no solo del poder ejecutivo, sino del legislativo y judicial. Señoras y señores me voy a referir, brevemente, a la cuestión de la despenalización y legalización-o no-del consumo y tenencia de marihuana en Argentina y voy a exponer una serie de ideas que pretenden explicar mi adhesión positiva a dicha iniciativa de legislar a favor de las mismas. Sí, estoy hablando de la marihuana señores. Estoy hablando de esa inofensiva plantita que tanto podría hacer por la humanidad y que ha sido y es demonizada hasta el hartazgo por personas que o bien no poseen conocimientos teóricos ni prácticos sobre ella, o bien por aquellos que tienen algún interés particular en que la tan mentada plantita siga manteniendo su rotulo no solo de ilegal, sino de dañina para la salud. Estigma que se ha hecho extensivo a los usuarios que son peyorativamente catalogados de sucios, hippies, faloperos y otras yerbas.

Para algunos, la marihuana es objeto de culto y para otros, el motivo de encontrarse en la cárcel. Lo cierto es que la utilización de esta planta, en sus diferentes posibilidades, ha generado intensos e irresolutos debates desde hace muchos años. La legislación que rige en la Argentina actualmente en relación a la tenencia y el consumo de marihuana es absolutamente obsoleta y contradictoria. Si bien no está penalizado el consumo, es decir, uno puede salir a la calle habiendo fumado, no se puede fumar en la misma ni llevar un cigarrillo de marihuana en el bolsillo. La despenalización de la tenencia lograría que se deje de criminalizar al usuario, pero no resuelve los problemas que crea la ilegalidad: la mafia de la droga, la corrupción, la violencia e incluso la esclavitud. Entonces si bien consumir no es ilegal y pronto, con suerte, tampoco lo será tener, la despenalización así solita deja muchos huecos. La sustancia y la planta, incluido el autocultivo, están prohibidos; la venta, al ser ilegal no paga impuestos lo que se presta a que se distribuya porquería; es por esto que se necesita una ley coherente que contemple mucho más que el derecho individual de cada usuario. Una ley que garantice la reducción de daños. Y es aquí que aparece la segunda figura necesaria, la legalización.

Por supuesto que hablar de despenalización y legalización-en el imaginario popular-representa una especie de libertinaje pero a diferencia de lo que muchos creen legalizar la marihuana no tiene nada que ver con dar rienda suelta al caos, al narcotráfico y a la mafia. Nada que ver. Un proyecto de legalización incluye todo un marco regulatorio y de control de calidad además del pago de impuestos, campañas de salud pública y otras intervenciones por parte del Poder Ejecutivo. Es decir que el Estado no solo tendría la responsabilidad de garantizar la calidad y cantidad de marihuana que se puede cultivar para consumo personal. Además esto vendría acompañado de políticas de salud dirigidas hacia la población de usuarios. Asimismo se dejaría de gastar tanto dinero-cinco mil pesos- para iniciar una causa por tenencia, cosa que suma si tenemos en cuenta que se abren de cinco a diez causas por semana en cada provincia.

Pero la legalización incluye también muchos otros aspectos a nivel industrial ya que con la marihuana se puede hacer muchísimo. Las semillas de las plantas, al ser higiénicamente procesadas, tienen más de veinte mil usos, entre ellos: confección de ropa, papel, parquet, jabón, comida, aceite, resinas, etc. A título informativo y a propósito de los diferentes usos que permite la utilización de la misma podría mencionar, por ejemplo, que Henry Ford utilizó un derivado de la marihuana en la fabricación de su primer automóvil o que el

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