Libertad Y Responsabilidad

LIBERTAD Y RESPONSABILIDAD: ¿COMPAÑEROS IRRECONCILIABLES?

En el transcurso de la vida, el hombre decide qué hacer con su vida, se propone metas, entre otras cosas, y todo ello lo realiza con autonomía, siendo consciente de sus actos. La libertad aparece como la cualidad fundamental del ser humano, encargado y responsable de la realización de su propio destino. Claro está que no se le debe confundir con libertinaje:”hacer lo que se le venga en gana” o con independencia absoluta, ya que estos son términos que encaminan mal el sentido y el objetivo de la verdadera libertad.

Un ser humano es más libre cuando tiene varias opciones para decidir entre ellas. Cuando decide una opción buena, que de acuerdo a su naturaleza humana lo haga crecer como persona e inclusive ayude a los demás que estén involucrados, está ejerciendo positivamente su libertad, que poco a poco llega a ser una virtud que le traerá más felicidad a la persona libre, dueña de sí mismo. Por otro lado, tenemos la responsabilidad. Frecuentemente se relaciona esta facultad del hombre con la obediencia. Responsabilidad no es obedecer, va mucho más allá. Ser responsable es aprender a tomar decisiones y responder por los actos realizados por uno mismo, sea que hayan sido voluntarios o no.

Siendo consciente del objetivo de estas cualidades, se puede encontrar que hay una relación explicita entre libertad y responsabilidad. Si la libertad es poder escoger entre varias opciones, diferenciar y decidirse por la mejor, la responsabilidad es el acto que le sigue: responder por los actos realizados. Al decir actos realizados, no sólo se refiere a las acciones hechas después de haber tomado una decisión, sino todos los pasos previos a la misma, como el informarse sobre el tema, plantear y descubrir posibilidades, etc.

Cada cosa que hagamos, son decisiones que tomamos, aunque sea de manera inconsciente; por ejemplo, ante una situación nueva para nosotros, debemos informarnos apropiadamente para poder conocer y tomar una buena decisión, pero antes, tenemos la opción de informarnos o de no hacerlo. Si por cualquier motivo no nos informamos sobre la cuestión, son nuestra responsabilidad las consecuencias que surjan a continuación, y este hecho de responsabilidad puede ser estrictamente legal (ante los demás) o puede ser moral (ante nuestra propia conciencia).

Una acción responsable equivale a una acción libre: no somos libres porque no hay quien nos detenga sino porque somos capaces de alcanzar nuestro verdadero fin y destino.

La verdadera libertad es la capacidad para dirigir nuestros sentimientos, pasiones, tendencias, emociones, deseos y temores bajo el gobierno de nuestra razón y voluntad. Así entendida, la libertad requiere que cada uno sea de verdad señor de sí mismo, decidido a luchar y vencer las diferentes formas de egoísmo e individualismo que amenazan su madurez como persona. Las personas

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